Alrededor de 190 millones de mujeres y niñas en edad reproductiva de todo el mundo, el 10% de este grupo poblacional, padece endometriosis. El sangrado abundante y el dolor intenso durante la menstruación son los síntomas característicos, sin embargo, el diagnóstico suele tardar en llegar.
El nombre endometriosis en sí mismo da cuenta de qué trata la afección: se da cuando el revestimiento del útero, que se llama endometrio, crece fuera del útero, como en las trompas de Falopio, los ovarios o a lo largo de la pelvis. Según estadísticas de Estados Unidos, una mujer puede llegar a tener que esperar 10 años para recibir un diagnóstico adecuado. En Europa, el número es similar y el promedio va desde los siete a 10 años de demora.
En principio, esta dificultad se debe a que los síntomas son similares a los de otras afecciones, precisa una nota descriptiva de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los fibromas, la enfermedad pélvica inflamatoria, los quistes de ovario, las infecciones urinarias recurrentes, la celiaquía y el síndrome del intestino irritable pueden presentar dolencias parecidas.
En segundo lugar, las mujeres muchas veces no consultan porque se nos dice que el dolor menstrual es normal o que mejorará después del embarazo, tal como señaló la ginecóloga Susanna Unsworth a Live Science.
“Se puede esperar una pequeña cantidad de dolor con la menstruación, pero este dolor no debería afectar la vida diaria", explicó y agregó: “muchas mujeres sienten que deberían 'seguir adelante' si experimentan un dolor más significativo, y muchas ni siquiera buscan ayuda".
Para el diagnóstico puede llegar a ser necesario realizar una ecografía, una resonancia magnética y, a veces, una laparoscopia pélvica. Sin embargo, la información aportada por la paciente (anamnesis) al médico suele ser suficiente para la sospecha, ya que no siempre los estudios son certeros.
“Aunque se han propuesto y probado varias herramientas y pruebas de detección, todavía no se ha validado ninguna que permita determinar o predecir con precisión qué personas o grupos poblacionales tienen más probabilidades de padecer esta enfermedad”, agrega el informe de la OMS.
Además del sangrado y dolor intenso, otros signos de alerta son:
- Dolor intenso en la pelvis durante las relaciones sexuales
- Dificultad para quedar embarazada
- Dolor al orinar y defecar
- Gases
- Náuseas
- Cansancio
- Depresión o ansiedad
Según los National Institutes of Health (NIH) estadounidenses, no existe una cura pero sí tratamientos enfocados en el dolor y/o en la infertilidad posiblemente asociada que van desde medicamentos analgésicos, terapias hormonales a cirugías. En todos los casos, depende de la edad, la gravedad de los síntomas, entre otras variables.