Jill Kakoske, la madre de Evie, una niña de ocho años con trastorno del espectro autista (TEA), instaló trepadoras y otros objetos sensoriales en su casa para desarrollar las habilidades de la menor. En agosto de 2020 empezó a compartir sus experiencias en las redes sociales y algunos videos ya tienen más de un millón de visitas.
Antes de los tres meses Evie ya gateaba, cuando la mayoría de los bebés no lo hace hasta los nueve. A sus diez meses podía correr, trepar y contaba con mucha fuerza para la edad que tenía. Luego, a sus dos años recibió un diagnóstico oficial de TEA.
Las personas que tienen TEA procesan los estímulos de su entorno de manera diferentes y eso se puede manifestar en reacciones de hipersensibilidad o de hiposensibilidad, según explica la Confederación Autismo España. En el caso de Evie, escalar se convirtió en su "comportamiento de búsqueda sensorial", es decir, su búsqueda de estímulos sensoriales específicos para satisfacer sus necesidades sensoriales. Por eso, Kakoske, junto al padre de la niña, se dio cuenta que en vez de detenerlo podían fomentarlo para potenciar su bienestar.
Cuando Evie era pequeña, sus padres decidieron comprarle su primera hamaca sensorial y con el tiempo sumaron trepadoras, escaleras, sogas y otros tipos de elementos sensoriales. Kakoske dijo a People: "Poco a poco ganó habilidad y fuerza, y hemos conseguido más equipo en nuestra casa para respaldar eso. Tiene una confianza en su propio cuerpo y en sus propias capacidades que nunca antes vi. Hago todo lo posible para apoyarla y mantenerla a salvo, pero también para no interponerme en eso".
Además, la madre expresó a NowThis News: "Trepar permite Evie encontrar la libertad para ser ella misma y escalar de las confusas reglas de la sociedad. Es una forma de 'ahogar el ruido'". Por eso, decidieron no inscribirla todavía en actividades extracurriculares relacionadas con la escalada, ya que temen que no le guste seguir las reglas, aprender ciertas disciplinas y hacer las cosa de una manera distinta. Sumado a que varios entrenadores no saben cómo tratar con niños con TEA. No obstante, sí quieren introducirla a actividades como gimnasia, parkour o el circo, pero sin presionarla y generando una experiencia positiva para ella.
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