Lo vimos en las películas, a un amigo le pasó tal cual, alguna vez sentimos algo parecido. El “amor a primera vista” tiene miles de canciones y guiones escritos en su nombre, pero nunca sabemos bien si existe o no en realidad. El amor, en general, es una de las grandes incógnitas de este mundo. Por eso, cada vez más investigadores buscan explicarlo en todas sus facetas.
En una reciente nota publicada en el diario ABC, la especialista en Neurociencias Marta Aliño Costa sostiene que el amor a primera vista no existe. “En realidad, es considerado por los estudios científicos como una atracción o un impulso de apareamiento", explica la especialista y agrega que esto es así porque en ese instante solo consideramos las características físicas de la persona; es decir, no la conocemos.
Pero esa atracción o impulso sucede, la sentimos en el cuerpo. Al tener contacto físico, se dispara la química (literal), liberamos hormonas de placer y se intensifica la atracción sexual. Lo que Aliño Costa dice que no existe es el amor. En su lugar, solamente estamos idealizando.
Pero ¿qué es, en definitiva, esta atracción tan fuerte que sentimos? Según Aliño Costa, las investigaciones indican que se trata del deseo sexual. Y está gobernado por nuestras hormonas sexuales que tienen como fin primordial la reproducción. Además, no solo las características físicas nos despiertan este deseo, sino también los gestos y actos que damos y recibimos, porque actúan como refuerzos para nuestro sistema cerebral de recompensa.
Así comienza una etapa de enamoramiento. Si el vínculo o el contacto se sostiene, puede durar un buen tiempo —entre seis meses y dos años— y es un momento en el que, por lo general, tendemos a idealizar un montón. El amor y el compromiso vienen recién después, cuando vemos la realidad, cuando amamos con lo bueno y lo malo. Por eso es que, por ejemplo, el psicólogo y sociólogo Erich Fromm señala que el “flechazo" no es amor.
La neurocientífica española Sara Teller también explicó este proceso en un libro reciente que tituló Neurocuídate. Según su investigación, cuando nos enamoramos liberamos ese grupo de hormonas que comúnmente se llaman “hormonas de felicidad”, que nos hacen sentir alegres y satisfechos. Una de las principales es la noradrenalina (en rigor, es una sustancia química que puede funcionar como hormona), que sería la que hace que este estado dure “no más de 15 meses”. El hecho de que este subidón hormonal en algún momento descienda, parece ser solo una cuestión de supervivencia: si viviéramos constantemente enamorados, tendríamos nuestras facultades mentales alteradas todo el tiempo y no podríamos desarrollarnos de la mejor manera en otras áreas de la vida.
En resumen, cuando dicen “fue amor a primera vista", nos toca corregir: es “enamoramiento" a primera vista, nada más. Después veamos si el amor sucede. Pero para eso hacen falta un montón de cosas, y especialmente tiempo.