Unos 55 años después de publicarse la idea de que la energía solar se transmita desde el espacio, científicos de Caltech en Estados Unidos lograron un experimento exitoso. Su prototipo espacial recolectó la luz solar, la convirtió en electricidad y la transmitió a receptores instalados en una terraza de un laboratorio.
Se estima que los paneles solares espaciales podrían producir ocho veces más energía que los ubicados en cualquier lugar de la tierra. El hito representa una posibilidad de acceder a una fuente de energía ilimitada sin restricciones horarias.
El experimento llamado Space Solar Power Demonstrator (SSPD-1), también demuestra que es capaz de sobrevivir al viaje al espacio, con el entorno complejo que eso significa. El prototipo de energía solar espacial se puso en órbita en enero.
«Hasta donde sabemos, nadie ha demostrado nunca la transferencia de energía inalámbrica en el espacio, incluso con estructuras rígidas costosas. Lo estamos haciendo con estructuras livianas flexibles y con nuestros propios circuitos integrados. Esta es la primera vez», subrayó el codirector del Proyecto de Energía Solar Espacial (SSPP, por sus siglas en inglés) de Caltech, Ali Hajimiri en un comunicado.
El proyecto, conocido en su totalidad como Microwave Array for Power-transfer Low-orbit Experiment (Maple), es uno de los tres proyectos de investigación que se llevan a cabo a bordo del SSPD-1. Consiste en dos conjuntos de receptores separados y transmisores de microondas livianos con chips personalizados, según Caltech.
La configuración de la transmisión fue diseñada para minimizar la cantidad de combustible necesaria para enviarlos al espacio. Resaltaron que el diseño también debió ser lo suficientemente flexible para que los transmisores puedan plegarse en un cohete y una tecnología de bajo costo en general.
El banco de transmisores de potencia puede cambiar el enfoque y la dirección de la energía sin partes móviles. Este utiliza elementos de control «de temporización precisos para enfocar dinámicamente la potencia en la ubicación deseada mediante la adición coherente de ondas electromagnéticas. Esto permite que la mayor parte de la energía se transmita al lugar deseado«, marcaron.
Maple probó la transmisión de la energía a través del encendido de focos led de forma individual y cambiando de uno a otro. «El experimento no está sellado, por lo que está sujeto a las duras condiciones ambientales del espacio, incluidas las amplias oscilaciones de temperatura y la radiación solar a las que se enfrentarán algún día las unidades SSPP a gran escala», explicaron.
En un futuro, las unidades SSPP individuales se plegarán en paquetes de aproximadamente 1 metro cúbico de volumen y luego se desplegarán en cuadrados planos de unos 50 metros por lado. Las células solares estarán en un lado mirando hacia el sol y los transmisores de energía inalámbricos se ubicarán al otro lado mirando hacia la tierra.
«De la misma manera que Internet democratizó el acceso a la información, esperamos que la transferencia de energía inalámbrica democratice el acceso a la energía», señaló Hajimiri. «No se necesitará ninguna infraestructura de transmisión de energía sobre el terreno para recibir esta energía. Eso significa que podemos enviar energía a regiones y áreas remotas», destacó.
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