A 20 días de iniciado el ataque de Rusia a Ucrania, Volodimir Zelenski se convirtió en un héroe para quienes ven en él a un David contra el Goliat de Moscú.
En líneas generales: Rusia comenzó el 24 de febrero una invasión sobre Ucrania. El presidente Vladimir Putin dijo que era una “operación militar especial”: “Su objetivo será defender al pueblo que durante ocho años ha sufrido persecución y genocidio por parte del régimen de Kiev. Para ello, apuntaremos a la desmilitarización y desnazificación de Ucrania”. También dijo que la seguridad de Rusia estaba en juego por la expansión de la OTAN, una alianza política y militar entre países de Europa y Norteamérica a la que Ucrania buscaba sumarse.
- Siete días después ya había unos 2.000 civiles muertos. Y ACNUR calcula que hoy hay 2.011.312 desplazados.
- Pero lo que Putin no esperaba, dicen los analistas, era que Volodimir Zelenski, el presidente de Ucrania, un hombre con escasa experiencia política, se convirtiera en un ícono de resistencia.
El origen: Zelenski creció en una familia judía de clase trabajadora en Kryvyi Rih (“Cuerno torcido”), una ciudad fabril que se vino abajo después de la caída de la Unión Soviética.
- En esa ciudad, Zelenski se unió a un grupo de comediantes a los 17 años, y con los años formaron una productora llamada Kvartal 95. Mal no les fue: sus oficinas ahora ocupan tres pisos de un rascacielos en el centro de Kiev, la capital de Ucrania.
A la política: Zelenski asumió el poder a los 41 años, en 2019, con el 73% de los votos en segunda vuelta. No tenía ningún antecedente como funcionario. Era actor, guionista y productor, y se había hecho famoso gracias a una victoria en Bailando con las estrellas y al éxito de una serie cómica de contenido político, Servidor del pueblo.
- En la serie, su personaje es Vasil Petrovich Holoborodko, un profesor de colegio secundario que vive con sus padres y va en bicicleta al trabajo. Por una casualidad —un discurso en clase, grabado por un alumno y viralizado en redes sociales—, se convierte en presidente de Ucrania sin hacer campaña. Sin embargo, sigue siendo una persona humilde, un idealista.
- Zelenski también es un idealista: un presidente judío, un outsider de la casta política (en su campaña no participó en debates ni publicó una plataforma electoral; sino que se fue de gira con su show de sátira). Y quiere llevar a Ucrania a la Unión Europea y a la OTAN, un deseo algo peligroso si tu vecino más próximo es Rusia.
Las regiones separatistas: parece irónico que, cuando asumió, la prioridad de Zelenski fuera lograr la paz con Rusia. Y pensaba que las regiones separatistas en el este de Ucrania, que Rusia ocupó en 2014, no valían la vida de los soldados ucranianos.
- “¿Cuántos de ellos morirán?”, le dijo a Time hace unos años. “Cientos de miles, y luego comenzará una guerra total, una guerra total en Ucrania y luego en toda Europa”.
- Pero Rusia se negó a ceder el control de las regiones y Kiev se negó a darle a esas regiones la autonomía que exigía Moscú. Y para peor, llegó la pandemia: Occidente no ayudó a Ucrania y Ucrania no quiso ayuda de Rusia.
- Las cosas se fueron tensando, y las tropas rusas fueron llegando a la frontera. Diplomáticos estadounidenses le advirtieron a Zelenski: era inminente una invasión rusa.
La transformación: hasta antes de la invasión, Zelenski tenía una necesidad permanente de ser querido y aplaudido. “Tratamos de que no mire Facebook”, le dijo un asesor a un periodista de Time, porque los comentarios críticos de extraños podían deprimirlo. Pero cuando las bombas rusas comenzaron a caer, Zelenski cambió.
- “[Zelenski] llegó a encarnar ante nuestros ojos una lucha que la mayoría de los estadistas occidentales habían olvidado por mucho tiempo sobre cómo pelear. Es la que a veces se requiere para evitar que la tiranía acabe con la democracia”, se lee en Time.
- Y aunque en un discurso Zelenski reveló ser el objetivo número uno a eliminar por parte de Rusia (objetivo número dos: su esposa y sus dos hijos), decidió quedarse en Kiev, bajo tierra, en bunkers y sótanos: un acto de valentía pocas veces visto cuando la guerra está en tu cuadra.
- Ahora se la pasa recibiendo llamadas de apoyo: de los primeros ministros de Japón, Noruega, Israel e India; de los presidentes de Polonia, Francia y Estados Unidos; del Rey de los Países Bajos; del patriarca ortodoxo de Estambul; del Papa. Y levanta el ánimo de la nación cuando aparece.
Un Chaplin se vuelve un Churchill: en el sexto día de la invasión, Zelensky dio un discurso en video para el Parlamento Europeo. “Demuestren que están con nosotros”, pidió. “Prueben que no nos dejarán ir. Demuestren que en verdad son europeos, y entonces la vida vencerá a la muerte, y la luz vencerá a las tinieblas”.
- Como señaló un observador ante Time: fue como si Charlie Chaplin se hubiera transformado en Winston Churchill.
- Ucrania y Zelenski pasaron de víctimas a ejemplos de fortalezas, de la tristeza al coraje. Como dice esta nota de CNN, “Zelenski articuló el significado de esta guerra en términos que la hacen relevante para todas las democracias del mundo. Los líderes mundiales se sienten obligados a apoyar su causa, las empresas privadas temen ignorarla, los individuos de todo el mundo ansían ayudar”.