Se sabe que entre las 27 y 29 semanas, es decir, entre los seis y siete meses, un feto puede escuchar los sonidos externos al cuerpo gestante. Sumada a esta evidencia previa, investigadores de la Universidad de Padua en Italia ahora descubrieron que la experiencia linguística en el útero aumenta la sensibilidad hacia la lengua que habla la madre.
En concreto, la voz de la persona gestante durante el embarazo produce cambios en la actividad neuronal del feto, lo que podría contribuir al aprendizaje del lenguaje y explicaría por qué los niños aprenden una lengua tan rápido a diferencia de los adultos.
Para estudiar el tema, los investigadores usaron electroencefalografías (EEG) en recién nacidos. Se trata de una prueba médica que registra la actividad del cerebro a través de electrodos que se colocan sobre el cuero cabelludo para detectar y registrar las señales eléctricas que emiten las neuronas.
La prueba fue realizada a 33 bebés de uno a cinco días nacidos de madres francófonas antes, durante y después de escuchar las grabaciones del cuento infantil Ricitos de Oro y los tres osos en francés, español e inglés.
“Descubrimos que después de la estimulación con la lengua materna, la actividad cerebral de los bebés es más similar a sus estados anteriores que antes de la estimulación. Esto es, por tanto, una señal de aprendizaje”, explicó la autora Judit Gervain, investigadora del Centro de Neurociencia de la Universidad de Padua a el El País.
También especificó otro descubrimiento: "Durante varios minutos después de la estimulación con la lengua materna francesa, pero no con las lenguas desconocidas (inglés y español), las respuestas cerebrales de los recién nacidos seguían siendo altas y tenían una organización parecida a la observada durante la estimulación".
De todas formas, inlcuso aunque el periodo prenatal sienta las bases para el posterior desarrollo del lenguaje, no se trata de una relación determinista, aclararon los investigadores.