Creatividad y comunicación - RED/ACCIÓN

 Creatividad y comunicación

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La semana pasada se celebró el Festival Cannes Lions 2023. Mientras en la Argentina el tema excluyente era el cierre de las listas para las PASO, en la Riviera Francesa se vivía una realidad paralela con la premiación de los más creativos de la publicidad y la comunicación. Los argentinos se lucieron con tres Grand Prix.

 Creatividad y comunicación

Intervención: Marisol Echarri.

¡Buenos días! La semana pasada se celebró el Festival Cannes Lions 2023. Mientras en la Argentina el tema excluyente era el cierre de las listas para las PASO, en la Riviera Francesa se vivía una realidad paralela con la premiación de los más creativos de la publicidad y la comunicación. Los argentinos se lucieron con tres Grand Prix.

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Intervención: Marisol Echarri.

Creatividad. El hombre abandonó su condición de primo elegante del mono cuando su cerebro dejó de contentarse con lo real y fue capaz de inventar un mundo imaginario: lo que no es pero podría llegar a ser. Así piensan muchos antropólogos e historiadores. Hay expertos en psicología infantil que sostienen algo en la misma línea: una de las muestras de que la inteligencia de un niño evoluciona es que, a cierta edad, se vuelve capaz de fabular, de inventar historias en escenarios y con personajes que nunca existieron. Eso es la creatividad.

El mentiroso inventa para engañar. El novelista, para entretener. El creativo publicitario, para vender. Pero el profesional de la comunicación y los asuntos públicos enfrenta el desafío mayúsculo de crear sin fabular. Su creatividad se materializa cuando genera un relato convincente y atractivo sobre un problema o una necesidad de gente de carne y hueso, y sobre su posible solución. Bien mirada, esa es la estructura narrativa de cualquier relato institucional. Y funciona, solo que debe hacerse bien.

Nadie crea de la nada. Tampoco los comunicadores. La habilidad para conectar puntos que inicialmente no parecían relacionados entre sí depende de muchas variables. La más obvia es tener insumos. Muchos están disponibles a un click o en el estante de una biblioteca:

  • La literatura. Los relatos más efectivos responden a un puñado de historias básicas que se repiten modificando sólo matices y circunstancias. La mayoría tiene su primera versión en la Biblia, los relatos ancestrales y los clásicos griegos. Shakespeare, Dostoievski o Borges no son más que variaciones —geniales—de lo mismo. Nada nuevo bajo el sol.
  • La filosofía. La humanidad dejó registro de lo que pensaron sus exponentes más brillantes al menos desde los presocráticos, hace 2.600 años. Poco después, Platón y Aristóteles inauguraron la grieta que divide a idealistas de realistas y que perdura hasta hoy. El reservorio de ideas sugerentes es inmenso y admite combinaciones casi infinitas. Todo está disponible.
  • La historia. “La historia no se repite, pero rima”, decía Mark Twain. El pasado sirve, entre otras cosas, para entender el presente y hacer menos arbitrarios los vaticinios sobre el futuro. Las guerras, las revoluciones, los armisticios y los períodos de paz de hoy hacen juego con los de hace siglos. Quien los conoce acorta camino.
  • Las neurociencias. Sabemos mucho más que hace 20 años sobre cómo funciona el cerebro humano. La ira, la compasión o la envidia admiten miradas éticas o psicológicas, y cada vez más, científicas: son reacciones que tienen arraigo en neurotransmisores que, en última instancia, nos hicieron capaces de adaptarnos y sobrevivir.
  • La inteligencia artificial. Las humanidades explican mucho. Las ciencias, otro tanto. Pero la IA acumula, ordena y recombina datos a escala masiva. Procesa en segundos lo que a la mente humana le llevaría siglos: un anabólico cada vez más poderoso, disponible a un click.

En comunicación, ser creativo es tener la capacidad de asociar ideas que parecen inconexas. Por eso no hay creatividad sin ideas. Y difícilmente haya ideas sin literatura, filosofía e historia. Y sin ciencias. Sólo así se explican Da Vinci, Einstein o Hawking. Sólo así los comunicadores pueden llevar esta profesión al siguiente nivel. Y quizá, si se lo proponen, hasta ganar un premio en Cannes

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Tres preguntas a Jeremy Rifkin. Es un sociólogo, economista, escritor, conferencista, asesor político y activista estadounidense especializado en el impacto de los cambios científicos y tecnológicos en la economía, la fuerza de trabajo, la sociedad y el ambiente.

—¿Qué parece depararnos el futuro?
—El futuro parece peligroso pero a la vez es esperanzador. Nos enfrentamos a un momento único en la historia de la humanidad. Vamos a tener más pandemias: los virus continuarán existiendo. Esto tiene que ver con el cambio del clima. Cuando mi padre nació, en 1908, el 85 % de la Tierra era todavía naturaleza salvaje, sin desarrollo humano. Hoy sólo el 24 % del planeta es salvaje. Tenemos 8.000 millones de humanos apiñados en metrópolis humanas enormes y lo que está pasando es que los virus están migrando por el clima. Ahora que la naturaleza está disminuyendo, migran más rápido y se acercan más a nuestra civilización urbanizada, y esto es un verdadero problema. Esto está agravado por un problema de igual importancia, que es el cambio climático y, por supuesto, ambos están completamente relacionados entre sí. Estamos viviendo un cambio climático en tiempo real. Esto ya no es una teoría. Estamos empezando a ver una transformación dramática de la evolución de este planeta. No nos diseñaron para este mundo nuevo, por eso esto es tan serio.

—¿En qué consiste el cambio climático?
—Hay cuatro grandes esferas en la tierra que dan lugar a toda forma de vida: la hidrosfera, el agua, es la más importante. Representa el 70 % de nuestro planeta. Luego tenemos la litosfera, donde se incluyen la tierra, las plantas, los animales y los árboles. Tenemos la atmósfera: el oxígeno. Y por último la biosfera, que abarca el resto de esferas. Pero la hidrosfera es el motor de todo en la Tierra. Lo que está pasando es esto: hace 200 años desenterramos los restos de un período anterior de la historia, el Carbonífero, y exhumamos los restos de las plantas y los animales de esa era. Se habían convertido en carbón, petróleo y gas natural. Tomamos todo eso y creamos toda una civilización basada en esa energía almacenada. Lo que sucedió en la Era Industrial es que expulsamos tantos gases de efecto invernadero a la atmósfera (el CO2, el metano o el óxido de nitrógeno), que están bloqueando el calor del sol e impiden que salga de la Tierra. El planeta está cambiando dramáticamente. Por cada grado Celsius que aumenta la temperatura de la Tierra, la atmósfera acumula un 7% más de vapor de agua en la superficie. Esto llega rápidamente a las nubes y genera más precipitaciones. Por eso hay tormentas o nevadas nunca vistas. Y eso genera inundaciones, pérdidas de cosechas y destrucción de ecosistemas.

—En un contexto tan dramático, ¿cuál es el punto que te da optimismo?
—Durante toda la civilización hidráulica, tuvimos la soberbia de pensar que podríamos adueñarnos de toda la hidrosfera, de toda el agua del planeta, y controlarla con represas, ríos y embalses para el uso exclusivo de una sola especie. Ahora la hidrosfera está volviendo a ser salvaje debido al cambio climático. Los científicos lo repiten una y otra vez, pero el tema ni siquiera ocupa los titulares en los medios: nos encontramos frente a la sexta extinción masiva del planeta. Es la noticia más importante desde que estamos acá. Somos una especie muy joven, con solo 250 mil años. Y nuestros hijos van a ver extinguirse a la mitad de las especies, que llevan millones de años. Ya no las veremos más. La última gran extinción sucedió hace 65 millones de años. Pero hay algo esperanzador: es ver la reacción de los millennials y la generación Z. Están presionando para que cambiemos, para que hagamos algo. Siempre hubo protestas por muchas causas, pero es la primera vez que una generación se identifica como especie en peligro de extinción y ve al resto de los seres vivos como parte de la misma familia. Eso es extraordinario. El resto de nuestras divisiones sigue presente: aspectos nacionales, religiosos, familiares, tribales… Pero están yendo un paso más allá y reafirman que por encima de todo son una especie, y eso me da esperanza.

Las tres preguntas a Jeremy Rifkin se tomaron del conversatorio “La resiliencia, una clave importante para nuestro futuro”, en el contexto de Aprendamos Juntos BBVA. Para acceder a la conversación completa podés hacer click acá.

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Cannes. “Cannes es el mundial de la publicidad, la comunicación y la creatividad”, dice Silvina Seiguer. Directora de Comunicaciones y Responsabilidad Social de Kimberly-Clark Latinoamérica y jurado del festival. En este artículo, la autora destaca el modo en que la creatividad puede ayudar a salvar o transformar vidas. Y señala diez tendencias: simplicidad a escala, el storytelling real, los nuevos propósitos de las marcas, el riesgo creativo, el humor como emoción, el rol clave de la creatividad en el cambio de leyes, el uso de las nuevas tecnologías y la IA, las PR como herramienta para generar conversación, los influencers comprometidos y la diversidad de género en el centro.

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Academia. Se habla con frecuencia del modo en que la transparencia contribuye a la generación de confianza entre los stakeholders de las organizaciones. Sin embargo, falta claridad todavía sobre el alcance de este concepto y cuáles son los ámbitos en los que se manifiesta. Este artículo académico, ya mencionado en el pasado, aporta una perspectiva completa e innovadora sobre la transparencia y explica mecanismos que las organizaciones pueden usar para ser percibidas como transparentes.

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Oportunidades laborales

Hasta acá llegamos esta semana. Todas tus ideas, propuestas o consultas son bienvenidas. Podés escribirme a [email protected]

¡Hasta el próximo miércoles!

Juan

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* El contenido de Comms no necesariamente representa la posición institucional del Círculo DirComs. El Círculo de Directivos de Comunicación (DirComs) es una asociación civil que busca promover el intercambio de conocimiento y experiencias entre los máximos responsables de comunicación corporativa, relaciones institucionales, asuntos públicos y gubernamentales de las principales empresas del país. *