"Creo que es una gran idea hablar con tus hijos e interactuar con ellos y tratarlos como compañeros comunicativos", recomendó la psicóloga del desarrollo de la Universidad de Harvard y autora de un nuevo estudio, Elika Bergelson. Junto a un equipo de investigadores, mostró que la clave para que los niños tengan un lenguaje amplio y sean más conversadores es que los adultos a cargo les hablen más.
El lenguaje es una habilidad humana universal que los niños adquieren fácilmente, aunque la capacidad lingüística varía según los individuos. Al respecto, el análisis de casi 40.000 horas de grabaciones de audio de niños de 2 meses a 4 años todo el mundo encontró que los factores como la clase social no parecen ser la clave de las diferencias, informaron en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences.
La mayoría de los menores incluidos en el estudio provenían de familias de habla inglesa, pero los datos también incluyeron hablantes de holandés, español, vietnamita, finlandés, de yélî dnye (Papúa Nueva Guinea), wólof (Senegal) y tsimané (Bolivia). “La combinación de estos conjuntos de datos más pequeños les dio a los investigadores una muestra más poderosa y diversa”, subrayó un artículo sobre el estudio de Science.
En promedio, los niños hablaban 27 veces más por hora por cada 100 vocalizaciones ―que se producen al articular con precisión las vocales, consonantes y sílabas de las palabras para hacer plenamente inteligible lo que se habla― adicionales de adultos que escuchaban. El número de vocalizaciones que hacen los niños está estrechamente relacionado con el tamaño de su vocabulario, concluyeron.
El nivel de educación de una madre, muchas veces utilizado como un indicador de clase social, no influyó en el habla de sus hijos y tampoco evidenciaron que los padres y madres más pobres hablaran menos con sus hijos. Según Science, “incluso cuando los científicos buscaron diferencias de clase social sólo en los niños norteamericanos (una población donde estos vínculos se habían encontrado una y otra vez) no hallaron nada”.
De todas formas, el estudio no es suficiente para descartar al nivel socioeconómico como un factor que no hace ninguna diferencia. Además, podría estar encubriendo el hecho de que los adultos podrían simplemente estar hablando más a los niños que hacen más preguntas.
Lo cierto es que, como ya ha señalado la evidencia previa, las conversaciones entre padres, madres o adultos responsables con los más pequeños impulsa las habilidades de alfabetización y el desarrollo cognitivo, independientemente de los ingresos o la educación. Hablar es una herramienta poderosa y sencilla que propicia habilidades duraderas.