Técnicos de la planta de enriquecimiento de uranio, ubicada a unos 60 kilómetros de Bariloche, trabajan en la producción de compuestos fluoruros, que consisten en el desarrollo tecnológico para la producción nacional de electrolitos, insumo esencial para la fabricación de baterías de ion-litio, según informó la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea).
El Complejo Tecnológico Pilcaniyeu, que depende de la Cnea, fue construido en la década del ’70 por la empresa estatal rionegrina Invap, cerrado durante el menemismo, en 1996 y fue reactivado en 2007. Actualmente trabajan 150 técnicos distribuidos en el complejo y en el Centro Atómico Bariloche.
La Cnea informó que en la planta de 30.000 metros cuadrados de superficie se desarrollan “capacidades únicas en el país en producción de compuestos fluoruros”, el componente para las baterías.
“Este procedimiento se realiza a partir de la síntesis de la sal hexafluorofosfato de litio (LiPF6) y la formulación de la preparación de soluciones específicas para tal fin. El proyecto incluye la síntesis de LiPF6 a escala laboratorio (1-10 gramos) y el posterior crecimiento en una escala de 500-1000 gramos”, indicó el organismo nacional.
Agregó que este proceso finaliza con “el diseño conceptual de una planta de producción de aproximadamente 2 toneladas anuales”.
De este proyecto participan la gerencia Complejo Tecnológico Pilcaniyeu (Cnea), YPF Tecnología SA, Clorar Ingeniería SA y el Centro de Química Inorgánica Cequinor-Conicet, y tiene como objetivo fortalecer las capacidades científicas, tecnológicas y de innovación locales que aporten al proceso de transición energética nacional.
“Esta es una gran oportunidad que hemos planteado y la Cnea tiene ese andamiaje para contribuir en esta etapa inicial y luego poder pensar a otra escala un poco más grande o industrial”, indicó el gerente del complejo, Daniel Brasnarof.
El complejo tecnológico, ubicado en el paraje Pichi Leufu Arriba, produce uranio enriquecido para la fabricación de elementos combustibles para reactores de potencia y de investigación en Argentina, lo que permitió obtener el manejo del ciclo combustible de manera autónoma, sin depender de proveedores internacionales.
El uranio enriquecido a escala semi industrial con el método de difusión gaseosa se obtuvo en 1983.