Cuando Martha Salas era una nena, allá por la década de 1950, cada tarde salía a jugar en la vereda del barrio porteño de Villa del Parque. Pero aún recuerda que a las seis en punto, sin excepción, un grito único llegaba desde de las radios de cada casa y todos los niños volvían corriendo para escuchar la tira que narraba las aventuras de Tarzán.
También podían seguir las peripecias de Poncho Negro, un jinete enmascarado que vivía sus aventuras en diferentes lugares de Sudamérica, junto a su compañero Calunga.
A lo largo de su vida, Martha supo disfrutar de los relatos: primero con la radio, luego con los libros de la colección Robin Hood, más tarde con best sellers. Hoy a los 81 años, por limitaciones en la vista optó —por consejo de sus hijas y nietos— por los audiolibros que le permiten volar por lugares e historias lejanas mientras teje a crochet.
No solo Martha se convirtió en asidua usuaria de este recurso: desde niños pequeños que se deleitan con audiolibros o pódcasts; adolescentes que prefieren escuchar a leer mientras se trasladan en colectivo; viajantes, camioneros; cocineros amateurs o profesionales, personas con discapacidades visuales y todo tipo de lectores ávidos que prefieren “leer” escuchando en lugar de hacerlo con los libros papel.
“Trabajo todos los días como repositor, siempre me gustó leer; de chico me gustaban las historietas de Patoruzú y de más grande me enganché con los comics. Pero ahora no me alcanza el tiempo. Así que cuando un amigo me recomendó los audiolibros, no los largué más”, revela Oscar Ortiz, empleado de una cadena de supermercados en CABA pero que vive en Lomas de Zamora y “lee” audiolibros en su viaje.
Las grandes editoriales advirtieron esta demanda que crece entre distintos públicos y convocaron a actores, locutores y humoristas para darle voz a cada una de sus propuestas.
Un formato con éxito
Penguin Random House, uno de los grupos editoriales más grandes de la Argentina, desarrolló distintos audiolibros en los últimos años. Al respecto, Catalina Lucas, directora de Estrategia Digital de Random, considera que “el avance de la tecnología en conjunto con la mejora en la calidad de los audios, la profesionalización de los narradores y la dirección han contribuido a la expansión del público que disfruta de este formato, y que abarca a personas de diferentes géneros y edades, desde los 16 en adelante”.
Según Lucas, el audiolibro seduce a personas que no solían leer habitualmente y encontraron en este formato una forma atrapante y más divertida de hacerlo.
Los consumidores, tal cual mencionan desde Random, destacan la posibilidad de escuchar una historia en momentos donde la lectura no era posible, como por ejemplo cocinando o haciendo ejercicio, y la comodidad que representa el no tener que forzar la vista mientras disfrutan de un libro. “El momento antes de irse a dormir sigue siendo uno de los más elegidos para el audiolibro”, destaca Lucas. Y la pospandemia marcó un hito en este sentido: prácticamente se duplicó el consumo en la región, según explican desde la editorial.
En lo que se refiere a la torta del mercado, Lucas agrega que los audiolibros argentinos son muy reconocidos por los consumidores en todo el mundo y su consumo creció más de un 70 % en los últimos 4 años. “Hoy las plataformas que más eligen los consumidores son Audible y Google Play. Recientemente Spotify comenzó a distribuir audiolibros en español”, aclara Lucas. Otra ventaja de los audiolibros es el precio, ya que son más económicos que sus versiones en papel.
Por su parte, Florencia López, responsable de Producto Digital de Grupo Planeta, reveló que, según el último informe publicado por Bookwire (un sistema operativo para editoriales), se registra un mayor consumo de lectura de ficción, así como también de las temáticas de autoayuda y bienestar; y que hubo un incremento, durante los últimos años, de los títulos de novelas juveniles.
En cuanto a la porción del mercado, según datos de la industria aportados por Planeta, en idioma español la producción ha superado los 15.000 títulos, con un crecimiento anual de más del 25 %. En Latinoamérica, la suscripción ilimitada de audiolibros representa más del 85 % del negocio.
Si bien gran parte de la producción de audiolibros de habla hispana se realiza en España, Estados Unidos y México, su producción en la Argentina creció en el último tiempo. Según Lucas, en Random suelen trabajar narradores que se dedican a la actuación, al doblaje o a la locución. Además cuentan con un equipo especializado en audiolibros que, en los últimos dos años, ha producido alrededor de 500 títulos. “Recientemente inauguramos estudios de grabación propios en la editorial”, agrega.
Hoy cuentan con más de 4.500 títulos en su catálogo de audiolibros. Los más vendidos van desde temáticas como la autoayuda, el autoconocimiento y bienestar personal hasta ciencia o ficción romántica. Uno que tuvo mucha repercusión fue el que grabó Dolores Fonzi por los 120 años de Silvina Ocampo.
La industria de los audiolibros, pódcasts o audioseries creció y continúa haciéndolo en los mercados de habla hispana de España, Latinoamérica y Estados Unidos. Para enero de 2023, había en el mercado más de 20.000 audiolibros y se prevén más de 25.000 para fin de este año. En cuanto a los pódcasts, se espera alcanzar los 100.000 en español.
Según el informe Spanish Audio Markets Growth Report (2017-2022), elaborado por DosDoce (entidad que fomenta que las editoriales entiendan mejor la nueva era digital), este rubro se mantendrá en alza debido al interés de la gente y además por el uso de la IA, que ayudará a dar voz a ciertos libros. Se prevé que el mercado de los audiolibros en español llegue a 26,6 millones de oyentes en 2026.
Darle cuentos a Nina
Diego “Panza” Miller es un profesional del ámbito de la radio. Durante muchos años escribió radioteatro y es un histórico integrante del equipo de Mario Pergolini. Es además el creador de La Casa de los Mil Sonidos, un pódcast con historias para chicos que realizó para Diario Con Vos junto a locutores destacados y donde incluyó la voz de su hija, en quien se inspiró.
—¿Por qué te decidiste a generar este tipo de contenido en formato pódcast para niños?
—Fue una necesidad de padre; mi hija se empezó a interiorizar en audiocuentos. Y a mí me interesa el contenido; soy guionista y en Spotify no encontraba nada que me satisficiera.
—Contaste que, en el auto, se te ocurren buenas ideas. Mucha gente suele “leer” a través de audiolibros mientras maneja.
—A mí me resulta un buen momento para prestarle atención a un pódcast o un audiolibro. Siento que cuando uno maneja puede disociar y escuchar y manejar. Otro de los momentos en los que escucho o podría hacerlo es mientras cocino.
—¿Cuál es el feedback que recibís de tu público?
—Me escribieron padres por Instagram. Y se meten en la historia, la viven tal cual lo había planeado y el feedback es buenísimo. Un niño no se cansa con los audiocuentos y suelen escuchar varias veces el capítulo y eso me estimula.
—¿La pandemia influyó en este tipo de oferta?
—Durante la pandemia conduje un programa de radio y la gente estaba deseosa de escuchar. Supongo que sí, que la gente empieza a buscar otro tipo de contenido.
-¿Qué otros sectores creés que valoran este tipo de formato como los cuentos en pódcast o el audiolibro?
—Me parece que hay gente muy deseosa de escuchar historias, cuentos, situaciones que te transporten, que te saquen de esta realidad que nos quiere vender el sistema donde todo es muy denso, crítico. Y la oportunidad de transportarse por un cuento o una historia es reconectar con esa esencia creativa de la vida. Porque en un audiolibro lo que sucede es que la imaginación se dispara y uno crea la imagen y eso hace bien a la mente, a la salud y al corazón.
En cuanto al público que consume este tipo de productos, Diego reveló que el 70 % de quienes lo escuchan tiene entre 35 y 45 años, y son alrededor de un 50 % mujeres y un 50 % varones.
Una solución para personas con discapacidad
Más allá de la trayectoria de las grandes editoriales o de los emprendimientos personales, hay una institución que, desde hace años, realiza un trabajo de creación de estos contenidos: la Biblioteca Argentina para Ciegos, una entidad abierta a la comunidad. Sobre el tema, Fabián Sagripanti, bibliotecario del Área de Libro Parlante, quien trabaja hace 15 años en la institución, cuenta que los audiolibros son pensados para personas con problemas visuales pero también para gente que no puede sostener un libro, como personas amputadas o con discapacidad motriz.
“Un porcentaje de quienes recurren a esta biblioteca es gente de baja visión por accidente o por problemas que se le despiertan en la adultez. Viene sobre todo gente que ha sido lectora”, destaca.
El servicio de audiolibros funciona desde 1985 y actualmente la institución cuenta con 1.500 ejemplares. En la producción de audiolibros se trabaja con voluntarios que van a leer una vez por semana, lo que dificulta engrosar el catálogo: “Hay que dedicar tres o cuatro meses, dos horas una vez por semana, para grabar un libro de 300 páginas”, grafica Sagripanti.
Sobre el género, el bibliotecario señala que graban de todo para darle al lector diferentes opciones: novela, cuentos, algo de filosofía, poesía, teatro. En general priorizan géneros ligados al entretenimiento.
Esta nota forma parte de la plataforma Soluciones, una alianza entre Río Negro y RED/ACCIÓN.