"Me independicé bro" es ya una de las categorías más prolíficas de memes: un colchón en el piso, una taza con agua para tomar, una computadora en el piso. También abundan los videos en los que vamos de visita a lo de nuestros padres y nos llevamos lo que se cruce en nuestro camino.
Lo sabemos, es difícil (y más en estos tiempos). Por suerte, desde el equipo de Red/Acción contamos con un experimento en carne propia sobre armar tu primer departamento, y te traemos los aprendizajes y consejos prácticos más valiosos que tenemos sobre esta gran hazaña. Es posible no solo contar con lo indispensable para sobrevivir (como una heladera) sino también tener alguna que otra consideración estética, para lucir con orgullo tu primer hogar.
Al fin, me independice 🙌 pic.twitter.com/XUlJjft7zf
— Memes Universidad Nacional (@nacional_memes) April 4, 2022
Usar bien tu presupuesto
Si te gusta el diseño de interiores, probablemente ya tengas en mente una idea general de cómo querés que se vea tu casa y varios ítems guardados para alcanzar ese objetivo. Como las personas que nos acabamos de "independizar" de nuestros padres no solemos tener mucho presupuesto, te sugiero tres cosas a tener en cuenta:
1. Invertir en cosas más duraderas y centrales: mesas, sillas o un sillón. Es fácil distraerse con detalles menores como macetas lindas o cosas decorativas que no son tan importantes, pero cada uno de estos gastos te saca recursos para cosas que requieren más inversión y también duran más tiempo. Si te cuesta decidir cuáles son las prioridades, hacer una lista de todas las cosas que te gustarían puede ayudarte.
2. Como disclamer o excepción del ítem anterior, una cosa "pequeña" pero a la que sí vale la pena destinar parte de nuestro presupuesto es la iluminación. En cuanto a costo-beneficio, tener luces alternativas a las principales puede ser algo que no es tan caro y que favorece mucho a la calidez del ambiente.
3. Los muebles antiguos restaurados no son necesariamente más baratos, pero sí más duraderos. Si estás en condiciones de invertir, Marcelo, el apasionado restaurador de Brunencio Antiguedades me dió un consejo valioso: muchos de estos muebles se hacen con maderas que ya no existen (como pino de brasil o pinotea), herrajes y llaves que no tienen plazo de vencimiento.
Varios de los muebles modernos y producidos en masa, además, priorizan cantidad sobre calidad y se hacen con estructuras bastante precarias, como tapizados abrochados, goma espuma poco resistente, y otros detalles. Bien mantenidos, incluso es probable que los muebles antiguos mantengan su valor (o sean más valiosos para revender) en el futuro. En sus palabras "nunca es una compra, siempre es una inversión".
Herramientas con las que contar
Mi primer consejo es que tengas una lija y pintura blanca. Y si te lo estás preguntando, no, no es porque acabo de decidir el color de tus paredes. Se trata de que, cuando nos mudamos solos por primera vez, es común agarrar una mesa de la tía, una biblioteca de la prima, un estante de ese conocido que se acaba de mudar con la pareja y tiene todo doble.
Si querés que tu casa no se vea como algo completamente ecléctico (cosa que no descartamos, este consejo no es para los fanáticos del estilo kistch), podes hacer que tus muebles encajen interviniéndolos. En mi caso, estas herramientas me salvaron de tener una mesa de comedor verde flúo combinada con una biblioteca de azul grisáceo y una mesa de televisor color madera oscura.
Para colgar cuadros, lámparas de pared, espejos y demases, otra de las herramientas indispensables fueron los clavos "cuelga fácil" o "pega mil". Lo creas o no, colgar clavos no es una tarea tan fácil como parece. Muchas veces no atinamos a hacer un martillazo parejo y los clavos se tuercen, quedan inservibles y rompen la pared. Los cuelga fácil cuentan con un plástico que, además de proteger tus dedos, se asegura que entre parejo en la pared un clavo que (por si fuera poco) cuando lo sacás no deja ni rastros.
Dicho sea de paso, si tenés alguna irregularidad en la pared, rastros de clavos mal puestos o algún otro accidente, el insumo que probablemente te salve sea Poximix aplicado con una espátula (de ferretería, no estamos cocinando todavía). El proceso es tan satisfactorio visualmente que casi dan ganas de ir a arreglar paredes ajenas.
Momento DIY: manos a la obra
De nuevo, me dirijo especial aunque no exclusivamente a los fanáticos del diseño de interiores: si tu expectativa o tus gustos no son tan acordes a tu sueldo, no te desilusiones tan rápido. Tu carpeta de guardados en Instagram puede pasar de ser un carrito de compras a una fuente de inspiración. Por ejemplo: si ves que te gustaría tener una mesa de living transparente (pero no te alcanza para esa que querías), podes buscar mesas de acrílico en plataformas de e-commerce.
Muchos de estos lugares de muebles de diseño tienen ideas novedosas con insumos baratos, lo que hace que, rebuscando un poquito, podamos encontrar una versión accesible o incluso fabricarla nosotros mismos. Un buen ejemplo para esto son las mesas de azulejos que son tendencia y no son tan difíciles de hacer nosotros mismos (spoiler alert: acá también te puede servir el Poximix).
Otra intervención que puede servirte es la de los laminados de vinilo para encubrir algunas fallas. Si, por ejemplo, tenés la suerte de que tu tía abuela te preste una heladera de siglo de fabricación incierto y con imanes fosilizados en la puerta, podes dejarla como nueva con este tipo de intervenciones:
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