Tal como ocurre desde hace años en Parques Nacionales, los turistas que visitan el bosque municipal Llao Llao, en Bariloche, están obligados a pagar desde este mes un permiso de ingreso, con la única excepción de los jubilados, los menores de 12 años y los residentes locales.
El importe es de 250 pesos para todos, hasta que se actualice con la aprobación de la nueva ordenanza tarifaria, según informó el coordinador de áreas protegidas del municipio, Juan Ramírez. El mecanismo de cobro es exclusivamente digital, mediante un código QR, que los visitantes deben escanear en la cartelería emplazada en los cuatro puntos de acceso más transitados del parque.
Un dato general que maneja la administración municipal (que tal vez ya sea viejo) da cuenta de que visitan el parque Llao Llao unas 300.000 personas por año. De modo que con el arancel actual la recaudación podría rondar entre 50 y 75 millones de pesos anuales, aunque ese importe muy seguramente será incrementado en breve.
Ramírez también anticipó que podrían establecer un tarifario con categorías, de modo que los visitantes de otros países paguen más que los nacionales no regionales, y estos algo más que los regionales.
Señaló, como dato paradójico, que los 250 pesos son tan escasos que cuando el turista va a pagar algunos bancos del exterior “se lo rechazan porque el monto equivale a apenas unos centavos de dólar y no llega al mínimo admitido” para las operaciones válidas.
Si bien los atractivos tienen otras características, el parque nacional Nahuel Huapi cobra actualmente a los turistas extranjeros un ingreso de 6.500 pesos. Los residentes nacionales deben abonar 1.500, los niños de 6 a 16 años 1.000 y los provinciales no residentes en Bariloche también 1.000 pesos.
El parque Llao Llao está ubicado al pie del cerro López, a unos 25 kilómetros hacia el oeste de Bariloche y alberga una valiosa formación de bosque nativo, sobre una superficie de 1.226 hectáreas, extendidos sobre una península bañada por los lagos Moreno y Nahuel Huapi.
Tiene ingresos vehiculares por Bahía López y por Puerto Pañuelo a través de un camino asfaltado que forma pate del Circuito Chico. En varios puntos nacen senderos que permiten recorrer el área natural, calificada por la Carta Orgánica como “inalterable e inalienable”.
Desde hace al menos 20 años existen proyectos para establecer un cobro de ingreso y de hecho la ordenanza regulatoria del Ente Autárquico que administra el parque lo señala como una de sus fuentes de financiamiento.
Pero los intentos por iniciar el cobro nunca habían prosperado. Existieron tratativas con la UNRN para que estudiantes de la carrera de Turismo realicen esa tarea a modo de pasantía y también hubo sondeos para tercerizar la tarea con alguna empresa.
Anuncios incumplidos del cobro en el parque Llao Llao
Antes del último verano el titular del ente, Claudio Otano, dijo que estaba todo listo para imponer el arancelamiento, pero en febrero admitió que habían desistido por imposibilidades técnicas asumidas por la empresa London Supply, que tiene la concesión de Parques Nacionales en Puerto Pañuelo y que había preacordado con el municipio absorber también el cobro en el parque Llao Llao.
Juan Ramírez dijo que esos intentos fallidos quedaron atrás y que en los últimos meses trabajaron sobre otra idea, consistente en la digitalización completa del cobro. De ese modo se torna innecesario montar puntos de control permanente, lo cual siempre fue un impedimento operativo ante la necesidad de asegurar presencia ininterrumpida los 365 días del año.
Ahora el cobro del ingreso se realiza mediante un código QR o una inscripción previa en la página web del parque Llao Llao . Este último es el mecanismo empleado por las agencias de turismo.
Ramírez dijo que la percepción de un derecho similar podría establecerse a futuro en otras áreas de reserva natural bajo tutela del municipio como la laguna Fantasma, Morenito/Ezquerra o El Trébol, siempre centrado en los turistas.
En el bosque Llao Llao los visitantes encuentran los puntos de pago para realizar la gestión desde su teléfono en el ingreso al bosquecito de arrayanes, en el sendero del puente romano, el del cerrito Llao Llao y en la entrada al mirador del brazo Tristeza.
Ramírez dijo que la gestión fue delegada en la empresa E-Pagos. Admitió que si bien el cobro está regulado “desde hace años” y se aprueba con la ordenanza tarifaria, “en la habitualidad no se venía haciendo, porque en ciertos horarios y en los feriados no hay nadie para generar el comprobante”, lo cual se resolvió con la digitalización.
Señaló que otro de los problemas para establecer puntos fijos con ese fin era la inexistencia de energía eléctrica y servicio de internet en muchos sectores del parque. En cambio, sí existe señal de celular.
Admitió que el monto recaudado no será importante con los actuales valores, pero sí cuando se actualicen. Dijo que al escanear con el celular el visitante “accede a una plataforma donde debe completar su DNI, correo, edad y lugar de procedencia, además de la actividad a realizar”, lo cual permitirá generar una estadística que hasta ahora el municipio nunca tuvo.
El dato redondo de los 300 mil visitantes al año que recibiría el bosque municipal “lo brinda el Emprotur”, pero no sería del todo preciso, reconoció el responsable de áreas protegidas.
Posibles sanciones
Según Ramírez, aquel caminante que evada el pago se expone a ser interceptado por un guardabosque, que le pedirá la constancia y si no la tiene lo puede infraccionar. Dijo que en la primera semana de puesta a punto del sistema “el tiempo no acompañó” y los datos de cobro todavía no son representativos, pero al menos 10 ó 15 personas o grupos” registraron su ingreso y pagaron el arancel.
Ramírez dijo que trabajan también en un convenio con una universidad para acordar un nuevo diseño de cartelería que “le dé una gráfica unificada y una impronta que hoy no tiene” al parque Llao Llao. Entre otras inversiones que se podrían encarar con el fondo está la colocación de bancos, limpieza, baños y el mejoramiento de senderos que están muy erosionados, por ejemplo el del Tristeza.
Este contenido fue originalmente publicado en RÍO NEGRO y se republica como parte del programa «Periodismo Humano», una alianza por el periodismo de calidad entre RÍO NEGRO y RED/ACCIÓN.