En un mundo cada vez más impulsado por la tecnología es importante que los estudiantes aprendan programación, el nuevo idioma que les dará más herramientas para su futuro laboral. Programar es, en realidad, aprender a comunicarse con una computadora a través de instrucciones precisas para que el dispositivo “entienda” y ejecute. De esta manera, por medio de un conjunto de reglas y símbolos, la computadora puede armar desde una página web hasta analizar e interpretar miles de datos y llegar a una conclusión concreta y ordenada. Es también la posibilidad de armar videojuegos y eso implica crear personajes, gráficos, sonidos, efectos especiales para que el juego se convierta en una aventura divertida. Este tipo de capacitaciones lleva adelante el Programa Aprendé Programando, del Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Teniendo en cuenta que los programadores son cada vez más requeridos en el mercado laboral, la idea es promover el incentivo de los estudiantes de Nivel Primario y Secundario para que se capaciten y puedan vincularse con la tecnología desde un lugar más activo; permitiéndoles crear nuevas formas de expresión, abriendo la posibilidad de que se interesen por seguir estudiando carreras relacionadas con la informática.
Brindar herramientas que faciliten la inserción laboral en el sector IT no es el único objetivo de este programa: también apunta a fomentar la participación de las mujeres para achicar la brecha digital existente entre ambos géneros en la vertical de tecnología. Desde sus inicios en 2016 hasta ahora, ya han egresado más de 36.000 estudiantes, de los cuales 13.000 son mujeres. Pablo Molina, coordinador de Aprendé Programando dice que hay muchos estereotipos de género en el rubro tecnológico. “La sociedad tiene la concepción de que los videojuegos interesan más a los varones que a las mujeres. Sin embargo, esta percepción es errónea. Por eso, desde 2019 se estableció un cupo del 50 % de vacantes destinadas a ellas, lo que permite que todos los años se incremente el número de inscriptas y egresadas”.
Además del cupo, se creó la comunidad denominada Mujeres Digitales, un espacio especial para chicas, con diferentes propuestas y actividades como, por ejemplo, El Club de Robótica: cursos destinados exclusivamente a niñas de 8 a 13 años con la intención de despertar en ellas la vocación por el mundo IT. Este curso exclusivo para chicas propone el desarrollo de distintos circuitos eléctricos programables con Arduino 1 y su simulador Tinkercad. Además de dar sus primeros pasos en el pensamiento computacional, cuentan con diferentes encuentros para saber sobre mujeres que fueron parte de la historia en el rubro.
Bajo el paraguas Mujeres Digitales se organizan eventos especiales donde, por ejemplo, se invitan a mujeres profesionales del mundo IT para que compartan sus experiencias y les dejen algún mensaje a las alumnas.
En esa línea, en el 2023 se llevó a cabo en el Planetario Galileo Galilei un evento denominado Juntas en Tecnología, que permitió que mujeres del mundo IT motivaran e impulsaran a las alumnas participantes a seguir incursionando y a desarrollarse en el área de programación. Las profesionales tenían un espacio de quince minutos para exponer su historia personal, dónde habían estudiado y en qué empresas habían logrado desplegar sus conocimientos. Compartir historias de éxito tuvo un impacto positivo entre las alumnas. No sólo inspiró a que muchas de ellas quisieran seguir alguna carrera vinculada con la tecnología sino que además estas charlas y conferencias ayudó a empoderarlas, hacerles saber que ellas también pueden aprender y ser parte del mundo digital.
Mía Taina Enrich, 17 años, participó de estos encuentros y además completó varios cursos como Desarrollo Web 1, Videojuegos y Aplicaciones Móviles de manera virtual. De manera presencial hizo Robótica, Desarrollo Web 2 y Modelado 3D . “Mi experiencia fue altamente positiva —cuenta—. Al principio estaba muy perdida, no tenía idea de qué seguir estudiando una vez concluida la secundaria pero acá me orientaron acerca de qué carreras podía seguir y dónde hacerlo. También aprendí otras cosas que a veces no se les da importancia como, por ejemplo, cómo armar un currículum y cómo presentarse a una entrevista de trabajo”.
Despertar vocaciones
Al margen de la brecha de género, este tipo de capacitaciones fuera de la currícula escolar es una manera de despertar vocaciones entre jóvenes que muchas veces no tienen muy en claro qué quieren para su futuro profesional. Especialmente teniendo en cuenta de que cada vez hay más puestos de trabajo que surgen a partir de estos conocimientos tecnológicos como guionista de videojuegos, técnicos en impresión 3D, desarrolladores de realidad aumentada, conductor profesional de drones, etc.
La Cámara de la Industria Argentina del Software (CESSI), que elaboró una radiografía IT en el país, destacó que la evolución del empleo del software significó un crecimiento de 20.000 empleos en 2004 a más de 140.000 en 2023. En los últimos 2 años, se generaron 35.000 nuevos puestos de trabajo según los datos difundidos por el organismo. Esta tendencia no ve signos de disminución, mucho menos si se tiene en consideración que entre 10.000 y 15.000 puestos de trabajo quedan sin cubrir en el sector cada año. Otro dato aportado por CESSI es que cada vez hay más mujeres involucradas en la industria. En efecto, en los últimos 15 años se duplicó la participación femenina hasta alcanzar el 35 % en la actualidad; para 2030 rondará el 50 % del total del sector, según indicó el informe.
Lautaro Vini, 17 años, cuenta cómo fue su experiencia en Aprendé Programando. “Hice dos cursos: Desarrollo Web 1 de manera virtual y el nivel 2 lo hice de manera presencial. Al final de las clases, organizamos un proyecto grupal que consistió en armar una página con la intención de mejorar la relación que había entre las familias y la escuela. Fue muy satisfactorio ver cómo todo el esfuerzo de la cursada se vio reflejado en el proyecto final”.
El trabajo de las duplas pedagógicas
Los cursos del programa se dictan con dos personas frente al aula. Por un lado, un mentor que tiene todos los conocimientos técnicos de la tecnología que se enseña y, por otro lado, un tutor que tiene más formación pedagógica, para acompañar durante todo el recorrido a los alumnos Por ejemplo, si alguien falta alguna clase, esta persona lo contactará para preguntar qué fue lo que pasó o cómo ayudar para que vuelva a la siguiente clase. En caso de que queden dudas o haya algún tema que no se entendió, el tutor ayudará. Su función es la de acompañar a los estudiantes a lo largo del curso con la intención de que pueda finalizarlo.
Las inscripciones para el nuevo cuatrimestre del 2024 ya se encuentran abiertas hasta el 22 de marzo. Las clases para el nivel Primario y Secundario inician la semana del 8 de abril.
Requisitos para anotarse
Los cursos son cuatrimestrales y las clases una vez por semana durante dos horas. Se dictan de lunes a viernes, por la mañana, tarde o noche. Para anotarse hay que ingresar al sitio web del programa.
Las capacitaciones están dirigidas a niños de 8 a 13 años y a estudiantes de 4.° y 5.° año de secundaria o de 4.° a 6.° año de escuelas técnicas, ya sean públicas o privadas.
Los requisitos son ser alumno regular de un establecimiento educativo y tener una computadora con conexión a internet. En el caso de elegir hacerlo de manera presencial, hay 13 sedes ubicadas dentro de las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires donde se puede cursar. Quienes viven en el resto del país pueden hacer los cursos de manera virtual. No hace falta contar con una computadora supersofisticada: los programas que se usan tienen la particularidad de adaptarse a cualquier equipo. Al final de cada curso, los participantes reciben una constancia de participación del Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Desarrollo Web y Python, los preferidos
Desde que se creó el programa en 2016 hasta el momento, los cursos que más interés han despertado son el desarrollo de páginas web y el uso de Python, un lenguaje de programación muy versátil y variable que los chicos utilizan, por ejemplo, para aprender a gestionar bases de datos y sacar estadísticas mucho más simples.
En el de desarrollo de páginas web se aprende a crear y a organizar la estructura básica de una página desde cero. En este caso, hay cuatro niveles y cada uno se cursa en un cuatrimestre.
La creación de videojuegos es otro de los cursos ideados para estudiantes de 4.° a 7.° de escuelas primarias donde hay más inscriptos. En este caso, la propuesta es dar una introducción a la programación por medio de los juegos utilizando una plataforma llamada Scratch, donde a través del desarrollo y diseño de proyectos pueden ser autores de su propia creación. “Lo que se busca en todos los casos es que los alumnos pasen de ser usuarios de la tecnología a poder apropiarse de ella”, dice Molina.
Para estudiantes de primaria hay también otros cursos en los que se enseñan los principios básicos de robótica y de realidad aumentada. La idea, explica Molina, es incentivarlos desde la primera etapa escolar a ser parte de la programación y las nuevas tecnologías. Estas herramientas les permiten crear su propio mundo, poner en juego capacidades como la creatividad, innovación y la resolución de problemas, y sobre todo darse cuenta de que todo el mundo puede programar.
Esta nota forma parte de la plataforma Soluciones, una alianza entre Río Negro y RED/ACCIÓN.