(Katowice, Polonia) Maldivas es un conjunto de 1.190 pequeñas islas dispersas en el Océano Índico, al sur de la India. Sus traslúcidas aguas turquesas y fina arena blanca lo convierten en un atractivo turístico perfecto. Pero su calma paradisíaca se ve interrumpida por el cambio climático y una realidad que alarma: Maldivas puede ser uno de los primeros países en desaparecer por el aumento del nivel del mar.
“No estamos preparados para morir. Y las Maldivas no tiene intención de morir”, asegura ferviente Mohamed Nasheed, actual activista ambiental y ex presidente de uno de los países con mayor biodiversidad en su fondo marino, especialmente rico en arrecifes de coral. “No vamos a ser las primeras víctimas de la crisis climática. En su lugar, vamos a hacer todo lo posible para mantener nuestras cabezas fuera del agua”.
El caminar de Nasheed en las inmediaciones de la COP24 -la conferencia anual en cambio climático- en suelo polaco no era solitario: siempre rodeado de periodistas expectantes por su opinión sobre el estado de las negociaciones y de representantes de la sociedad civil fanatizados por obtener una foto. Tras años de conflictos políticos en su país y hasta un exilio, Nasheed había regresado al juego.
“Casi 10 años desde la última vez que estuve en estas negociaciones, nada parece haber cambiado mucho. Todavía estamos usando las mismas viejas palabras, los mismos puntos tediosos. Tal sea el momento de decirnos algunas verdades difíciles. Las emisiones de carbono siguen aumentando. Y todo lo que parece que estamos haciendo es hablar, hablar y hablar. Hay algo malo en la forma en cómo estamos hablando y en lo que estamos haciendo. No estamos ganando la batalla”, reclamó ante una COP24 que dejó mínimos avances en la implementación del Acuerdo de París.
En diálogo con RED/ACCIÓN, Nasheed se refirió a la postura de determinados países de no dar la bienvenida al informe especial del Panel Intergubernamental en Cambio Climático (IPCC) sobre un calentamiento global del 1.5°C como límite -cifra conquistada por los países insulares en el Acuerdo de París-: “Es bastante tonto que alguien no crea lo que establece un informe científico. El informe del IPCC debe ser bienvenido, la mayoría de los países quiere hacerlo, pero hay algunos pocos que no. La ciencia es ciencia, no es política. No se puede negociar con las leyes de la física”.
Comprender la importancia de su regreso a las negociaciones climáticas, obliga a hacer un recorrido por su lucha ambiental y política. En 2008 Nasheed fue el primer presidente de Maldivas elegido democráticamente. El cambio climático se volvió en un tema central de su agenda política. El motivo era tan simple como complejo: Maldivas puede desaparecer por el aumento en el nivel del mar.
Maldivas es el país localizado a menor altitud del mundo, más de la mitad de sus islas se encuentra a menos de un metro sobre el nivel del mar. En un futuro no muy lejano, sus ciudadanos se verán obligados a abandonar ese territorio paradisíaco en busca de un nuevo hogar como refugiados climáticos. Según el informe del IPCC, con el calentamiento del 1.5°C para 2100, el nivel del mar tendría un crecimiento 10 cm inferior al escenario de los 2°C. National Geographic, explica el vínculo cambio climático-nivel del mar por tres factores: la mayor dilatación de las aguas tras el aumento de su temperatura, el derretimiento de los glaciares, y la pérdida de hielo en Groenlandia y la Antártida Occidental.
“La velocidad de los vientos ya es más alta de lo que solía ser y eso incide en las olas del océano. Todo ello implica una serie de problemas: contaminación del agua, erosión costera, blanqueamiento de corales. Todas estas cuestiones se conectan con nuestra vida”, reflexiona con RED/ACCIÓN.
Como presidente, Nasheed estableció políticas para reducir las emisiones contaminantes con la meta a 2020 de convertir a Maldivas en una de las primeras naciones carbono neutral. Convocó a una reunión de gabinete debajo del agua (literal) para despertar conciencia global sobre cuál sería el escenario de su país si no se actuaba con rapidez ante el cambio climático. Su primer año como presidente se vio documentado en el filme “The Island President”, que se proyectó en salas argentinas de cine en 2012 en el marco del Green Film Fest.
Su lucha ambiental se vio acompañada de una lucha política. Con detenciones durante los inicios de su actividad previo a la presidencia; Nasheed debió renunciar a su cargo en 2012 en lo que denunció como un golpe de estado. Le siguió una condena a 13 años de prisión por delitos de terrorismo que la propia Organización de Naciones Unidas cuestionó y que lo llevó a un exilio de dos años en Reino Unido. En noviembre pasado, Nasheed fue absuelto y regresó al lugar que lo vio nacer y al cual espera preparar de lo inevitable: quedar bajo el agua.
¿Cuál es para él la solución ante tantas conversaciones y escasos avances en la acción? “En lugar de pedir recortes (de emisiones), deberíamos exigir aumentos en energía limpia -como la eólica y solar-. Si les pedimos a los grandes emisores que inviertan tanto en energía limpia, terminarían dejando de invertir en combustibles fósiles y de usarlos. Los países en desarrollo no les estamos pidiendo dinero, sino que inviertan en nuestras economías y en las suyas para modificarlas. Hay nuevas tecnologías disponibles, debemos invertir en ellas. Necesitamos replantear lo que estamos exigiendo: demandemos algo positivo, en lugar de exigir algo negativo”. ¿Su mensaje para los líderes del mundo? “Si no actúan ahora, si condenan el futuro, entonces no pueden ser los futuros líderes. Debemos poder pensar más allá de los ciclos electorales, y tener una visión más amplia de la política”.
Una renuncia “a punta de pistola”, detenciones, condena, exilio y una política internacional que parece no darle aún las acciones que su país necesita para no quedar bajo el agua, ¿qué le da esperanza para continuar en esta lucha a quien se considera representante de “una nación de sobrevivientes”? “No puedes rendirte. No puedes perder la esperanza. No puedes morir en la desesperación. Haremos todo lo posible para asegurar la supervivencia de nuestro país. Pero sólo podemos sobrevivir como nación si también sobrevivimos como planeta. Creo que podemos ganar contra todo pronóstico y debemos seguir luchando… y nunca, nunca, nunca rendirnos”.