Prácticamente todos los países del mundo están experimentando un crecimiento de la proporción de personas mayores en la población. “Se prevé que el número de personas de 65 años o más en todo el mundo se duplique con creces, pasando de 761 millones en 2021 a 1.600 millones en 2050”, estiman desde la ONU.
Un fenómeno común entre muchos adultos mayores —especialmente en estratos socioeconómicos más bajos— es la dificultad en el acceso a información en plena era digital.
“Independientemente de los soportes económicos, socioculturales y la situación sanitaria que cada persona que envejece posee, cuando los servicios y actividades se ofrecen mediante plataformas digitales tan diversas y múltiples sin cumplir con criterios de accesibilidad y diseño universal, las personas se enfrentan con un muro de dificultades, se exponen a la frustración, a la autopercepción negativa sobre su propio envejecimiento y a la exclusión”, afirma la psicóloga Marisa Parreira, especialista en gerontología institucional y comunitaria y a cargo de las Áreas de Salud y Tercera Edad de la Fundación Presbítero José Mario Pantaleo.
La Obra del Padre Mario, tal como se conoce a la organización, es una fundación con más de 50 años de historia cuya misión es impulsar el desarrollo humano de las familias de González Catán a través de un modelo de redistribución solidaria, gestión de excelencia y calidad en los servicios.
Experiencia útil
La Obra ya trabajaba la alfabetización digital desde antes de la pandemia de la COVID-19: “Dábamos cursos de computación a los adultos mayores de nuestra comunidad. Hasta la pandemia era una actividad más, era un aprendizaje más, pero no lo considerábamos algo imprescindible para sus vidas. Con el coronavirus todas nuestras actividades quedaron mediadas por la tecnología”, explica Parreira.
“Tenemos un centro de día en González Catán al que vienen 60 mayores de lunes a viernes de 8 a 16 h y, además, actividades recreativas como talleres, aqua gym, etc., para alrededor de 500 personas. En pandemia buscamos la forma de conectarnos con ellos vía remota: la atención de salud, el relevamiento y el seguimiento de cómo estaban lo hacíamos por teléfono; y comenzamos a hacer los talleres online, por videollamada”, añade.
Aquello, relata, fue todo un desafío: “Al principio creíamos que iba a ser muy difícil, porque aunque contábamos con experiencia en el trabajo con mayores, estamos atravesados por los estereotipos negativos que hay hacia ellos (pensar que no tienen capacidad de aprendizaje o que son más rígidos, que no van a poder). Sin embargo, con el apoyo de sus familias, funcionó. Los veíamos todos los días. Y empezamos a sumar a gente que no era de la zona pero que de algún modo estaba vinculada con la organización: nos conectamos con gente de Morón, de la Ciudad de Buenos Aires, La Plata y hasta Santiago del Estero”.
“Cuando se volvió a la presencialidad —continúa Parreira—, diseñamos nuevos talleres online y en abril de 2022 armamos el Proyecto Grandes Conexiones, mediante el que de lunes a viernes, durante dos horas, las personas mayores tienen actividades en línea: un estímulo de educación física, un estímulo de memoria, otro de aprendizaje y hacemos seguimiento remoto”, continúa.
“Con el proyecto ya en marcha nos dimos cuenta de que podíamos llegar a más gente, tener otras herramientas para darles acceso a información que requieren a diario. Por ejemplo, sacar un turno en PAMI, hacer un trámite en ANSES o sacar entradas para el cine”, señala la especialista en gerontología institucional y comunitaria.
Para los adultos mayores es un gran obstáculo no comprender la tecnología. “Si ellos no aprenden, no pueden relacionarse con el entorno, quedan dependientes de sus hijos, de sus nietos”, indica Parreira.
“No quiero que venga mi nieto y me haga lo que necesito. Yo quiero saber: quiero aprender a mandar fotos, quiero saber cómo saco un turno”, expresó María, una adulta mayor que participó hace poco en un grupo focal de la fundación.
Los principios de la ONU a favor de las Personas de Edad incluyen la independencia, la participación, los cuidados, la autonomía y la dignidad de la persona mayor. Lo que María reclama “es independencia y dignidad”, observa Parreira.
Pero además, Parreira explica que es “necesaria no sólo la alfabetización digital, sino innovar en un dispositivo que permita centralizar el acceso a la mayor cantidad de servicios que requieran, que promuevan formas fáciles de acceder a actividades y que, sobre todo, cree comunidad”.
Para ello, desde la organización comenzaron a diseñar la aplicación Grandes Conexiones como una manera de otorgar acceso directo a información relevante para las necesidades y problemáticas del envejecimiento.
La aplicación será gratuita con información útil que les permita acceder a servicios sanitarios, de la seguridad social y/o culturales. También los conducirá a los distintos talleres virtuales que la fundación realiza y a otras actividades gratuitas de modo sincrónico y asincrónico.
Nuevas formas de socializar
La soledad no deseada es uno de los problemas más frecuentes en la población de más de 65 años. A ello se suman las dificultades en la accesibilidad de información y la necesidad de rehabilitar las funciones físicas y cognitivas que pueden verse dañadas por enfermedades con alta incidencia en las personas mayores. La falta de actividades y de vínculos con otros producen un círculo de mayor aislamiento.
La aplicación de la Fundación Presbítero José Mario Pantaleo busca ampliar la asistencia a través del uso de telefonía móvil, que desde la pandemia se afianzó como herramienta de contacto de las personas mayores con el entorno.
“Aspiramos a mejorar la calidad de vida de las personas mayores a través del uso de una aplicación móvil que les permita acceder a información relevante, fácil de usar y que promueva conectarse entre sí, previniendo dificultades mayores en el envejecimiento”, afirma Parreira, que tiene un máster en Organización y Gestión de Servicios Sociales.
“Hoy ninguna de las plataformas para acceder a turnos, para sacar entradas, para ventas online, está adaptada a las personas mayores. No tienen los criterios de accesibilidad necesarios. Por ejemplo, una de las cosas que les pasa es que se tienen que loguear cada vez que tienen que sacar una entrada”, detalla.
“Todos seremos adultos mayores que el día de mañana vamos a necesitar la mano del otro. Estamos trabajando para nuestro futuro”, reflexiona la especialista.
Una aplicación pensada desde el diseño universal
Para desarrollar la aplicación, la fundación se presentó al XXII Premio Bienal de la Fundación Navarro Viola y resultó ser una de las cuatro organizaciones sociales dedicadas a la primera infancia y a los adultos mayores que lo ganaron. Con esta distinción, la organización recibirá 2,5 millones de pesos para desarrollar la iniciativa durante el año próximo.
La aplicación está destinada a las personas mayores de González Catán y Virrey del Pino, a 30 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, donde la Obra del Padre Mario lleva adelante gran parte de sus acciones.
De acuerdo a estimaciones censales en la zona, cerca del 12 % de la población tiene más de 60 años. De estas personas un 90 % posee ingresos por jubilación o pensión. Una gran parte de la población recibe haberes mínimos con escasa ayuda económica familiar. Si bien estos familiares por lo general están presentes en la vida de sus mayores, tienen poca disponibilidad de horas diarias para dedicarse a sus necesidades.
El desarrollo de la aplicación —bajo lineamientos del diseño universal— aspira a la reducción de la brecha digital que existe en este grupo etario. En esa línea, una vez que la aplicación esté disponible, se prevén capacitaciones presenciales y online para su uso. “Nuestra propuesta es implementarla primero en González Catán y Virrey del Pino con información útil de estas localidades y con capacitaciones en la fundación y tres organizaciones más. Pero se puede extender más, porque la información está disponible en la web, solo que está dispersa”, explica Parreira, que cuenta que la Obra pertenece a una red de organizaciones comunitarias en La Matanza llamada Cimientos, adonde concurren mayores.
Abordaje innovador
“El proyecto —que tiene una inversión inicial y posteriormente un costo de mantenimiento mínimo— es innovador porque en principio no hay aplicaciones implementadas en el territorio que les permita de modo sencillo acceder a información y tiene un alcance a gran cantidad personas de modo simultáneo y con perdurabilidad en el tiempo”, señala Parreira. Y agrega: “La app brinda un sentido de pertenencia a la Obra del Padre Mario y a las organizaciones comunitarias que median su aplicabilidad en el territorio”.
Parreira, responsable del proyecto, explica que el diseño de la aplicación cumplirá con una serie de etapas. En un comienzo se implementará una investigación de cuáles son las últimas aplicaciones para mayores, luego se indagará a grupos de expertos y a personas mayores conformadas en grupos focales sus componentes y aplicabilidad.
Se rastrearán los problemas más comunes que la aplicación puede resolver, se hará un producto mínimo viable y luego una etapa de testeo, puesta a punto y lanzamiento en plataforma para descarga y uso.
Posteriormente, se implementarán capacitaciones en los centros comunitarios y de tercera edad para conocer su utilización.
Otros premios
La Fundación Navarro Viola ya había premiado a la Obra del Padre Mario en 2006 y en 2017. En 2006 distinguió su Proyecto Vínculos, en el que las personas mayores acompañan los procesos de adquisición de la lectoescritura en el primer ciclo de la escuela primaria.
En 2017 premiaron el Proyecto Contame tu Historia, en el que los mayores acompañan el proceso de toma de decisiones vocacionales de los jóvenes, mediante la visibilización y construcción de modelos positivos que actúen como referencia en momentos tan cruciales como es el final de la escuela secundaria y el descubrimiento de una vocación.
Esta nota forma parte de la plataforma Soluciones, una alianza entre Río Negro y RED/ACCIÓN.