¡Buenas tardes! La edición de hoy es, ante todo, un pedido, una súplica. Y un recordatorio de que, en los tiempos complejos en los que vivimos, tu aporte es muy valioso.
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Quisiera decirte tres cosas. Son muy simples. Primero: en nuestra sociedad necesitamos donantes de sangre. Segundo: necesitamos donantes de sangre. Tercero: necesitamos donantes de sangre.
Es un momento muy particular. No hay que ser especialista en nada para notarlo. Y en este contexto singular —de nuevo— necesitamos donantes de sangre. Por favor, necesitamos donantes de sangre.
Para desarrollar esta súplica, las razones son obvias: a la merma de donantes que suele ocurrir cada verano, temporada en la que la mayoría de las personas se toma vacaciones y corta su rutina (en este contexto es bueno recordar la campaña Abierto por vacaciones), se suma la gran cantidad de contagios de covid y la cantidad de personas en aislamiento. En todos los centros médicos hay inquietud por esta situación.
Claro, siempre hay algo para celebrar. Si hablamos de la donación de sangre, hace 20 años en el país había unas 450.000-500.000 personas que donaban sangre por año, es decir, una persona lo hacía cada 2 o 3 minutos. La cultura solidaria crece, la capacidad de dar crece. De los 500.000 anuales se pasó a casi 900.000 por año en dos décadas. Es maravilloso y lo celebramos. Ahora, cada menos de un minuto alguien dona sangre en el país.
Pero, volvemos a decirlo: en estos días necesitamos dadores de sangre. Necesitamos dadores de sangre. Y, de nuevo, necesitamos dadores de sangre.
El sistema funciona en red. El mundo público y privado de grandes y pequeñas ciudades funciona muy bien, pero desgraciadamente hoy tenemos que pedir a viva voz que cualquier persona que pueda done sangre, especialmente en enero, febrero y marzo, es una necesidad que está por encima de la de cada año. Por eso, va de nuevo la súplica: necesitamos donantes de sangre.
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Para volver sobre esto tan simple, vale recordar una anécdota que compartimos una vez, pero que viene al caso y que ilustra la solidaridad de nuestra gente. Durante los primeros días de la pandemia y la cuarentena las medidas eran muy estrictas. Ninguna persona no esencial podía salir a la calle. Poco a poco se abrió la posibilidad de circular. Pero, pese a la flexibilización, el número de donantes de sangre, que lógicamente había bajado, no volvía a subir.
Analizando la situación nos enteramos de que quienes habitualmente donan sangre, quienes tienen una cultura solidaria, no iban a donar no tanto por temor a que el coronavirus pudiera afectarlos a ellos. La gente que piensa en los otros, que normalmente dona, se cuidaba del virus, pero no para sí mismos: se cuidaba para seguir a lo largo de su vida siendo donante de sangre, para que la enfermedad no les impidiera donar en un futuro.
Maravillosa entrega de quienes siempre se entregan.
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¿Sos donante de sangre? ¿Lo hacés con frecuencia? Queremos conocer tu experiencia. Contanos en [email protected]?
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¿Cuándo se necesita donar sangre? ¿Quiénes pueden hacerlo? ¿En qué casos no se recomienda? ¿Cada cuánto se puede donar? Para zanjar varias de las preguntas habituales sobre el tema de donación de sangre, y derribar varios mitos al respecto, te recordamos este contenido de RED/ACCIÓN: Mitos y verdades sobre la donación de sangre.
Para más información sobre requisitos de donación y dónde donar, te dejamos este enlace.
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Cuatro preguntas a Silvia Arreghini, presidente de Dale Vida [Por David Flier]. Dale Vida es una asociación civil que desde 2005 trabaja para incrementar el número de donantes voluntarios altruistas y habituales de sangre, a través de campañas de información y educación en colegios, empresas y otros grupos. También cuentan con la APP DaleVida, que te geolocaliza y te guía para sacar turno da toda la información. El 27 de enero, de 9.30 a 13.30, convocan a una jornada de donación voluntaria de sangre en plaza Houssay (Paraguay entre Uriburu y Junín), de la ciudad de Buenos Aires (podés sacar turno en el sitio web de la organización).
—El verano suele ser una época en la que merma la cantidad de donantes. ¿Cuánto complica el panorama la cantidad de contagios y personas en aislamiento? ¿Es algo que se da a nivel global esto?
—En verano se agudiza en general la falta de donantes de sangre. Seguro que todos necesitamos un merecido descanso, pero las enfermedades no se toman vacaciones así que les recordamos a todas las personas que antes de salir de vacaciones o en el lugar donde se las tomen, incluso cuando regresan renovados, pasen y donen sangre. Realmente es muy necesario, sobre todo en momentos críticos como los que estamos viviendo con la suba de contagios de covid, algo que sin dudas se da en todo el mundo pero que en nuestro país se agudiza por falta de conciencia y educación en el tema. Al haber baja tasa de donantes voluntarios habituales y elevarse muchísimo la tasa de contagios y contactos estrechos, estamos mucho más complicados y con una necesidad creciente de llegar con la información a más personas. Por ejemplo, en la CABA para cubrir las necesidades de los hospitales públicos se necesita contar por día con alrededor de 380 donantes y se están presentando a donar 150.
—¿Cómo ven el panorama de la cantidad de donantes voluntarios?
—Estamos lejos del 100 % de donantes voluntarios. Salvo casos excepcionales, como el del Hospital Garrahan, la media del país es de 45 % a 50 %. El resto son de reposición, aunque desde 2015 por resolución del Ministerio de Salud no debe estar atada la atención de los pacientes a que estos puedan o no conseguir donantes. A muchas personas nunca les ha llegado la información de la necesidad de donantes voluntarios, no se sienten incluidos en los pedidos, ya que desconocen el tema y no saben a qué se enfrentan cuando piensan en la posibilidad de donar sangre. Es un cambio cultural el que debe operar. No nos educan para ello y en general nos encontramos con esta necesidad cuando no hay más remedio que donar para un familiar o amigo con graves problemas de salud y así se transforma en una carga que angustia y da miedo por lo desconocido y por la circunstancia en que nos toca acercarnos al tema. Pero todos deberíamos saber desde pequeños, que donar sangre no trae ningún inconveniente a nuestra salud, que donamos y pronto nuestro organismo recupera la sangre donada y en 60 días estamos otra vez en condiciones de volver a hacerlo.
—¿Cuáles son los principales temores o prejuicios por los cuales no va una mayor cantidad de personas a donar sangre?
—Son algunos que tienen que ver con la percepción del dolor que creen que les ocasionará la punción: muchos le temen a las agujas o temen contagiarse de alguna enfermedad donando. Otros tienen miedo a desmayarse, incluso algunas personas creen que si lo hacen una vez tienen que seguir haciéndolo por una necesidad física y no podrán dejar de hacerlo. También piensan que deben guardarse para cuando un familiar se los pida o piensan que no es "su asunto" donar para alguien que no conocen. También que pueden engordar o debilitarse si donan sangre habitualmente. No han recibido la información debida a su debido tiempo, si no sabrían que todos esos temores son infundados y mitos. Donar sangre no duele y nadie puede contagiarse de nada donando sangre todo el material es estéril y descartable y siguen todos los protocolos de bioseguridad.
—En base a tu experiencia, ¿qué suelen decir las personas que donan sangre por primera vez?
—La primera experiencia es crucial para las personas en cuanto a la donación de sangre. Si estás contenido y confiado será la experiencia más hermosa. No es lo mismo que te toque tu primera vez sin información y cuando te ves presionado a donar para alguien amado que tiene riesgo de vida. Habiendo recibido la información y siendo consciente, tomas tu decisión de sumarte a ayudar a otras personas solidariamente. Y según cómo se sientan atendidos, cuidados y valorados cuando concurran a donar sentirán cuán importante es su rol para su comunidad. En este sentido instituciones como Dale Vida y quienes promueven la donación voluntaria buscamos fidelizar a los donantes. “No solo que vengas, si no que vuelvas”, es la meta que tenemos. Y que lo hagas convencido y feliz, dos o tres veces al año.
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Una de las noticias de la semana que despierta aplausos fue el lanzamiento de "San Martín", el primer picosatélite de la Argentina, un satélite miniatura. Lanzado desde Cabo Cañaveral el pasado jueves, diseñado por Alejandro Cordero y sus estudiantes de una escuela técnica de Mar del Plata,el MDQubeSAT1, tiene suficiente potencia como para brindar Internet de las cosas (IOT) a puntos de la Argentina sin conectividad.
Este proyecto ayudará mejorar la competitividad del sector agropecuario, así como también del hidrocarburífero y el minero, ya que proveerá de Internet a distintas zonas rurales del país. ¡Bravo!
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Antes de irte, te dejo una nota recomendada de RED/ACCIÓN: la destacada de este día en nuestro sitio. El texto se titula: "Perdón por molestarte de nuevo": cuando personas mayores, con una enfermedad o discapacidad se sienten una "carga" al pedir ayuda. Necesitamos reflexionar sobre estereotipos o ideas equivocadas sobre lo que significa ayudar. Y esta lectura aporta a la reflexión.
Cuidate mucho, cuidalas mucho, cuidalos mucho.
Te mando un gran abrazo.
Juan