La firma suiza Sirius Aviation presentó el avión Sirius Jet de 600 km/h. Se trata del primer avión del mundo de despegue y aterrizaje vertical propulsado por hidrógeno. Está destinado para la aviación privada con espacio para hasta cinco personas. Según Sirius, podrá combinar la aerodinámica de un avión con la capacidad de despegar y aterrizar verticalmente.
La empresa ofrecerá dos modelos: uno tendrá capacidad para hasta tres pasajeros. Las especificaciones incluyen: el alcance de vuelo llega a 1.850 kilómetros; la velocidad de crucero a 600 kilómetros por hora; nivel de ruido de 60 dB, equivalente al de un lavavajillas y capacidad de altitud de 9.144 metros. El otro tiene capacidad para 5 pasajeros con un alcance de vuelo de 1046 km; Velocidad de crucero: 600 km/h; nivel de ruido de 60 dB y capacidad de altitud de 9.144 metros.
El concepto del avión no es nuevo, pero destaca el uso de la pila de combustible a hidrógeno. Es altamente eficiente y sin emisiones al utilizar hidrógeno líquido para generar electricidad que impulsa los 28 ventiladores con conductos colocados a lo largo de las alas y los canards para impulsar. El reabastecimiento de combustible cuesta unos 500 dólares por un tanque lleno.
Se eligió el hidrógeno líquido como método de almacenamiento de combustible, dada su mayor densidad energética que el hidrógeno comprimido. Esto amplía la capacidad de vuelo a pesar de los mayores costes de licuefacción. Cuando están en funcionamiento, sus motores eléctricos emiten solo vapor de agua.
El avión se presentará el 17 de enero de 2024 en Suiza, donde hará la primera demostración en vivo de su sistema de ventilador con conductos de hidrógeno. Fue fabricado en colaboración con Designworks de BMW y Sauber Group. Según el cronograma de desarrollo, se esperan los primeros vuelos de prueba en 2025. Las operaciones comerciales podrían comenzar entre 2028 y 2030.
Las rutas iniciales para estos vuelos están previstos en Europa y Estados Unidos. Sirius Aviation también tiene planes de crecimiento global para su Jet en Asia y Medio Oriente. Si tiene éxito, el avión podría sentar las bases para aviones más grandes de pasajeros propulsados por hidrógeno en la próxima década.