Suele suceder que a los pocos días de recuperarnos de una gripe o resfrío empezamos a tener síntomas nuevamente. En algunos casos, las infecciones virales respiratorias suelen predisponer a sobreinfecciones bacterianas secundarias y el cuadro puede ser un poco más severo, explica Carmen Mabel Benítez, médica infectóloga del Sanatorio Nosiglia de Posadas (Misiones). En este sentido, comenta: "Cuando el paciente mejora de la gripe y a los diez días tiene fiebre, es muy probable que sea a causa de una bacteria".
Dependiendo del órgano que sea afectado, el sistema inmune tiene diferentes reacciones. En el caso de la gripe, es el pulmón. Cuando ingresa un virus intracelular, utiliza ADN de las células para reproducirse. Ese proceso es registrado por el sistema inmune como una agresión y, en efecto, libera defensas que intervienen como mediadores inflamatorios.
Luego, los glóbulos blancos desarrollan anticuerpos para atacar al virus. Ambos procesos generan daños en las células. "Cuando se produce una lesión por un virus, inmediatamente también pueden ingresar bacterias y se puede sufrir una coinfección bacteriana y viral. Lo importante es estar atento a la evolución clínica del paciente", agrega Benítez.
Si bien esto no ocurre en todos casos, puede suceder. En particular le puede pasar a aquellos grupos más vulnerables, como los pacientes que tienen una enfermedad inflamatoria crónica pulmonar, los que reciben tratamiento quimioterápico, los que están en el extremo de la vida (recién nacidos o personas de tercera edad), entre otros. "Los pacientes que tienen insuficiencia cardíaca e insuficiencia renal tienen un 50 % más de probabilidades de fallecer por gripe frente a una población sana", afirma Benítez.
A continuación te dejamos algunas recomendaciones para tratar de prevenir la gripe:
- Cuidar la vitamina D. Liliana Aslanian, médica clínica, dice: "Tener la vitamina D suplida es importante para todos los días, pero especialmente si uno está cursando una infección". Esta vitamina es necesaria para que nuestro cuerpo absorba el calcio, una de las principales sustancias para fortalecer los huesos.
- Llevar una alimentación equilibrada. Aslanian recomienda tener una alimentación a base de verduras y frutas, e incorporar fuentes de proteínas (carnes y legumbres).
- Tener la cartilla de vacunación completa. Una de las medidas más importantes, sobre todo para los pacientes adultos y en grupos vulnerables. "Estos grupos suelen mostrar una resistencia a la colocación de vacunas", cuenta Benítez y añade: "En el caso de la vacuna de la gripe, disminuye la mortalidad en un 70 % y la internación un 50 %".
- Hacer ejercicio. Si bien no se recomienda hacerlo durante la infección, "el ejercicio como algo habitual mejorar la inmunidad y hace que las recuperaciones de cualquier enfermedad sean más rápidas y eficaces", afirma Aslanian.