Los domingos por la tarde se llevan el primer puesto al momento más odiado de la semana: el finde se terminó y sólo queda la ansiedad por retomar una vida de horarios y trabajo. Ya lo dijo Sui Generis en Confesiones de invierno: “Solamente muero los domingos y los lunes ya me siento bien”. Pero ¿habrá alguna forma de evitar la ola de angustia y llegar al otro lado ileso?
La psicóloga Susan Albers explicó que durante el fin de semana la carga cognitiva se reduce significativamente. En criollo, bajamos la guardia. Por eso, se necesita mucha energía mental para prepararse para las próximas tareas y la tristeza dominical puede deberse a que nuestro cerebro se prepara para acceder a las partes que no usamos durante el fin de semana, sugirió Albers en el portal de Cleveland Clinic.
En inglés el fenómeno se conoce como sunday scaries, algo así como los sustos dominicales. “Los sunday scaries son bastante comunes. La mayoría de las personas los han experimentado en un momento u otro. Es una reacción normal a adaptarse a diferentes roles y cambios. Sin embargo, no es un diagnóstico clínico”, aclaró Albers.
Aun así, puede aparecer sintomatología depresiva, ansiedad, malestar, estrés y problemas para conciliar el sueño, asegura en un artículo de El Confidencial Juan Castilla, psicólogo clínico especialista en inteligencia emocional y psicología positiva.
Entonces, ¿cómo afrontarlo? Una columna de la investigadora en psicología Jolanta Burke en The Conversation expone que pasar todo el fin de semana encerrados en la computadora probablemente no sea una buena idea, dado que nos hace sentir más ansiosos en general. Además, “el consumo abundante de alcohol y drogas también pueden hacer que el estado de ánimo se desplome y que los niveles de ansiedad se disparen al día siguiente”.
Al respecto, un artículo publicado por CNN distingue cuatro pensamientos típicos del síndrome del domingo y brinda las pistas para poder desandarlos:
- “Estoy totalmente fastidiado por trabajar el lunes”
Este pensamiento habla de la ansiedad que podemos sentir. Simon Rego, director de capacitación en psicología del Centro Médico Montefiore en Nueva York, aconseja a la CNN: “No les des rienda suelta a esos pensamientos de ansiedad. Cada vez que pienses en ellos, haz un alto y piensa: ‘¿Es esto algo que realmente pueda pasar o que haya ocurrido en el pasado?’. Una propuesta es realizar una acción que se sienta productiva por un periodo de tiempo limitado, por ejemplo, leer los correos durante 10 minutos. “Puede ser de gran ayuda para adelantar un poco de trabajo y puede aliviar algunas de esas preocupaciones sobre sentirte no preparado”, agregó el experto.
- “No limpié mi closet este fin de semana… ¡otra vez!”
Es fácil perder de vista todo lo que hicimos el finde si sólo recordamos lo que no hicimos. Dado que el sentimiento de culpa puede tener que ver con estándares muy altos, Rego propone: “Pensá en lo que le dirías a un amigo si te dice que faltó al gimnasio o que no llevó a los niños al zoológico. Probablemente no serías tan crítico y le dirías que no es una gran cosa. Mereces hablarte a tí mismo de la misma manera”.
- “El fin de semana de los demás fue mejor que el mío”
Para dejar de compararnos, la estrategia más simple es dejar de ver las redes sociales el domingo en la noche. “Generalmente sólo comparamos hacia arriba, es decir que rara vez consideramos a las personas que tienen menos acceso que nosotros o que son menos afortunadas en lo que hacen”, sugirió Rego.
- “Estoy muy desanimado de que se termine el fin de semana”
Posiblemente el finde siempre sea más divertido que la semana, por eso, “si tendés a estar más triste los domingos, sería bueno agregar algunas actividades al final de tu día que puedan darte un sentido de cumplimiento”, sugiere Rego, tales como: invitar amigos, ir al gimnasio, leer un libro, entre otras.
El sitio La Mente Es Maravillosa recomienda dos ideas adicionales para atravesar con éxito la angustia del domingo por la tarde:
- “Organizar todo lo que tenga que ver con el lunes, desde el viernes en la tarde”, y así lograr aliviar la transición del fin de semana al lunes.
- Aprovechar el domingo (completo) al máximo, hacer actividades que nos mantengan activos, que nos gusten y disfrutemos.