Un ruido constante, discos y barras pesadas, personas musculosas e intimidantes paseándose por los pasillos. La imagen que solemos tener de un gimnasio no parece la de un lugar que dé la bienvenida a adultos mayores, personas con alguna discapacidad o enfermedad que quieran entrenarse. Por eso, con la visión de que el fitness sea más inclusivo, el entrenador Javeno McLean, oriundo de Jamaica, creó hace seis años en Manchester (Inglaterra) un gimnasio para entrenar a estos grupos.
Antes de crear j7, su “centro de salud”, McLean comenzó hace dos décadas a ayudar a adultos mayores, enfermos y personas con discapacidad a practicar actividad física. En muchas ocasiones, en forma gratuita. Ha trabajado como entrenador en patios de escuelas e iglesias. Y ha adaptado su gimnasio con espacios especiales para que personas con discapacidad y mayores puedan ejercitarse. En tres años distintos j7 fue elegido el mejor gimnasio de Inglaterra.
Más allá de los beneficios físicos del ejercicio, el entrenador cree que su trabajo es especialmente beneficioso para que estos colectivos, habitualmente segregados, se sientan parte de una comunidad, contó en una entrevista a Forbes.
Cada día, dedica 30 minutos a unas 17 personas con discapacidad o adultas mayores para entrenarlas. Al año, pasan por su gimnasio unos 400 de estos grupos.
En su cuenta de Instagram se puede ver distintos videos en los que guía entre barras y discos, por ejemplo, a personas en sillas de ruedas, pacientes de cáncer, demencia o parálisis cerebral, entre otras.