Las hormonas son las mensajeras químicas de nuestro cuerpo. Su función es viajar a través del torrente sanguíneo para señalar a otras células que realicen funciones específicas. Las hormonas que identificamos como hormonas de la felicidad –la oxitocina, la dopamina, la serotonina y las endorfinas– se encargan de avisarle a nuestro cerebro que es hora de sentirnos bien.
Las endorfinas son las hormonas relacionadas al placer y funcionan realmente como un analgésico porque suelen aliviar dolores. La serotonina ayuda a mantener un buen estado de ánimo y es conocida como el antidepresivo natural por excelencia. La dopamina activa los circuitos de recompensa y está relacionada también con la motivación y el placer. Y la oxitocina es la famosa hormona del amor, que nos conecta con los otros y promueve la intimidad y la confianza.
Para entender más sobre el tema hablé con Julieta Bilbao, Licenciada en Psicología y especialista en talleres de estrés. Ella trabaja a diario sobre una certeza: cuando vivimos momentos de incertidumbre y tensión, liberamos grandes cantidades de cortisol y adrenalina, las hormonas del estrés. Pero por suerte, para contrarrestarlas y potenciar la liberación de las hormonas de felicidad, hay varias actividades que podemos hacer.
Alerta spoiler: liberar estas hormonas no hace que nuestros problemas y preocupaciones desaparezcan, pero nos hacen sentir mejor frente a la misma vida y nos ayudan a enfrentar las cosas de manera diferente. El efecto no siempre es consciente, dura algunas horas y si hacemos varias de estas cosas a diario, nos iremos sintiendo mejor. Aquí, una lista de actividades muy simples para activarlas.
Hacer ejercicio. Correr, bailar, andar en bicicleta, hacer deporte, salir a caminar. Cualquier actividad que nos haga movernos nos lleva a liberar endorfinas y serotonina, es decir que nos ayuda a tener un mejor estado de ánimo y a aliviar dolores. En muchos casos, hacer ejercicio tiene casi los mismos efectos que los antidepresivos, y nos vuelve más felices.
Abrazar, besar, tener sexo. El contacto piel a piel con un otro nos libera oxitocina, la hormona del amor que nos hace sentir más conectados y felices. Los besos, las caricias, los masajes, un abrazo largo y sostenido, tener sexo, tener orgasmos, incluso sostener la mirada; todas estas acciones que nos hacen sentir bien no son fortuitas, tienen una explicación química y nos dan felicidad.
Meditar. Está demostrado que la práctica de la meditación genera oxitocina, la misma hormona del amor que liberamos en el contacto con los otros. Además, si cuando lo hacemos nos enfocamos en recordar o visualizar momentos felices, también liberamos serotonina, nuestro antidepresivo natural.
Pasar tiempo con amigos. Este punto es clave pero especialmente si lo que hacemos es divertirnos y echarnos a reír. Como cuando estamos en compañía de otros tenemos hasta 30 veces más chances de reírnos que cuando estamos solos, es importante tener estos espacios en nuestra vida. La risa es la mejor acción de todas: libera las cuatro hormonas de felicidad y cuanto más larga sea la carcajada, mejor.
Ver películas, programas o videos graciosos. En el mismo sentido, y aunque puede ser un poco más difícil que la carcajada salga con ruido, darse tiempo para mirar películas, series, programas de televisión o videos graciosos ayuda un montón. De nuevo, la carcajada nos libera las cuatro hormonas, no falla.
Tener una mascota. Está estudiado y quien haya tenido un animalito en casa lo experimentó. La compañía de una mascota, el contacto con ella, eleva los niveles de oxitocina (sí, de nuevo, la del amor) y nos hace sentir más contenidos.
Comer alimentos ricos en triptófano. Hay varios alimentos que podemos elegir consumir más para estar más felices, como el chocolate, la banana, los frutos secos, las nueces, el cacao amargo, la palta, las semillas, los huevos y los lácteos. Todos ellos tienen niveles altos de triptófano, una sustancia que es precursora de la serotonina y que solo podemos adquirir con la comida.
Ponernos pequeñas metas. Tomarnos el tiempo de listar nuestros planes, metas y objetivos, organizarlos en pequeñas tareas, avanzar en ese proceso e ir tildando las tareas que realizamos activa la dopamina, hormona que activa los circuitos de recompensa, la motivación y el placer. Otra explicación científica al placer que sentimos cuando logramos pequeñas cosas en nuestro trabajo.
Estar al sol. Por último y no menos importante, exponernos a la luz solar. No por nada la primavera está relacionada con la alegría y el amor. Estar al menos un ratito por día al sol —con los cuidados necesarios, no olvidemos– nos hace liberar serotonina, sentirnos más alegres y felices.