La Cámara de Representantes de Misiones aprobó la Ley de Bioinsumos, que reemplazará a la ley XVI N° 31, la misma prohíbe el uso de glifosato en la producción de cultivos para 2025.La norma establece que, debido a los componentes del herbicida, es necesario sacarlo de circulación en la zona de producción agrícola de la provincia.
Además, la medida busca impulsar un cambio de paradigma en cuanto a los sistemas productivos para comenzar a implementar prácticas más sostenibles y menos nocivas para el ambiente. Por esa razón, el documento establece la conformación de un marco regulatorio para investigar el desarrollo, la producción, el procesamiento y comercialización de productos biológicos orgánicos.
A su vez, la ley plantea generar líneas de trabajo colaborativas para promover el desarrollo de insumos biológicos; elaborar planes de acción para un manejo del riego agropecuario responsable; diseñar estrategias de producción sustentable de cultivos; utilizar técnicas de reciclaje y compost para mejorar la fertilidad del suelo; así como el control de plagas con productos orgánicos.
Pero ¿qué es el glifosato?
Según Greenpeace, el glifosato es un producto químico de “amplio espectro, no selectivo y sistémico” y se encuentra en la categoría de herbicidas. Su función es evitar que una o más plantas produzcan proteínas necesarias para su crecimiento, es decir, este químico evita que las “malezas” se reproduzcan.
Por lo general, se usa para la preparación de un monocultivo, acción que consiste en limpiar un terreno para su posterior siembra.
Además, en los últimos años los laboratorios crearon variedades genéticamente modificadas de glifosato que permiten utilizarlo mientras el cultivo crece sin dañarlo. ¿El objetivo? controlar que las malezas se roben el espacio de la siembra de maíz, soja, algodón, entre otros.
Actualmente, el glifosato es el herbicida más usado a nivel mundial y el principal en Estados Unidos, a pesar de que su mal uso puede provocar consecuencias ambientales y daños a la salud humana por considerarse potencialmente cancerígeno, según Greenpeace.
De hecho, su uso excesivo puede ser tóxico para aves, animales, la biodiversidad y, si el producto llega a las fuentes de agua de consumo humano, puede tener graves efectos nocivos en la salud de las personas. Por eso, en esta misma línea, la provincia de Chubut también determinó hace un tiempo prohíbir el herbicida.