“En 2018 entré a trabajar en una pyme gracias a Instagram. Lo conseguí porque mis conocidos sabían que yo estaba buscando trabajo y una de mis amigas vio una búsqueda en la historia de un empleado, con quien tenía un amigo en común. Empezaron a intercambiar las historias y la búsqueda llegó hasta mí. Yo tengo perfil de Instagram y Facebook, pero son privados. De todas maneras, pude mandarle mensajes a la persona que había publicado la historia, le envié mi currículum y ¡entré! Aún sigo en esa empresa”, dice con cierto orgullo Lucía Miñones (25 años), licenciada en Administración y lectora de RED/ACCIÓN.
Para Lucía la clave es difundir entre los conocidos que estás buscando trabajo para que todos estén “alerta” ante una oportunidad. En cuanto a la privacidad, ella elige tener todas sus cuentas en “privado”. “Prefiero que los reclutadores vean solo mi perfil de LinkedIn porque ahí está toda mi experiencia laboral y mis estudios. No me gusta que tengan en cuenta lo que publico en mis otras redes sociales porque son personales”, reconoce.
Pero no todos piensan de esta manera. Otra de nuestras lectoras, Martina Boscato, community manager de 18 años, sugiere tener los perfiles en “público” para poder ser etiquetados y que más personas puedan compartir los trabajos que realizan. Casi toda su experiencia laboral se la debe a las redes sociales. “Me hice una cuenta de LinkedIn, pero al poco tiempo me di cuenta que como ofrezco manejar redes el mejor lugar para difundir mi trabajo son, justamente, las redes sociales. Así fue que empecé a utilizar mi perfil de Instagram para mostrar lo que hago. Publiqué historias y logré que mucha gente me pidiera presupuestos”, explica. Luego la difusión de sus amigos y “el boca en boca” hicieron el resto. “Algunas personas empezaron a recomendarme y eso me abrió muchas puertas”, cuenta.
Según Martina, LinkedIn no es tan efectiva para chicos sin experiencia. “Además, Instagram te permite mostrar lo que hacés, escuchar directamente al cliente y charlar con él para poder brindarle un trabajo que se ajuste a sus necesidades”, dice a partir de su experiencia. Sobre los riesgos por un perfil público, ella lo minimiza. “Siempre me fijo cómo esa persona llegó hasta mí y qué contactos tenemos en común. Por ahora solo me contactaron usuarios por recomendación. Además, vos podés mirar la empresa. Prestá atención al rubro, conocé a la persona y realizá una videollamada, antes de aceptar el trabajo”, recomienda.
Por su parte, Lorenzo Ezequiel, estudiante de Licenciatura en Historia de 21 años, dice que su experiencia en este campo fue negativa. “Por lo general en las redes encuentro trabajos poco remunerados. En páginas como Computrabajo o Zonajobs creo que hay más variedad de ofertas y son más efectivas”, sostiene.
Estos casos son solo una muestra de los comentarios que recibimos cuando propusimos hablar del tema a través de nuestra cuenta de Instagram. Es que la forma para atraer y buscar talento se ha transformado radicalmente debido, en gran medida, al impulso del mundo digital. Si bien LinkedIn es identificada como la red social de los profesionales, y se convirtió en una herramienta estratégica en procesos de búsquedas tanto para empresas como para postulantes, otras redes sociales como Instagram, Facebook y Tik Tok también se están utilizando con el mismo objetivo.
Justamente, para saber qué es lo que piensan los usuarios de las redes hicimos una encuesta por Instagram. Entre nuestros seguidores y seguidores un 70% dijo haber buscado trabajo en redes sociales y un 61% dijo que, al publicar en redes, consideran que ese contenido puede ser visto por el futuro jefe o reclutador laboral. Al mismo tiempo, el 68% de quienes respondieron señalaron que no creen que esté bien que las empresas dedican en función del contenido en redes sociales personales.
Las redes sociales como motor de búsqueda laboral
Según un informe realizado por el portal de empleos Bumeran en Latinoamérica, el 32% de las compañías encuestadas publica las búsquedas laborales en portales de empleo con presencia en varios países y, un 29% también divulga esos puestos vacantes en las redes sociales de su propia empresa.
“Actualmente, las redes sociales forman parte de la marca personal, esa impronta o huella que es un diferencial en cualquier aspecto de la vida y, en particular, a la hora de buscar empleo. Hoy son espacios fundamentales de networking. Plataformas de video o de streaming, blogs o distribuidoras de podcast pueden ser sumamente útiles para mostrar lo que sabés hacer a nivel profesional, es decir, para potenciar el portfolio. Mostrarse como una persona activa es fundamental”, asegura Ariel Arcidiacono, director comercial de Bumeran y Zonajobs.
Claro que hay quienes prefieren mantener las redes en la privacidad, como espacios donde solo se compartan cuestiones íntimas o personales.
“Los reclutadores ven en las redes sociales laborales una especie de CV ampliado, donde hay información más detallada sobre los proyectos y tareas en las que el candidato estuvo involucrado. Por ejemplo, quienes deciden desarrollarse como freelancers tienen más incorporado el uso de las redes a la hora de buscar trabajo, pero en el último tiempo esa tendencia se expandió a todo tipo de perfiles”, observa Arcidiacono.
Además de LinkedIn, que es específicamente una red social laboral, Facebook es la única de las redes que posee una función específica para buscar u ofrecer trabajo. La herramienta Jobs de Facebook, o Empleos en Facebook, llegó a Argentina en marzo de 2018, y permite a las personas solicitar puestos de trabajo directamente en la plataforma. “También busca ayudar a las empresas locales a encontrar profesionales que estén buscando oportunidades en el mercado laboral”, explican desde Facebook.
Mientras que los Grupos de esta misma plataforma representan una gran oportunidad para quienes ofrecen o quieren cambiar de empleo: son entornos colaborativos, donde los profesionales, de forma gratuita, distribuyen sus currículums, publicitan sus servicios y reciben ofertas de trabajo de los más variados sectores.
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Factor psicológico
Ricardo Rubinstein, psicoanalista y miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), explica la importancia que tiene para las personas formar parte de estas plataformas. “Hoy la mayoría tiene un perfil en alguna de estas redes. Esa presencia, desde el punto de vista psicológico, brinda una sensación de pertenencia, seguridad y tranquilidad. En muchos casos los contactos y circulación de mensajes, aumenta la sensación de confianza e interviene en la autoestima”, detalla.
El segundo tema que destaca Rubistein tiene que ver con que muchos reclutadores tienen acceso a los perfiles de los candidatos en las redes sociales. “Conocen sus gustos, opiniones, preferencias políticas y esto hace que haya una pérdida de la privacidad. Es necesario que las personas lo tengan presente. Pero, más allá de esto, sin duda, la presencia en distintos buscadores de trabajo y en las redes generan una gran oportunidad al momento de conseguir empleo”, agrega el psicoanalista.
Harry Campos Cervera, psicoanalista y psiquiatra, reconoce que las redes son muy útiles para hacerse conocer y difundir los servicios o trabajos, pero suma un tema fundamental: la brecha por edad. “Cuanto más joven es la persona, más familiarizada está con estas herramientas. Sin embargo, producen estrés en las personas más grandes porque el desconocimiento implica cierta amenaza y angustia. Además, la gente mayor no tiene en claro los códigos de las redes. Por eso les recomiendo que se asesoren antes de utilizarlas con este objetivo”, resalta.
Por su parte, Flavia Berger, psicóloga clínica y con ocho años de experiencia en el sector de reclutamiento en empresas, concuerda con Campos Cervera, pero suma que estas herramientas pueden ser complejas, también, para personas con menos recursos, que no pudieron capacitarse en su uso. “Los que sí saben manejarlas se sienten menos expuestos que en una entrevista cara a cara. Además, es más cómodo porque les demanda menos tiempo logístico y les reduce la cantidad de entrevistas y la espera”, dice.
Otro punto importante que rescata Berger es que en las redes se pueden compartir, entre colegas, información sobre el clima laboral de la empresa y el estilo de liderazgo. “Ahora hay posibilidad de contar con esas opiniones anticipadamente”, afirma.
Cuestión de seguridad
Justamente, de este último aspecto habla Natalia Terlizzi, CEO de Hucap, consultora especializada en recursos humanos. “A la hora de aplicar a un proceso de selección, sea cual fuere el medio o red social, es importante que las personas puedan validar la empresa o consultora que se encuentra realizando el proceso. Que observen la trayectoria, dominios a los que se pide que envíen el CV o la página donde tienen que cargarlo. Chequeen que sean medios seguros y con certificados válidos”, aconseja. Y agrega que los y las postulantes nunca deben difundir información como dirección, ni datos bancarios. “Además deben tener cuidado cuando utilizan equipos compartidos, públicos o con redes no confiables”, destaca.
Mientras que desde Facebook suman: “Aunque las empresas legítimas a menudo solicitan detalles confidenciales durante el proceso de solicitud, asegúrense de ingresar su información en un formulario seguro. Si estás en el sitio web de un empleador, la barra de direcciones debe contener ‘https’”.
A su vez, recomiendan comprobar la configuración de privacidad, controlar quién ve lo que compartís y gestionar el contenido que se publica. “También podés controlar quién puede enviarte una solicitud de amistad y seguirte. Tenemos funciones de seguridad como las alertas y las aprobaciones de inicio de sesión. Recordá revisar y actualizar la configuración de la seguridad cuando quieras”, remarcan.
Tal como Faceboook las otras redes también tienen posibilidad de manejar la privacidad desde “configuraciones”, para que solo puedan contactarte conocidos, o que solo puedan ver tus publicaciones tus amigos.
En síntesis, antes de realizar publicaciones es recomendable explotar todas las medidas de seguridad de cada una de las plataformas y ajustarlas según las preferencias personales.
Claves para conseguir trabajo en las redes
Terlizzi aconseja a quienes están en búsqueda laboral la suscripción a distintos grupos de Facebook. Esto no permitirá ser vistos por posibles empleadores, sino que los conectará con temáticas y especialistas de su profesión. “El nivel de participación en grupos y actualizaciones de estados es directamente proporcional a tu nivel de visibilidad. Esta premisa es fundamental para quienes están buscando nuevos horizontes laborales”, señala.
Otro consejo de la especialista en recursos humanos es ampliar la red de contactos selectivamente, en función del deseo de inserción y visión de futuro profesional. “Es muy útil, también, solicitar a exjefes que escriban ‘recomendaciones’ en las redes para que futuros empleadores puedan leerlas”, sugiere.
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Berger señala que con las redes se tiene mayor visibilidad y alcance. “Si sos proactivo te diferencias mucho del resto. Otro punto a tener en cuenta es que las empresas ya, antes de tomar al candidato, evaluaron sus habilidades interpersonales por los videos y contenidos que publicaron en sus redes”.
“Generalmente las redes sociales son herramientas complementarias del proceso. La búsqueda de empleo y la posterior contratación está centrada en otro tipo de plataformas especializadas como lo es Bumeran. A su vez, las empresas gestionan sus búsquedas a través de softwares de reclutamiento que, mediante Inteligencia Artificial, realizan el match necesario para cubrir el puesto específico con el candidato ideal”, opina Arcidiacono.
Terlizzi, en tanto, concluye: “Internet es un valioso medio al cual todos accederán en mayor o menor medida, pero en la forma de utilizar y aprovechar su potencial radica la clave de éxito”.