La cantidad de personas encarceladas crece desde hace una década, pero hay un delito por el que se encierra a miles de personas que crece muchísimo más que la propia población carcelaria y que cualquier otro delito: las violaciones.
En los últimos 11 años, entre 2006 y 2017, la cantidad de personas presas condenadas o a las que se le imputa una violación pasaron de ser 3.124 a alcanzar las 9.919. Es decir, aumentaron en un 217%, cuatro veces más que la suba del 57% que tuvo la población carcelaria, que en el mismo lapso pasó de 54.000 detenidos a 85.283.
De estas cifras oficiales surge un dato por lo menos alarmante: al 11,63% de los presos alojados en cárceles federales y provinciales argentinas se les imputa o fueron condenado por una violación. Algo así como uno de cada 10 presos. Hace 11 años, eran el 5,78% o uno cada 20.
La información se desprende del último informe oficial de la Dirección de Política Criminal del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
Al mismo tiempo, el delito de violación es el cuarto más recurrente entre los presos del país. El primero es robo y tentativa de robo, que recae sobre 32.554 presos. Le siguen delitos vinculados a la Ley de Drogas, que incluye tenencia, comercialización y tráfico y suma 12.279 menciones. Mientras que los homicidios dolosos recaen sobre 11.567 personas privadas de la libertad.
Cantidad de personas privadas de la libertad, según el tipo de delito y cómo evolucionó desde 2006:
La semana pasada, la actriz Thelma Fardin denunció por violación al actor Juan Darthés. La actriz lo acusa de haberla violado hace nueve años en una habitación de un hotel de Nicaragua, a donde había ido por una gira del programa televisivo Patito Feo. El caso desencadenó durante los días siguientes denuncias públicas de otras mujeres por delitos sexuales al propio Darthés, a políticos y otras personalidades.
Fardin difundió la denuncia acompañada del colectivo de Actrices Argentinas. Y ocurre tres años y medio después del surgimiento de Ni Una Menos, un movimiento que logró imponer en la agenda pública Argentina la violencia contra la mujer y su consecuencias más graves: el femicidio, las violaciones y los abusos.
¿Pudo haber influido esa situación en la proporción de encarcelados por violaciones?
“La mayor visibilidad que tiene el tema pudo haber disminuido lo que se denomina la cifra negra, que son los delitos que no se denuncian. Pero no podemos asegurar que el hecho de que haya aumentado la cantidad de personas detenidas acusadas o condenadas por violaciones implica que hay más violaciones”, analiza Paula Litvachky, directora del área de Justicia y Seguridad del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).
Lo que sí puede afirmarse es que después de que se masificara la lucha de miles de mujeres en todo el país por visibilizar la violencia que sufren, las denuncias por violaciones crecieron. De hecho, en 2017 se registró la tasa más alta de los últimos tres años: 8,9 denuncias de violaciones cada 100.000 habitantes.