La final de la Libertadores fue suspendida porque hinchas de River le tiraron piedras y botellas al micro en el que el plantel de Boca llegó al Monumental. Varios jugadores resultaron heridos y la Conmebol decidió suspender el partido y que se juegue este domingo pero en Madrid.
Más allá del fracaso del operativo de seguridad que derivó en la renuncia de un funcionario porteño, la estadística sobre hechos de violencia en el fútbol expone que lo que sucedió fue algo que está dentro de lo probable e incluso "tenía" que suceder: el promedio de los últimos 12 años marca que por mes hay una agresión de hinchas a jugadores.
El dato surge de un relevamiento hecho por los investigadores Diego Murzi y Fernando Segura Trejo, miembros de la asociación Salvemos al Fútbol, una ONG que asiste a víctimas de hechos violentos en el fútbol argentino, analiza las actuaciones de los responsables de la seguridad y busca inspirar soluciones.
El trabajo recopila los episodios que incluyeron violencia física entre 2006, cuando nació la ONG, y 2017. En ese período, los hechos documentados se duplicaron al pasar de 32 a 70, con un pico de 82 en 2014.
Cuando se analiza el tipo de incidente, al tope quedan las peleas entre hinchas del mismo equipo (154), peleas entre hinchas de equipos rivales (121) y agresiones de hinchas a jugadores (113).
Si tomamos los ataques de hinchas a jugadores, vemos que en 12 años hubo un promedio por año de casi 10 agresiones similares a las ocurridas el 24 de noviembre pasado en la esquina de Libertador y Quinteros. Y si se tiene en cuenta que al año, la actividad oficial de los equipos de fútbol se concentra en 10 meses, no es exagerado pensar que en noviembre, cuando sucedió la agresión al micro de Boca, ese episodio "debía" ocurrir para "respetar" la estadística de un incidente de este tipo por mes.
"La idea de que un partido que cruza a los dos equipos más convocantes del país, definiendo el torneo más importante a nivel continental, pudiese ocurrir sin que la violencia se hiciera presente era algo difícil de creer", escribió en Perfil el sociólogo Diego Murzi, autor del trabajo.
Estos son ocho de los casos más relevantes de agresiones a jugadores:
- En mayo de 2009, unos 30 miembros de la “barra” de Deportivo Morón ingresaron al vestuario de su equipo con armas blancas y golpearon a los jugadores, amenazándolos con matarlos si no clasificaban a la siguiente fase del torneo.
- En octubre de 2010 fue arrojada una piedra desde la tribuna de Independiente que impactó en la cabeza del arquero de Defensor Sporting de Uruguay, Martin Silva.
- En abril de 2013, “barras” de Deportivo Español ingresaron al vestuario visitante y golpearon a los jugadores de Berazategui.
- En febrero de ese mismo año, el micro que trasladaba a los jugadores de Excursionistas fue baleado en las inmediaciones del estadio de El Porvenir.
- En septiembre de 2014, el arquero de Boca Agustín Orión recibió el impacto de un proyectil arrojado desde la tribuna de Rosario Central.
- En 2015 un jugador de Lanús, Matías Fritzler, fue golpeado por un hincha, sin relación alguna con la “barra”, cuando daba una entrevista luego de una derrota.
- En mayo de ese año, un hincha de Boca tiró gas pimienta a los jugadores de River cuando estos salían a disputar el partido, provocando un escándalo de dimensiones internacionales que terminó con la descalificación del equipo de la copa Libertadores.
- En marzo de 2017, la “barra” de Gimnasia y Esgrima de Jujuy golpeó, robó y amenazó a sus propios jugadores.
El trabajo también hace foco en los casos en los que la hinchada de River estuvo involucrada. Si bien la mayoría de los 40 incidentes registrados entre 2006 y 2017 tiene que ver con peleas internas de la hinchada, en cinco oportunidades hubo agresiones a jugadores o árbitros.
Lógicamente, en muchos casos los episodios terminan con víctimas fatales. El trabajo remarca que entre 1984 y junio de 2017 murieron en Argentina 210 personas por episodios vinculados con el fútbol.
En los 62 años que pasaron desde el registro de las primeras víctimas en el fútbol (1922) hasta 1983, murieron 2 personas por año en promedio. Desde 1984 hasta 2017 esta ratio se elevó a 6.