Una edición para la colección con lo más destacado de este año que concluye en breve. Una selección basada no solo en mi mirada como autora de la newsletter, sino también en la participación activa de algunos lectores que aportaron sus acontecimientos elegidos. No alcanza una sola edición para resumir el año climático, pero sí para recordarnos lo más importante que nos deberá seguir impulsando a la necesaria acción climática.
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Sé que el año aún no termina. Que quedan 15 días y que en ellos puede pasar de todo. Especialmente en materia ambiental. Mientras escribo esta edición hay un derrame de petróleo y en Chubut quieren volver a habilitar la megaminería. Así de difícil es diciembre en esta agenda o todos los meses, para ser honestos. Pero no quería dejar de hacer un pantallazo de eso que ocurrió este alocado y desafiante 2021 en materia de cambio climática. Una edición no será suficiente. No dedicar una edición hubiera sido injusto.
Los cinco destacados fueron seleccionados conforme mi criterio como autora de PLANETA, pero y especialmente considerando las sugerencias y elecciones de algunos de ustedes, lectores. ¡Empecemos!
1
La ciencia climática volvió a hablar. El nuevo informe del IPCC. Se me plantó un lagrimón cuando vi que la mayoría de los lectores eligieron al reporte del IPCC sobre las bases físicas del cambio climático como LA noticia climática de este 2021. En tiempos de un negacionismo creciente, este reconocimiento a la ciencia climática no es menor.
El 9 de agosto, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) presentó la contribución del Grupo de Trabajo I al Sexto Informe de Evaluación. ¿Su foco? Las bases físicas del cambio climática. Su lenguaje fue rotundo: es indudable y evidente la influencia del ser humano en el calentamiento de la atmósfera, la superficie y el océano. ¿En términos de porcentaje de responsabilidad? Un 100%.
El reporte subrayó que no hay región del planeta exenta a los efectos del cambio climático. Todas y cada una de ellas sufren algún tipo de incidencia. Ejemplo de ello son los eventos climáticos extremos que se están viendo intensificados por el cambio climático.
El reporte proyecta cinco futuros climáticos posibles en función de las emisiones de gases de efecto invernadero que generemos desde ahora hasta fin de siglo. ¿La mala noticia? Estamos actuando en un camino recto a los peores escenarios. ¿La buena noticia? Con cambios drásticos aún tenemos una ventana abierta de acción para alcanzar los escenarios con efectos menos dramáticos.
Más que la presencia medios, me quedo con lo que este reporte científico despertó en tantos ciudadanos: interés, preocupación, involucramiento en la acción climática. Las políticas de los tomadores de decisión se deben basar en la ciencia climática y nosotros debemos conocerla y comprenderla para exigir una acción climática con base científica.
¿Qué seguir en 2022? Lo que conocimos este año fue uno de los tres reportes de contribución al Sexto Informe de Evaluación del IPCC. El próximo se darán a conocer los otros dos: sobre impactos, adaptación y vulnerabilidad; y sobre mitigación. Así que ¡a estar atentos!
Pueden recordar el análisis en profundidad que realizamos sobre el reporte aquí.
2
Desde incendios hasta inundaciones, los efectos del cambio climático se hicieron sentir alrededor del planeta. He perdido la cuenta cuántas veces comuniqué sobre incendios y sobre inundaciones este año. A veces me preocupa que en eso se convierta mi profesión: en comunicar los efectos del cambio climático. Efectos que, a medida que la acción climática no está a la altura, se intensifican y afectan a los más vulnerables.
Los repetidos incendios en Argentina y las inundaciones en Alemania fueron las imágenes más notorias de ese apocalipsis sobre los cuales a muchos medios les gusta centrar la mirada, fueron la realidad a la que los tomadores de decisión sólo parecen mirar en el momentum y no a la hora de implementar políticas sostenidas (pensemos sino el contraste entre los tuits de algunos dirigentes por una ley de humedales y el hecho de que estamos a meses de que los proyectos pierdan estado parlamentario).
Lo que jamás me cansaré de repetir es la necesidad de comprender el vínculo entre eventos climáticos extremos y el cambio climático. No se trata de una relación causa-efecto en la que, por (mal) ejemplo, "el cambio climático es responsable de un incendio". No. El cambio climático incide en las variables de las que dependen estos eventos, intensificándolas. De este modo, la falta de precipitaciones, una sequía prolongada, las temperaturas cada vez más elevadas -todo ello producto del cambio climático- harán que cualquier incendio, independientemente de la causa que lo produzca, se propague más y sea más difícil de contener.
¿Qué seguir en 2022? El foco en adaptación. Los efectos del cambio climático ya están entre nosotros y exponen las desigualdades y vulnerabilidades ya existentes. La adaptación a estos efectos ha tenido históricamente una importancia menor en la acción climática, frente a la mitigación. Será fundamental que los tomadores de decisión en todos los niveles -internacional, nacional y local- comiencen a implementar acciones para prepararnos mejor a los efectos ya inevitables. El desafío es enorme. Cuanto más tardemos, peor nos tomarán los eventos climáticos intensificados por el cambio climático.
3
La COP26 marcó el regreso de las negociaciones climáticas, y de las disputas entre países. Es obvio que, tanto ustedes como yo, éste es el tema que tiene más fresco en mente, análisis y lectura. Siempre digo que para mí el calendario se actualiza anualmente con las COP en cambio climático, por lo que sí, el 2020 quedé -como muchos- en vilo. No haré de nuevo un análisis sobre el artículo 6, tranquilos; pero sí me parece importante compartir por qué la COP26 está no solo entre mis destacados del 2021, sino también en el de muchos de los lectores.
La COP26 significó volver a tener un encuentro presencial y formal de negociaciones para avanzar en la implementación del Acuerdo de París. En su primer año, la pandemia supuso la suspensión de cualquier actividad en persona para las reuniones climáticas y ello, como hemos conversado en varias oportunidades, es fundamental para un avance transparente de la acción climática. El regreso con la COP26 marcó un re-impulso en la agenda de la política climática internacional porque, si bien tuvimos muchos anuncios en eventos virtuales a lo largo de estos dos años, sí es cierto que la acción climática sufrió una cierta postergación junto con los eventos.
Con más y menos avances en sus temas, la COP26 significó reglamentar el artículo 6 sobre mecanismos de mercado y no mercado y, así, concluir con el libro de reglas del Acuerdo de París; y definir los marcos de transparencia a través de los cuales los países reportarán el alcance (o no) de sus compromisos. El financiamiento que los países desarrollados deben movilizar hacia los países en desarrollo para que implementen sus políticas de mitigación y adaptación al cambio climático dejó en evidencia que la disputa entre estos dos grupos de países se mantiene vigente y que, incluso, se está profundizando cada vez más a medidas que se profundiza la vulnerabilidad de algunos países ante los efectos del cambio climático.
Nada nuevo se vio sobre la mesa: Estados Unidos fue Estados Unidos (aún con cambio de presidente), la Unión Europea fue la Unión Europea, China fue China y los países más emisores se fueron más contentos de Glasgow que el resto. Sí, algo ahí definitivamente no cierra.
¿Qué seguir en 2022? Implementación. Implementación. Implementación. Hay que estar atentos a cómo, puertas adentro en sus territorios, los países comienzan a implementar lo definido en la COP26. Conforme lo establecido en el Pacto Climático de Glasgow, también habrá que ver qué países proceden a realizar una nueva NDC con una meta de reducción de emisiones más en línea con el límite de calentamiento de 1,5°C y cuáles avanzan también en elaborar su estrategia de descarbonización a largo plazo.
Las reuniones intersesionales se realizarán en junio en Bonn, Alemania, y la próxima COP27 se celebrará del 7 al 18 de noviembre en Sharm El-Sheikh, Egipto, país que presidirá la conferencia.
Toda la cobertura que hicimos sobre la COP26 en RED/ACCIÓN la pueden ver aquí.
4
Una América Latina entre un acuerdo histórico y la realidad vulnerable. Tanto he hablado del Acuerdo de Escazú desde su puesta en firma en septiembre de 2018 (desde Nueva York, fue mi primera nota en RED/ACCIÓN), que se me había pasado por alto que fue en este 2021 que entró en vigencia. ¡Gracias a los lectores que lo tuvieron tan presente!
Efectivamente, fue en el Día de la Tierra de este año -el 22 de abril- que el Acuerdo de Escazú se puso en marcha en la práctica. Recordemos que su principal propósito es garantizar el acceso a la información, la participación pública y el acceso a la justicia, todo ello en asuntos ambientales en América Latina y el Caribe.
Ahora bien, el acuerdo entró en vigor sólo en aquellos países que lo han ratificado, posfirma. A la fecha, de los 33 países de la región, 12 lo han ratificado y 22 lo firmaron. Chile, uno de los países que más había impulsado su proceso, todavía sigue justificando el no firmarlo. Todos los ciudadanos de América Latina y el Caribe requieren ver garantizados los derechos sobre los cuales el Acuerdo busca ser una herramienta para legitimarlos. Y ello parece entrar en conflicto con algunos intereses públicos y privados.
Uno de los elementos por los cuales este Acuerdo es histórico es por la inclusión y mención a los defensores ambientales. El Acuerdo de Escazú es el único acuerdo jurídicamente vinculante en la región y el primero en el mundo que incluye disposiciones sobre los defensores de los derechos humanos en asuntos ambientales. Por ejemplo: que pueden actuar y expresarse con libertad; sin amenazas, restricciones ni inseguridad.
El texto en papel aún se encuentra muy lejos de lo que ocurre en la práctica. De los 10 países con mayor cantidad de ataques a defensores ambientales registrados en el mundo, 7 ocurrieron en América Latina. Ésta fue una de las conclusiones del reporte de Global Witness Última línea de defensa sobre los defensores ambientales asesinados por las causas ambientales que defienden. Por segundo año consecutivo, Colombia lideró el ranking global. En 2020, 65 defensores perdieron la vida en suelo colombiano. México le siguió en segundo lugar con 30 ataques letales, Brasil en cuarto lugar con 20 y Honduras en quinto lugar con 17.
En lo político, el Diálogo de Alto de Nivel sobre acción climática en las Américas, celebrado en septiembre, marcó un primer indicio de acción conjunta entre algunos países de la región para hacer frente al cambio climático.
¿Qué seguir en 2022? Se realizará la primera Conferencia de las Partes sobre el Acuerdo. Sí, una COP como la climática, pero de Escazú. La misma se celebrará en abril de 2022 en Santiago de Chile, sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Sobre la CEPAL también habrá que estar atentos a quién sucederá a la actual secretaria ejecutiva, Alicia Bárcena, que recientemente anunció que dejará el cargo el 31 de marzo del próximo año, es decir, justo antes de la COP1. La realización de la COP de Escazú puede ser una oportunidad política (o empuje social) para que los países que aún no han ratificado ni firmado el documento, avancen con ese fin.
Habrá que también seguir de cerca cómo se mueven los países de la región en el juego de la política climática. ¿Quién establece alianzas con quién? ¿Quién no quiere unirse con otros? ¿Qué intereses en común se defienden?
Recuerden que pueden acceder al Acuerdo de Escazú en español aquí. Es de ágil lectura y de vital importancia porque se trata de nuestros derechos.
5
La salud y el cambio climático, en medio de una pandemia. 2020 fue el año en que enfatizamos en el vínculo entre el cambio climático y los orígenes de las enfermedades zoonóticas (aquellas transmitidas) de animales a humanas, en pos de un llamado a la acción para evitar próximas pandemias. 2021 fue el año donde la salud inevitablemente había quedado expuesta y empezamos a conocer, analizar, comprender su vínculo con el cambio climático.
Este año conocimos que la quema de combustibles fósiles nos está matando. No, no solo mata al ambiente. También nos mata a nosotros, seres humanos. Más precisamente, conforme un estudio de la Universidad de Harvard, la contaminación del aire que generan los combustibles fósiles -como el carbón, el petróleo y el gas- fue la responsable de la muerte de más de ocho millones de personas en todo el mundo, solo en 2018. Una cifra más elevada que los registros anteriores.
Este año se realizó la primera investigación a escala global sobre la ansiedad climática en niños y jóvenes a nivel mundial. Cerca del 60% de los consultados por la Universidad de Bath dijo sentirse muy preocupado o extremadamente preocupado por el cambio climático. Un 45% dijo que sus sentimientos sobre el cambio climático los afecta negativamente en su día a día. Y el dato que me preocupó sólo al leerlo: más de un 55% considera que la humanidad ya está condenada.
Este año, el Día Mundial de la Salud tuvo como lema Una Sola Salud para reforzar la importancia de implementar políticas tendientes a cuidar la salud humana, la salud ambiental y la salud ambiental. Pues las tres están interconectadas.
¿Qué seguir en 2022? Creo (y espero) que la salud, en su vínculo con el cambio climático, sea uno de los temas en ascenso en la comunicación y la investigación durante el siguiente año. No podemos dejar que sus efectos luego nos tomen por sorpresa. Y lo que, desde lo personal, diría es que si el cambio climático los está afectando negativamente, busquen espacios donde poder conversar con otros sobre estas preocupaciones e inquietudes en común. Crear y dirigir este 2021 un Club de Lectura Climática fue una de las cosas más terapéuticas que hice para aliviar todo eso que a mí también me genera el trabajar 24/7 con cambio climático. Y eso fue porque en ese espacio me encontré con otras personas con sensaciones similares, con quienes podía conversar de manera profunda. ¡Anímense!
6
Plus: Los 100 latinos más comprometidos con la acción climática en 2021. La organización Sachamama dio a conocer hoy esta lista que "busca fortalecer el liderazgo de la comunidad latina en el movimiento climático e intensificar la acción colectiva para enfrentar el mayor desafío de nuestro tiempo, el cambio climático". En alianza con otras organizaciones internacionales, se reconoce la labor de personas comprometidas con la acción climática desde el activismo, la ciencia, la comunicación, los derechos ambientales, las políticas de sustentabilidad y el rol empresarial.
Para sorpresa y alegría, me han incluido en la lista de este año por mi labor desde la comunicación y el periodismo. Un año en el que creo este trabajo resultó fundamental en el regreso formal de las negociaciones climáticas, pero un trabajo que no se limitó a las dos semanas de la COP26 sino que se desarrolló y sigue desarrollando a lo largo de los 365 días del año. Es un placer compartir este reconocimiento al lado de mujeres que admiro como Alexandria Ocasio-Cortez, Carolina Vera, Christiana Figueres, Helena Gualinga, Jamie Margolin, Vanessa Hauc y Xiye Bastida.
Pueden conocer el listado completo aquí y seguir las noticias en redes con el hashtag #Los100Latinos
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Como les había comentado en la edición anterior, esta semana me encuentro en una suerte de vacaciones con el mar, el sol y el viento como compañeros. Y Yiyo, el perrito que transito y a quien traje a conocer el mar. Así que me despido con unas postales de estos días aquí.
Espero que esta edición haya servido para recordar algo destacado de lo que ocurrió este año y todo ello por lo cual debemos seguir promoviendo y exigiendo acción climática.
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¡Hasta el próximo miércoles!
Tais