Gracias al trabajo con líderes comunitarios, trabajadores agrícolas de Haití se capacitan para hacer frente a los desafíos del cambio climático - RED/ACCIÓN

Gracias al trabajo con líderes comunitarios, trabajadores agrícolas de Haití se capacitan para hacer frente a los desafíos del cambio climático

 Una iniciativa de Dircoms + INFOMEDIA

El proyecto SAGA, que lleva cuatro años en este país, se sustenta en el trabajo articulado entre la FAO, el Gobierno nacional, organismos de cooperación internacional y universidades junto a productores rurales. Se basa en el diseño de estrategias, políticas públicas y la formación de trabajadores del campo. Considerar los puntos de vista de las mujeres y jóvenes es una de las claves.

Gracias al trabajo con líderes comunitarios, trabajadores agrícolas de Haití se capacitan para hacer frente a los desafíos del cambio climático

Intervención por Marisol Echarri.

“El cambio climático nos afecta enormemente. Nos resulta más difícil cultivar nuestros huertos por la falta de proximidad al agua. Para regar nuestras parcelas, tenemos que caminar hasta una hora para llegar al río y sacar agua de allí”, explica Derniella Noel (49 años), una pequeña agricultora que vive en el centro de Haití. Las catástrofes naturales y los efectos del cambio climático han impactado duramente en este país del Caribe. Al igual que Derniella, muchos agricultores han visto diezmada su producción y han tenido que implementar nuevos métodos de cultivo y riego para sostener su actividad.

En este contexto aparece el proyecto de refuerzo de la adaptación agrícola (SAGA, por sus siglas en inglés), llevado adelante por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Esta iniciativa tiene por objetivo ayudar a los agricultores a adaptarse al cambio climático, los fenómenos meteorológicos extremos y a las fluctuaciones del mercado. El proyecto se basa en la colaboración con el Gobierno haitiano en su plan de apoyo a los agricultores. SAGA está conformado por una asociación entre el Ministerio de Agricultura, Recursos Naturales y Desarrollo Rural (MARNDR), el Ministerio de Medio Ambiente (MED), instituciones académicas/de investigación y la sociedad civil, especialmente mujeres y jóvenes de comunidades rurales.

Gracias a SAGA, más de 600 agricultores y agricultoras se han capacitado en escuelas de campo, en las que aprenden, entre otras cosas, técnicas de gestión integrada de los recursos hídricos y a utilizar calendarios de cultivo para que la producción pueda continuar incluso cuando las lluvias escasean o sobreviene la sequía. También aprenden métodos prácticos de negocio y comercialización, como la puesta en común de recursos para adquirir insumos y servicios agrícolas y la venta en grupo de los productos recolectados. A su vez, replican estos conocimientos dentro de su comunidad. 

Por ejemplo, el proyecto ayudó a agricultores y agricultoras a implementar un sistema de riego por goteo con barriles de plástico, conocidos como tambores, un método barato y sencillo de regar pequeñas parcelas. “Una vez que llenamos los barriles de plástico, podemos pasar varios días sin ir al río a sacar agua”, cuenta Derniella.

Según informa Patrick David, oficial a cargo de FAO Haití, las actividades del proyecto se estructuran alrededor de cuatro componentes: 

  1. Política: busca desarrollar herramientas y orientación de apoyo a las políticas públicas para sectores agrícolas.
  2. Sociedad civil: se intenta emprender intervenciones piloto comunitarias, incluso a través de escuelas de campo para agricultores y agricultoras que tengan en cuenta las cuestiones de género y nutrición y fortalezcan sus capacidades de adaptación.
  3. Investigación: incluye la generación de datos y evidencia científica sobre vulnerabilidad y opciones de adaptación en los sectores agrícolas.
  4. Sensibilización, promoción y diálogo: parte de SAGA implica aprovechar los mecanismos de coordinación del cambio climático existentes para facilitar el diálogo entre los socios locales, nacionales e internacionales involucrados.
Gracias a SAGA, más de 600 agricultores y agricultoras en Haití recibieron capacitaciones sobre aspectos técnicos de su actividad, como también sobre comercialización y prácticas de negocios. (Imagen: gentileza FAO)

Un enfoque basado en las escuelas de campo para agricultores (ECA)

El eje que alude a la sociedad civil incluye entre sus actividades el compartir conocimiento mediante las denominadas escuelas de campo para agricultores (ECA), un enfoque en el cual, según FAO, se fomenta el aprendizaje mediante ejercicios prácticos de campo que emplean la observación directa, los debates y la toma de decisiones. “Es una metodología de aprendizaje participativa y experiencial”, resume David.

“El enfoque de las ECA tiene como objetivo empoderar a los agricultores brindándoles el conocimiento y las habilidades para tomar decisiones informadas sobre sus prácticas agrícolas y mejorar sus medios de vida. Estos agricultores actúan ahora como transmisores para la difusión de conocimientos dentro de sus comunidades”, añade. En total, son unas 363 mujeres y 254 varones quienes trabajan en agricultura y replican los conocimientos en sus comunidades, a lo largo de seis regiones distintas de Haití.

David cuenta que el proyecto también apoyó el desarrollo de herramientas de capacitación y el suministro de equipos e insumos para los grupos de agricultores y agricultoras beneficiarios.

Estas capacitaciones se centraron en las necesidades de cada comunidad e incluyeron, por ejemplo, enseñanza de técnicas de producción, de ventas, de manejo del suelo, riego o de manejo del riesgo en el cultivo de frutas y verduras.

A su vez, como parte del enfoque de las ECA se hicieron talleres de consulta en distintas zonas del país para determinar los mayores riesgos y vulnerabilidades. Así, 600 trabajadores y trabajadoras de la agricultura y la pesca señalaron un inventario de los mecanismos adoptados y de con qué les parecería importante contar para adaptarse al cambio climático. Con los resultados de estas encuestas, actualmente se ultima una guía de adaptación en el sector agrícola de Haití.

SAGA se basa en el trabajo en conjunto entre distintos actores, desde Naciones Unidas al Gobierno de Haití, pasando por los productores agrícolas. (Imagen: gentileza FAO)

Origen y claves del proyecto

El Proyecto SAGA se originó en el Simposio Internacional sobre Seguridad Alimentaria y Nutrición en la Era del Cambio Climático de 2017 realizado en Quebec (Canadá), donde se presentaron soluciones concretas y multisectoriales a este desafío global. Y con el foco puesto en apoyar a países en desarrollo de habla francesa, como Senegal, Costa de Marfil y Haití. En el caso del país caribeño, se trata de un histórico socio del Gobierno de Quebec y ha trabajado con FAO desde 1978. El Proyecto SAGA se estableció formalmente en diciembre de 2018 y en julio del año siguiente comenzó a implementarse. En julio de 2019 se definieron las actividades prioritarias y así se inició su puesta en marcha en Haití.

“La fortaleza del proyecto radica en el trabajo en alianza de múltiples actores involucrados: Gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y universidades e instituciones de investigación a nivel internacional, nacional y local”, enfatiza David. Y detalla que la implementación del proyecto en Haití fue posible gracias a la coordinación entre FAO, los distintos ministerios del Gobierno nacional, organizaciones de cooperación internacional como Solidarité Union Coopération (SUCO) y el Centre d'étude et de coopération internationale (CECI), organizaciones de productores y dos equipos de investigación de la Universidad Laval.

“Desde el inicio del proyecto, se tomó la decisión deliberada de ser inclusivo e involucrar a los más vulnerables a los efectos del cambio climático, especialmente a los pequeños agricultores y a las mujeres. Este enfoque garantiza que se consideren diversos puntos de vista al tomar decisiones, lo que permite que el proyecto desarrolle soluciones que realmente satisfagan las necesidades de estas comunidades”, añade David.

Empoderar a pequeños agricultores y agricultoras (especialmente a las mujeres) es una de las claves del programa en Haití. (Imagen: gentileza FAO)

Desafíos y replicabilidad

Precisamente, integrar distintos actores y trabajar en conjunto con agricultores y agricultoras de distintas escalas supuso un gran desafío. “Para abordar esto, creamos espacios para debates abiertos, realizamos talleres entre los socios del proyecto y sesiones más amplias que involucran a todas las partes interesadas nacionales. En respuesta a los comentarios de los socios, desarrollamos una estrategia para integrar componentes”, aclara David. Esta estrategia detallaba objetivos compartidos, métodos de colaboración y funciones y responsabilidades definidas.

Por otra parte, el cronograma de implementación y las actividades se vieron interrumpidos por las restricciones relacionadas con la pandemia de la COVID-19.

Además, David señala que distintos acontecimientos generaron preocupaciones políticas e inseguridad, como el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio de 2021, el terremoto de agosto de 2021 y el conflicto en curso en Ucrania. Todo esto generó una gran inflación y complicaciones para los viajes en las rutas de Haití. “No obstante, el sólido enfoque multiactor y descentralizado del proyecto ayudó a superar estas dificultades”, aclara. 

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Esta nota forma parte de la plataforma Soluciones, una alianza entre Río Negro y RED/ACCIÓN.