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¡Buenos días! Solemos hablar de la importancia de donar médula ósea. Pero muchas veces los donantes compatibles se encuentran a miles de kilómetros. Y entonces aparece la ternura y solidaridad de quienes transportan las células madre entre aeropuertos, barcos y taxis. Y a ellos y ellas hoy queremos aplaudir.
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La médula ósea es una sustancia que se encuentra adentro de los huesos, especialmente dentro de los huesos más grandes. Y allí se forman todas las células de la sangre: los glóbulos rojos, blancos y las plaquetas. La ciencia ha evolucionado tantísimo que para casos de enfermedades que afectan a esas células a alguien se le ocurrió hacer algo maravilloso: cambiar la médula ósea. Que no haga falta otro tratamiento especial más que introducir en ese espacio la nueva médula ósea. Esto ha permitido que la expectativa de vida y curación en casos de leucemias y linfomas creciera muchísimo. Cada vez más personas salvan su vida con el trasplante de médula ósea.
Varias veces contamos en OXÍGENO que es importante que nos anotemos para donar médula ósea, que es un procedimiento muy simple. Si bien hacen falta donantes, hay cada vez más. Están registrados en bancos nacionales y en un banco mundial, tipificados para encontrar al donante compatible si se necesita.
Pero claro, esta cadena que salva vidas tiene distintos eslabones, más allá de quienes donan. También incluye a equipos médicos. Y, en el medio de esta cadena, a un grupo admirable de voluntarios y voluntarias que hoy queremos destacar.
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Una organización italiana, Nucleo Operativo Protezione Civile (NOPC), convoca a voluntarios y voluntarias para transportar médula ósea entre distintas ciudades y países del mundo. Porque es posible que, a raíz de las muchas migraciones que se han producido en la historia, en Europa alguien requiera de médula ósea y su donante esté en América del Sur, o en Israel, por ejemplo. O viceversa.
Imaginémoslo: es un voluntario completamente distinto a todos. Después de un diagnóstico, de distintos estudios, de una búsqueda internacional de donante, alguien tiene que trasladar la médula ósea en un recipiente acondicionado, para mantener estas células microscópicas a una temperatura específica.
Conocimos a Julieta, una voluntaria que realiza esta tarea tan noble. Ella decidió dedicar su tiempo y enormes viajes: trenes, taxis, colectivos, aviones. Cruzar montañas, mares, continentes, con el fin de transportar un grupito de cientos de miles de células microscópicas que llevan vida para otra persona.
Hay personas del mundo a miles de kilómetros de distancia que ahora viven gracias a que otros voluntarios, con enorme delicadeza y cuidado, cruzan los continentes, los aeropuertos, las terminales de ómnibus.
Hay alguien custodiando esa vida en un acto de solidaridad, de ternura, de compromiso. de ciencia.
Porque, repetimos, es una cadena. En la que participan equipos médicos en distintos países, un donante altruista. Pero también estas personas que transportan en su equipaje la esperanza de vida para otras personas.
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Una pequeña entrevista a Julieta Ricchezza, voluntaria Nucleo Operativo Protezione Civile (NOPC). Ella tiene 49 años, es de Quilmes y trabaja como correctora de textos y haciendo tatuajes handpoke.
—¿De dónde viene tu activismo en la donación de médula ósea?
—Cuando quise registrarme como donante de médula ósea, hace muchos años, tomaba una medicación para la migraña que me impidió hacerlo. Me sentía frustrada. En 2017 conversaba sobre este tema con una amiga que es oncóloga y me dijo que existían los “transportadores” de médula ósea, me contó la historia de una voluntaria de una organización italiana que había llevado células madre a una paciente a su hospital. Busqué información y me contacté con la organización Nucleo Operativo Protezione Civile (NOPC) con sede en Florencia. Seremos unos 80 voluntarios. En su gran mayoría italianos (en mi tiempo en la organización aprendí esa lengua). También hay una estadounidense, un israelí, creo que un español, una francesa y yo. Tras pasar por una capacitación, en Pascuas de 2018 llegó mi primera “misión”, como nosotros la llamamos. Viajé sola a Munich, Alemania y regresé con las células a la Argentina.
—¿Cómo es tu tarea transportando médula ósea? ¿Con qué frecuencia viajás?
—Suelo transportar dos o más veces al mes. A veces puede pasar un mes sin ningún transporte y de pronto son varios. Cuando surge alguna misión me preguntan si estoy disponible. Salvo cuando se casó mi hermana menor, siempre pude viajar. Desde la organización me envían la información con toda la documentación necesaria. Tengo mi heladera Stanley en mi casa con cinco packs rígidos de gel, además de las telas que envuelven la bolsa con la médula. Puedo viajar hacia Brasil, Europa, Asia, cualquier lugar en donde haya una persona que sea donante o que requiera ser trasplantado.
—¿Qué significa para vos ser voluntaria y hacer una tarea tan particular?
—Dono mi tiempo. Doy mi vida por este voluntariado. Mi compromiso es full-time. Durante el transporte no me doy cuenta de lo que estoy haciendo porque es parte de mi vida. Una vez que entrego “li dono della vita” (el regalo de la vida como se dice en NOPC) tengo una sensación de alegría, paz, emoción, mucha emoción. Ya llevo unos 80 transportes en mi vida (cada transporte es intercontinental para mí por lo que suelen ser más de cuatro vuelos además de trenes o subtes) y siempre es diferente.
—¿Qué desafíos plantean estos viajes?
—Los couriers somos invisibles ante los ojos de la gente si necesitamos pasar primero. Algunas compañías aéreas ponen trabas, hay controles aduaneros con preguntas irracionales y que no esperan que les contestemos con “¿vos qué harías en mi lugar?” Y te dejan pasar como si te hicieran un favor.
—¿Qué anécdota recordás más entre todos tus viajes?
—No sé cuál anécdota tiene más peso. Todas me marcan. Por eso cuento la más reciente. En mayo pasado tenia los tiempos muy justos entre las conexiones. El vuelo de Milán se demoró 40 minutos. Eso significaba que al llegar a Madrid mi vuelo a Buenos Aires iba a despegar. Cuando informaron de la demora salté de mi asiento y me dirigí al sobrecargo. No pude contener las lágrimas. Al saber cuáles son los vuelos que salen a la noche desde Madrid, tenía presente que mis posibilidades de llegar a Argentina en el horario necesario para que las células se conservaran en condiciones eran nulas. No podía aceptar cambio a Brasil o Uruguay como ha sucedido otras veces. Expliqué entre llantos la urgencia. El comandante salió de la cabina. Me tomó de mano y me dijo que si era necesario me llevaba hasta la puerta de embarque. A los cinco minutos dijeron que íbamos a despegar. Me informó la tripulación que mi vuelo sabía que estaba en camino. Y de pronto el aviso de aterrizaje en Madrid. No me daban los minutos para sacar la cuenta. El sobrecargo se acercó y me ayudó a ir hacia adelante así bajaba primera y mientras me contaba que el comandante daba aviso a cada torre de control. Le dejé mi número. A la semana tuvimos un intercambio en la que me contó su emoción porque “entre todos lo conseguimos”. Y me dijo: “Solo espero que la persona receptora del trasplante viva con salud y disfrute de este mundo que personas como tú hacen un lugar mejor para todos”.
—¿Qué aprendiste a partir de este voluntariado?
—Este voluntariado cambió mi relación con la finitud: la única certeza que tenemos al nacer es que vamos a morir. Me hizo ver que hay quienes creen que el dinero todo lo puede y no es así. Podemos tener la misma enfermedad dos personas. Estar en la misma situación. Uno millonario y otro no. Pero es más rico el que encuentra su donante.
¿Creés que falta conciencia sobre la médula ósea y la necesidad de donar?
Mucha gente no tiene ni idea de qué se trata. Creen que es algo sólido como un riñón, algunos se tocan la zona de la médula espinal. Muchos creen que por tener una familia grande o muchos amigos van a encontrar el donante ahí, como si se pudiera elegir. Conozco gente con seis hermanos y ninguno compatible. A muchas personas no les duele hasta que a alguien cercano le afecta. Falta mucha campaña en escuelas, universidades, en la calle. No puedo quedarme satisfecha con el lograr que familiares o amigos se hayan registrado por mi tarea. No. Falta mucho.
Pan American Energy busca ser un promotor activo en el desarrollo de las comunidades en las que opera. Por ello, lleva a cabo acciones de triple impacto para crear valor económico, social y ambiental a través de la articulación público-privada. Su trabajo en Sustentabilidad se basa en cuatro ejes estratégicos: educación y cultura, salud y deporte, desarrollo local y ambiente. En el último año, con sus más de 100 programas, la compañía alcanzó a más de 300.000 personas.
Conocé más en pan-energy.com/sustentabilidad
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En esta edición de OXÍGENO profundizamos en la importancia de donar médula ósea. “Al donar sangre podés decir que quisieras donar médula ósea. Van a tipificar tu sangre. Van a guardar la información y algún día quizás digan: “Hay una persona que necesita tu médula ósea”. Es un acto sencillo, una extracción simple, que permite mejorar o de salvar la vida de otra persona”, contábamos.
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Arrancamos un nuevo mes y por ende una nueva campaña del mes. Como quizás recuerdes, el mes pasado preguntamos a nuestra audiencia sobre qué organizaciones e iniciativas conocían que estaban ayudando a resolver alguno de los problemas que tenemos como sociedad.
A partir delas respuestas que nos llegaron, resolvimos contar sobre tres organizaciones que desarrollan respuestas para la crisis ambiental, con emprendimientos que también tienen impacto social.
Una de ellas es la Fundación Banco de Residuos del Litoral Argentino trabaja desde 2018 en un barrio vulnerable de Posadas Misiones, donde lleva tratadas más de 200 toneladas de residuos urbanos, ha creado diez empleos verdes y concientizado a muchas personas y organizaciones. Conocé más de su innovador modelo (y de cómo podés ayudar a que crezca) acá.
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Por otra parte, quería acercarte otra nota que publicamos por estos días: es sobre una guía con siete consejos para comunicar de manera accesible en textos y mensajes audiovisuales.
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Para cerrar, te compartimos una información que creemos que es útil difundir. Hace un tiempo te contamos en RED/ACCIÓN sobre la organización Potrero Digital, que ya capacitó en oficios digitales a más de 10.000 jóvenes con pocos recursos económicos. Ahora, esta organización que busca la inclusión social a través de la tecnología, convoca a nuevos cursos que comenzarán en agosto, y que se dictan con el apoyo de empresas líderes de cada sector.
● Comercio Electrónico, en alianza con Mercado Libre, contará con becas exclusivas para
personas de CABA y AMBA.
● Marketing Digital de la mano de Google.
● Soporte de Tecnología, brindado con el respaldo de CISCO, se orienta a personas de CABA,
AMBA y San Miguel.
● Programación con Digital House para interesados de General Rodríguez, San Miguel, CABA, AMBA, La
Plata y Mar del Plata.
● Diseño y Animación Gráfica con Da Vinci Escuela Multimedia para interesados de CABA, AMBA, Mecenazgo, Avellaneda y Mar del Plata.
● Servicios en la Nube de la mano de AWS.
● Introducción a Unreal Engine, una capacitación en animación gráfica que acompaña la empresa Epic Games.
Los interesados pueden obtener más información e inscribirse acá.
Cuidate mucho, cuidalas mucho, cuidalos mucho.
Te mandamos un gran abrazo.
Juan y David