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Responsabilidad Política Empresaria es lo que hace una empresa para generar marcos regulatorios que no sólo beneficien a su sector sino al resto de la sociedad: lobby altruista. Hoy el concepto admite una versión corregida y aumentada: cualquier contribución de las organizaciones a la calidad institucional de un país. Una manera de asegurar un ecosistema apto para los negocios –y para la vida en sociedad– en el mediano plazo.
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RPE 2.0. La anécdota es conocida: el 19 de abril de 1987, el presidente Alfonsín se dirigía a la multitud reunida en la Plaza de Mayo desde el balcón de la Casa Rosada. “La casa está en orden, Felices Pascuas”, dijo. Tras hacer algunas concesiones, había logrado aplacar un levantamiento militar. Lo que se recuerda menos es que los empresarios agrupados en la UIA salieron públicamente a respaldarlo. Parecían entender que la democracia, todavía frágil, necesitaba de una defensa unánime y contundente.
La Argentina repite con frecuencia episodios menos graves que los de 1987, aunque igualmente contrarios a la convivencia democrática. Hace dos semanas, un grupo de ambientalistas atacaba a pedradas el convoy del presidente en Lago Puelo, Chubut. Poco después, miembros de la CTA Autónoma entraban a los golpes a la redacción del diario Río Negro de General Roca. Querían impedir que se publicara una nota sobre abuso sexual que involucra a uno de sus líderes. Ambos hechos, inaceptables.
La salud siempre precaria de la vida democrática hace, o debería hacer, que las empresas y otras organizaciones se pregunten cómo deberían reaccionar cada vez que se repite un episodio repudiable. No hay una regla definitiva, aunque sí criterios que pueden servir para despejar la incógnita:
- Gravedad. No es lo mismo una declaración desafortunada de un funcionario de rango menor que un decreto presidencial contrario a las libertades individuales. No están en la misma categoría un tweet amenazante de un activista con una pedrada contra el presidente. A mayor gravedad, mayor razón para al menos decir algo.
- Contexto. Un episodio aislado en un entorno de alta calidad institucional no obliga a reaccionar. Si se vive en una democracia de baja o moderada intensidad, en cambio, se encienden las alarmas. Bolivia, Ecuador o Venezuela tienen mucho para enseñar, si se quiere aprender.
- Impacto. Hay episodios que afectan a sectores específicos y otros que perturban a todos. Algunos con daño acotado y otros con mayor riesgo de propagación. El ataque a un medio de comunicación es una piedra en un lago: si se replica y nadie reacciona, la onda expansiva puede ser letal.
- Representatividad. Asumiendo que el propio sector se ve afectado por un hecho, hay que determinar quiénes pueden ser los voceros legítimos, de quién se espera una declaración. Las cámaras empresariales o las asociaciones profesionales, en general, cumplen ese rol. Por eso el comunicado conjunto del Círculo Dircoms, el Consejo de RRPP y FOPEA frente al episodio de General Roca.
Financiamiento de partidos políticos, apoyo a cámaras empresariales y asociaciones profesionales, impulso a ONGs, universidades y medios de comunicación independientes: son variadas las formas de contribuir a fortalecer el tejido social que hace viable una democracia. Responsabilidad política empresaria: blindaje para un ecosistema social y de negocios sustentable.
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Tres preguntas a Alejandro Llano Cifuentes. Ex rector de la Universidad de Navarra (España), es filósofo, catedrático de Metafísica, especialista en temas relacionados con el mundo empresarial.
- ¿Cómo definirías a una empresa?
Covarrubias decía en 1611 que “emprender es determinarse a tratar algún negocio arduo y dificultoso, y porque los caballeros andantes acostumbraban a pintar en sus escudos estos designios, se llamaron empresas. De manera que empresa es cierto símbolo o figura enigmática hecha con particular fin, enderezada a conseguir lo que se va a emprender”. Esta antigua definición se ha vuelto paradójicamente actual: hoy comprendemos que una empresa no es una fábrica o una oficina, sino sobre todo un designio, un propósito que resulta ser arduo. Covarrubias pensaba en hazañas guerreras, nosotros pensamos más bien en trabajos de índole económico, pero el núcleo significativo sigue inalterado: son emprendimientos de personas que disponen como recursos de su inteligencia, su voluntad y sus emociones.
- ¿Las organizaciones, o las empresas, están en un momento de transformación?
Yo creo que tenemos la oportunidad de repensar la empresa con una mirada humanista justo en una encrucijada histórica en la ya que no creemos en el viejo modelo social: ya no creemos en hombres pioneros y solitarios sino en hombres y mujeres con una gran capacidad asociativa y capacidad para el diálogo; ya no creemos en el progreso ilimitado sino en un planeta lleno de limitaciones al que hay que tratar con respeto y cuidado; ya no creemos en estructuras piramidales, sino en poliedros reticulares complejos sin superioridad ni inferioridad; y finalmente sabemos que los movimientos sociales no son como los de una máquina, sino que recuerdan más bien el de un organismo vivo, dotado de espontaneidad. La empresa ha vuelto a adquirir un sentido humanista, relacionado con lo que las mujeres y los hombres piensan, quieren y sienten.
- ¿Y cuál sería el modo de entender a las empresas desde una perspectiva humanista?
Creo que podemos intuir que estamos a las puertas de una nueva era humanista. Es decir, en el que lo más humano (pensar, querer y sentir) serán la base de la vida de las organizaciones. El verdadero humanismo valora antes que nada el conocimiento, que no es lo mismo que la información. La información son datos externos a la persona, el conocimiento es la capacidad para buscarlos y aprovecharlos de manera práctica. El paso a una era humanista consiste en comprender que la energía del talento humano es incomparablemente superior a la fuerza de la materia y de todas sus posibles transformaciones. El gran capital de las organizaciones es el potencial impresionante que significan las respectivas inteligencias, voluntades y emociones de las mujeres y los hombres que las integran.
Las tres preguntas a Alejandro Llano Cifuentes están tomadas de la conferencia que dio en el marco del II Simposio Internacional “Empresas con rostro humano” en 2014.
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Transformación digital. A pesar de que la pandemia aceleró el ritmo de las iniciativas digitales de las empresas, a algunos ejecutivos les preocupa que en realidad se están quedando atrás en la toma de decisiones importantes que permiten diferenciarse. En la era post-covid no basta reimaginar el funcionamiento de la empresa: hay que descubrir cómo crear valor en la era digital.
Paul Leinwand y Mahadeva Matt Mani, que estudiaron varias empresas que verdaderamente se transformaron, recomiendan a sus líderes: 1) Reimaginar el lugar de la compañía en el mundo, en lugar de centrarse en digitalizar lo que ya hace; 2) Crear valor a través de los ecosistemas, en lugar de que tratar de hacerlo solo; y 3) Reimaginar la organización para permitir un nuevo modelo de creación de valor, en lugar de pedir a la gente que trabaje de nuevas maneras dentro de los límites del antiguo modelo organizacional. O sea: pensar distinto.
Link: Digitizing Isn’t the Same as Digital Transformation (hbr.org)
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Voces. Esta sección, que se inaugura hoy, incluye notas de colegas publicadas en distintos medios sobre temas relacionados con la comunicación y los asuntos públicos.
Abrimos con este artículo de Daniel Barbagallo, médico y miembro del Círculo DirComs, que explica cómo los problemas de inequidad entre países, la desigualdad en el acceso a las vacunas, la politización y la fragmentación de los sistemas de salud contribuyeron a la fragilidad actual del sistema sanitario. La comunicación, como tantas veces, puede agravar la crisis o contribuir a resolverla.
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Academia. El PRCA Ethics Council publica su Annual Perspective, un diálogo imaginario entre 20 líderes globales especialistas en asuntos públicos y comunicaciones, sobre los desafíos éticos que plantea esta profesión en los tiempos actuales.
Inteligencia artificial y tecnología, relaciones con influencers, pago de regalos, salud mental, el enorme impacto de la pandemia de covid en las múltiples dimensiones de esta profesión y muchos otros temas aparecen en un documento completo y bien estructurado. Uno de los autores es Gustavo Averbuj, CEO y Director Regional para América Latina de Ketchum.
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Agenda.
- El jueves 25 de abril, el Consejo Profesional de Relaciones Públicas y el Círculo DirComs tuvieron en conjunto “La Noche de las Comunicaciones”, un evento virtual en el que otorgaron reconocimientos a profesionales y organizaciones por su trabajo a lo largo de 2020.
Los premios del Consejo fueron para Valeria Bazzi (Ámbito Corporativo), el autor de esta newsletter (Ámbito de la Consultoría), Adriana Amado (Ámbito Académico), Federico Di Benedetto (Ámbito Público), Federico Arias (Joven Profesional), Hernán Maurette (Trayectoria) y Fernán Quirós (Liderazgo en las Organizaciones). Finalmente, el reconocimiento a la “Estrategia de Comunicación en ONG” fue para el Banco de Alimentos.
Por su parte, los reconocimientos DIRCOMS 2021 fueron para la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú y la iniciativa de acción solidaria “#SeamosUno”. Y los premios a las mejores campañas de Comunicación y Asuntos Públicos desarrolladas durante 2019-2020 tuvieron los siguientes ganadores: “A la distancia, pero más conectados que nunca” de Mercado Libre (Comunicación Interna); “Índice Prisma Medios de Pago” de Prisma Medios de Pago (Asuntos Públicos); “Newsan IN - Un negocio de triple impacto” de Newsan (Sostenibilidad); “Voceros de la oscuridad. El día que se apagó Argentina” de ENEL Argentina (Gestión de Crisis); y “#SeamosUno” (Comunicación Externa).
Hasta acá llegamos esta semana. Todas tus ideas, propuestas o consultas son bienvenidas. Podés escribirme a [email protected]
¡Hasta el miércoles que viene!
Juan
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