El sentimiento de agotamiento emocional después de una reunión familiar es tan común que los psicólogos incluso acuñaron la expresión jet lag familiar. En esta nota, la psicóloga clínica y profesora adjunta de la Universidad de Richmond (Estados Unidos), Janelle Peifer, explica que esto puede deberse a toda la historia entre los parientes, los problemas no resueltos o dinámicas de relación poco saludables.
El psicólogo Adam Fried de Arizona (Estados Unidos) explicó a The New Yorker que, además, para muchos la causa de estrés y consecuente fatiga es la presión ―consciente o inconsciente― que muchos sienten para crear una experiencia perfecta en las fiestas.
Sin embargo, según Peifer este sentimiento de agobio no implica que haya algo mal en ellos o en vos. De hecho, hay algunas cosas que podes hacer para aliviarlo.
1. Un soft landing
Es muy común que después de un viaje, un fin de semana en familia o incluso después de las fiestas de fin de año nos exijamos mucho a nosotros mismos (el 38 % de los adultos se propone objetivos para el año entrante, por ejemplo). Pero lo recomendable es hacer justamente lo contrario. Peifer observa este comportamiento como un intento de compensar el tiempo libre que nos tomamos, esforzándonos inlcuso más de lo normal.
En vez de correr al gimnasio, agendar reuniones o exprimirte en el trabajo, se recomienda dar prioridad a actividades reparadoras, como ejercicios de mindfulness, estiramientos (en esta nota te recomendamos algunos) o también relajarse viendo una serie en la cama o el sillón. En palabras de la experta, "el objetivo es dar a tu cuerpo y mente un poco de espacio para procesar y restaurar".
2. Rutina y estructura
También alrededor de las fiestas de fin de año puede que nuestra vida cotidiana se desorganice un poco. Si estar rodeados de familia nos hace sentirnos más intranquilos o con menos control, los pequeños hábitos de nuestra rutina pueden ayudar, por ejemplo, simplemente retomar nuestra rutina de sueño o nuestra dieta habitual.
De hecho, Peifer participó en un estudio sobre cómo las rutinas ayudan a conservar y recuperar la energía, debido a que alivianan el peso de la toma de decisiones y la reflexión. Esto puede ser increíblemente útil cuando ya estamos agotados por algo, como por el jet lag familiar.
3. Poner límites
Por último, la psicóloga explica que las tradiciones y dinámicas familiares pueden y deben evolucionar. Una clave para lograrlo es desarrollar, comunicar y hacer cumplir nuevos límites.
Esta estrategia guarda alguna relación con el dicho popular "mejor prevenir que curar": en lugar de dedicar tiempo a reponerte del tiempo en familia, es posible encontrar formas de vincularnos de manera sana y sostenible.
El testimonio de Fried tuvo lugar en Estados Unidos en el 2016, pero es una advertencia es increíblemente pertinente para los argentinos en estos tiempos: "Las elecciones presidenciales polarizadas no ayudan, añadiendo un toque extra de tensión a las familias que incluyen a votantes de ambos partidos. Para esto, puede ser útil hacer una planificación concienzuda antes de la reunión familiar, que incluya el establecimiento de normas sobre cómo manejar las interacciones que puedan provocar ansiedad, además de establecer algunos temas a no discutir en absoluto".
Puede que esto también signifique no tocar otros temas particulares (como los cuerpos o la comida que cada uno consume), hospedarse en un hotel en vez de en la casa familiar e incluso consultar a un terapeuta si las dinámicas familiares son un factor constante de estrés y cansancio.