Hace 41 años las fuerzas armadas argentinas ocuparon las islas Malvinas por orden del expresidente de facto, Leopoldo Fortunato Galtieri, con el fin de reintegrarlas al Estado, sin embargo, esta decisión desencadenó uno de los conflictos bélicos más tristes de la historia de nuestro país.
En poco más de dos meses, 23.428 soldados se enfrentaron al ejército británico para restaurar la soberanía de las islas, Muchos de ellos eran jóvenes de 18 y 19 años, sin preparación militar, mal alimentados y sin la vestimenta necesaria para el frío clima del territorio isleño.
En ese mar de argentinos dispuestos a defender su patria con los recursos disponibles, estaba presente un pequeño grupo de mujeres que cumplieron un rol clave para ayudar a sanar las heridas y salvar las vidas de cientos de combatientes.
Sin embargo, para sorpresa de pocos, estas mujeres, profesionales de la salud que formaron parte de la Guerra, no se encuentran en los libros de historia. Pasaron muchos años hasta que fueron reconocidas por el Estado y, de hecho, algunas de ellas siguen en proceso judicial para serlo.
Las heroínas del Irízar
El rompehielos ARA Almirante Irízar fue construido en 1977 y transformado en hospital de campaña 1982, cuando el 1 de mayo comenzaron los bombardeos y los combatientes necesitaron ser operados de emergencia. En ese momento, el ejército argentino decidió reclutar instrumentadoras quirúrgicas mujeres que trabajaban en las fuerzas.
Según cuenta Silvia Barrera en una entrevista, cuando se hizo el llamado eran 30 mujeres las que estaban presentes, pero por cuestiones personales solo seis de ellas abordaron el Irizar y sorprendieron a los tripulantes varones que, no solo no esperaban trabajar a la par del sexo opuesto. Menos recibirlas en una embarcación teniendo en cuenta el contexto bélico y la tradición machista de los marineros en alta mar.
De todas maneras, las miradas de reojo, los comentarios innecesarios y las creencias supersticiosas fueron dejadas de lado cuando llegaron los primeros heridos, según explica Silvia Barrera.
En 1983 el Estado reconoció como Veteranas de Guerra a Silvia Barrera, Susana Maza, María Marta Leme, Norma Etel Navarro, María Cecilia Ricchieri y María Angélica Sendes. Sin embargo, poco se habla de su historia y su rol indispensable en los días de lucha por las Malvinas.
“Quisieron borrarnos de la historia y no pudieron”
A la par de los bombardeos, en tierra firme estaban listas otras 14 enfermeras para asistir a los combatientes de Malvinas. Según Alicia Reynoso, una de las profesionales de la salud, en los primeros días de abril de 1982, la fuerza aérea convocó a cinco mujeres que iban a ir directo a las Islas junto a un Hospital reubicable, pero como el suelo del territorio era “muy blando e inestable” no pudieron desembarcar y tuvieron que quedarse en Comodoro Rivadavia. Desde allí realizaron tareas de curación y contención a los heridos que llegaban en aviones desde las Malvinas.
“De esos días recuerdo que los soldados llegaban con la mirada pérdida y que querían que los curemos rápido para poder volver con sus camaradas, no los querían dejar solos” explica Alicia a RED/ACCIÓN.
“Los soldados nos veían como una madre o una tía, es por eso que nacía un sentimiento de contención por parte de nosotras”, agrega Reynoso.
Ocho años después de terminar el conflicto, en 1990, las 14 enfermeras: Ana Masitto, Gladis Maluendes, Gisela Basler, Alicia Reynoso, Mónica Rodríguez, Mónica Rosa, Mirta Rodríguez, Sonia Escudero, Stella Botta, Elda Solohaga, Marta Arce, Esther Moreno, Colino María y Stella Morales fueron condecoradas junto a sus colegas varones por la fuerza aérea. A pesar de esto, el Estado jamás les otorgó el título de “veteranas de guerra”.
Fue por esa razón que Alicia comenzó a levantar la voz y en 2011 inició un juicio al Estado Argentino. En 2021 fue reconocida como “Heroína de la Guerra de las Malvinas”. Alicia agrega que tuvo “miedo de desaparecer” por llevar a cabo esta lucha, pero aun así quiso seguir adelante para dar visibilidad a las mujeres que la historia ocultó y para inspirar a sus colegas a reclamar lo que les corresponde. A raíz de este reconocimiento, otras compañeras comenzaron con los trámites legales para obtener los beneficios y el honor que les fueron negados por más de 40 años.
Así fue el caso de Stella Morales, quién decidió acompañar a Alicia en la lucha por sus derechos y en 2014 ganó el juicio al Estado y fue reconocida como veterana de la guerra de las Malvinas, también en 2021. Para Stella, el hecho de que sus camaradas varones fueran asignados como veteranos de guerra y ellas no, fue uno de los disparadores para hablar.
“12 veteranas todavía no fueron reconocidas y dos de ellas ya fallecieron” explica Stella, quien se lamenta por la falla del sistema para asegurar que todos/as aquellos/as que fueron parte de la guerra fueran reconocidos/as.
Para cerrar esta historia que se sigue escribiendo, las veteranas nos recuerdan que a 41 años de la guerra, Malvinas también se escribe con “M” de mujer y “M” de memoria.