Más razones para tener mascotas: no sólo nos hacen felices, también protegen nuestra salud - RED/ACCIÓN

Más razones para tener mascotas: no sólo nos hacen felices, también protegen nuestra salud

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Nos levantan el ánimo, nos consuelan, acompañan y divierten. Pero, además, resulta que tener un perro o gato ayuda a disminuir el riesgo de alergias alimentarias, según un estudio publicado en la revista científica PLOS ONE.

Más razones para tener mascotas: no sólo nos hacen felices, también protegen nuestra salud

Fuente: Pexels

A menos que te lo prohiba el dueño del departamento que alquilás, que no tengas tiempo para pasearlo ni disponibilidad para cuidar, ya no hay más excusas para no tener mascotas. De hecho, hasta puede ser beneficioso para la salud.

Ojo, este artículo puede ser usado en tu contra si sos el que se resiste a tener un peludo en casa. Lo cierto es que un estudio con datos de más de 66.200 niños y niñas encontró una asociación entre una menor propensión a tener alergias alimentarias y tener un perro o gato.

Las alergias son reacciones exageradas a determinadas sustancias extrañas que estimulan el sistema inmunológico para producir una serie específica de anticuerpos, lo que, a su vez, desencadena la liberación de sustancias químicas que producen los síntomas, explica Live Science.

Según el portal web del Hospital Garrahan, entre los alimentos más alergénicos se encuentran: la leche de vaca y el huevo, seguidos por la soja, el trigo, los frutos secos, el pescado, los mariscos y el maní.

Aunque suelen asociarse más a las infancias, pueden afectar a todos los grupos de edad. Además, la prevalencia está aumentando. Alrededor del 30 al 40% de la población mundial puede tener una alergia específica (incluyendo no alimentarias), según un informe del grupo de defensa de los pacientes Global Allergy & Airways Patient Platform.

Según los investigadores de la Universidad Médica de Fukushima, Japón, “la exposición continua de perros y gatos desde el desarrollo fetal hasta la infancia reduce el riesgo de incidencia de alergias alimentarias”, concluyó el paper publicado en marzo pasado en PLOS ONE.

Los autores incluyeron mascotas como perros, gatos, hamsters, tortugas y aves, tanto de interior como de exterior. No obstante, vieron variaciones:

  • Los niños y niñas expuestos a gatos o perros tenían entre un 13 y 16% menos riesgo de alergias alimentarias.
  • Aquellas infancias expuestas a perros de interior eran las menos propensas a tener alergias a los huevos, la leche y las nueces.
  • Los y las menores expuestos a gatos de interior eran los menos propensos a tener alergias al huevo, el trigo y la soja.
  • Los hallazgos no eran idénticos si los animales vivían al aire libre.
  • Si las infancias tenían hamsters tenían casi el doble de riesgo de desarrollar alergia a los frutos secos.

De todas formas, la investigación no fue diseñada para probar una relación de causa-efecto, sino simplemente una asociación. Por otro lado, los resultados se basaron en las respuestas que dieron los encuestados, no en las observaciones de parte de los investigadores.

Respecto a los mecanismos, un artículo de Science Alert sugiere que se puede especular que la exposición a las mascotas cambia la composición de microbios intestinales en las infancias, pero el estudio no exploró las causas específicas.

En diálogo con CNN, la médica Amal Assa'ad, directora del Programa de Alergias Alimentarias del Hospital Infantil de Cincinnati, externa al estudio, explicó que “el microbioma, que son las bacterias que viven en nuestro interior (miles y millones de ellas dentro del intestino) afecta a nuestras respuestas inmunitarias y a nuestro sistema inmunológico, sobre todo si desarrollamos alergias”.

Los síntomas de alergias alimentarias más comunes, de acuerdo a Mayo Clinic, son:

  • Hormigueo o picor en la boca.
  • Urticaria, comezón o eccema.
  • Hinchazón de los labios, la cara, la lengua y la garganta o de otras partes del cuerpo.
  • Sibilancias, congestión nasal o dificultad para respirar.
  • Dolor abdominal, diarrea, náuseas o vómitos.
  • Mareos, aturdimiento o desmayos.