”Cuando hablamos de preservación de la fertilidad, primero tenemos que tener en cuenta la definición de diccionario de ‘preservar‘. Preservar es proteger o resguardar algo o alguien intentando conservar un su estado original cuando estás amenazada por un peligro o un daño‘‘, cuenta Sebastián Serralonga, ginecólogo especialista en medicina reproductiva. ”En término médicos, preservar la fertilidad es resguardar los óvulos para en un futuro poder usarlos con la misma calidad que cuando se extrajeron. O sea que si la paciente tiene 30 años va poder en el futuro tener la calidad de esos óvulos de 30 años para lograr un embarazo‘‘.
El procedimiento de congelar óvulos tiene varias fases. Comienza con una serie de estudios indicados por el médico para conocer la ”reserva ovárica” que tiene la paciente. En base a los resultados, el médico indica a la paciente aplicarse una serie de inyecciones diarias (no dolorosas) con una medicación hormonal, y hacerse ecografías cada dos o tres días para controlar el proceso. Esta etapa dura alrededor de 11 días, al final de la cual se realiza la aplicación de una última inyección con una medicación que termina de madurar los óvulos. Por último, se realiza la extracción de los óvulos mediante un procedimiento ambulatorio mínimamente invasivo: ”Se hace con una sedación, una anestesia general suave, que permite a la paciente no sentir ningún tipo de dolor y de manera segura. El procedimiento se hace por aspiración por vía vaginal bajo control ecográfico y dura más o menos 20 minutos. Más o menos una hora después están de alta como para seguir su vida normal en casa‘‘, explica la ginecóloga Andrea Marazzi.
Hoy en día, el congelamiento de óvulos sólo está cubierto al 100% por todas las obras sociales en el caso de tratamientos de oncofertilidad. Para todos los demás casos, hay que pagarlo de forma particular: hoy en día cuesta alrededor de 300 mil pesos, y el mantenimiento de los óvulos unos 300 dólares anuales. Por su alto costo, se trata de un privilegio resguardado por ahora a personas de alto poder adquisitivo. Queda por ver si en un tiempo este tratamiento va a ser considerado un derecho e incluido en el Plan Médico Obligatorio.
Para lograr una reserva de óvulos lo suficientemente ‘‘confiable‘‘, lo ideal es que se consiga extraer la mayor cantidad de óvulos posible. Los especialistas en fertilidad hablan de un objetivo de al menos diez óvulos. Sin embargo, hay que hacer una aclaración, y es que no es lo mismo diez óvulos de una mujer de 30 años que diez óvulos de una mujer de 40. A menor la edad de la mujer, mayor tasa de efectividad tendrán esos óvulos en el día de mañana, por lo cual hay más probabilidades y menor necesidad de extraer una alta cantidad. La edad máxima recomendada para realizar este procedimiento (de manera de lograr unos óvulos con mayor calidad) son los 35 años.
Muchas mujeres viven con frustración el hecho de que al final del proceso, su cuerpo no logró generar una alta cantidad de óvulos maduros. De hecho, muchas de ellas optan por atravesar el tratamiento por segunda vez, con el objetivo de ampliar esa reserva. Es por este tipo de cuestiones que antes de decidir atravesar este tratamiento, médicos y psicólogos recomiendan hacerse las preguntas correctas del por qué y para qué, prepararse emocionalmente y abrazar la incertidumbre, que siempre está. ”La mujer tiene que estar informada de estas posibilidades para prepararse desde lo emocional y que el proceso sea exitoso desde todo punto de vista: que se logre generar una buena cantidad de óvulos, y si la cantidad no es la soñada, que le de tranquilidad suficiente para que pueda continuar con sus proyectos y su vida‘‘, aconseja Marazzi.
En este episodio de FOCO, el podcast de RED/ACCION, indagamos en estas preguntas: ¿hasta qué punto el congelamiento de óvulos es una garantía de maternidad a futuro? ¿Qué riesgos están asociados? ¿Qué debe saber una mujer que decide atravesar este proceso? Los siguientes especialistas compartieron su análisis:
- Sebastián Serarlonga, ginecólogo especialista en medicina reproductiva;
- Andrea Marazzi, médica ginecóloga especialista en medicina reproductiva,
- y Patricia Alkolombre, psicoanalista, presidenta del Comité Mujeres y Psicoanálisis de la Asociación Psicoanalítica Internacional y autora de los libros Deseo de hijo, pasión de hijo y Travesías del cuerpo femenino.
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