Alison Bechdel es una autora y caricaturista reconocida. Su libro Fun Home: Una familia tragicómica fue elegido como uno de los mejores del 2006 por las revistas Time, The New York Times, USA Today, Los Angeles Times y San Francisco Chronicle. Entre 1983 y 2008 publicó una tira semanal llamada Dykes to Watch Out For (Lesbianas con las que tener cuidado) y uno de sus chistes trascendió como indicador social: el Bechdel Test.
Hay que decir que la vara está baja: para pasar el test que mide la brecha de género, una película solo tiene que tener una escena con dos personajes femeninos (con nombre propio) que tengan entre sí una conversación que no se trate sobre hombres. La solidez de este test reside, quizás, en su simplicidad: es una respuesta de sí o no.
Te sorprenderías al conocer la cantidad de películas populares y actuales que no logran cumplir con este criterio tan básico. No superan la prueba la trilogía completa de El Señor de los Anillos, todas las películas de Star Wars, La Red Social, Pulp Fiction, y ninguna de las películas de Harry Potter salvo por una. De las 45 nominadas a la categoría "Mejor Película" en los Oscars de 2017 a 2023, el 67 % no pasan el Test de Bechdel.
Desde 2013, algunos cines y canales de televisión suecos integraron esta medida a su clasificación. De hecho, así como se categorizan las películas que contienen violencia, blasfemia o desnudos, para obtener la clasificación A, las películas deben pasar el test. Esta iniciativa fue apoyada por el Instituto Sueco de Cinematografía (financiado por el Estado) y reconoció como objetivo promover la igualdad de género abordando cómo se representa a la mujer en la esfera pública.
La prueba se convirtió incluso en una subcultura de internet. Existen listas de películas de terror, de cine independiente (hecha por la plataforma Mubi) y hasta de películas que, inesperadamente, pasan el test.
En 2014, Anne Bechdel comentó que se había inspirado en el icónico ensayo de Virgina Woolf, Un cuarto propio. Allí, Woolf se maravilla ante textos con mujeres amigas que tengan "intereses distintos de los perennes de la domesticidad". En julio de este año, la caricaturista le confesó a The Guardian que, aunque está un poco cansada de seguir hablando del tema desde hace tantos años, le parece un poco cool que se haya convertido en semejante indicador. Respecto al cine en la actualidad, agregó que "lo que es realmente desalentador es la forma en que tantas películas intentan cínicamente tomar atajos y presentar personajes femeninos fuertes solo como fachada. Muchos siguen sin ser personajes plenamente desarrollados".