El 26 de septiembre se celebra el Día del Bastón Verde. Se trata de una jornada de difusión de una herramienta muy importante para ayudar a diferenciar a las personas de baja visión de las ciegas y de esa manera mejorar su calidad de vida.
Quiénes lo usan. Las personas que no han perdido totalmente la visión pero la tienen muy limitada y en consecuencia pueden necesitar ayuda en la vía pública. ¿Por qué necesitan asistencia?
- Sus posibilidades de desplazarse y actuar en el espacio varían mucho según la luz y cómo es físicamente el lugar.
- Quizás pueden ver objetos a corta o mediana distancia, como un celular o una vidriera, pero no pueden cruzar la calle solos.
- O pueden distinguir objetos a larga distancia, pero no de cerca.
- En ocasiones tienen dificultad para advertir los desniveles, escaleras y cordones.
- Al hablarle muchas veces pueden no dirigirle la mirada, pero no es por indiferencia, sino por necesidad de acomodar la visión.
Quién ideó el bastón verde. Fue Perla Catherine Mayo, una profesora que desde 1990 se dedica a la investigación, la evaluación y el tratamiento de pacientes con baja visión.
“Muchas veces me decían mis alumnos: 'Profe, no soy ciego, no quiero usar un bastón blanco’. A partir de esa problemática se me ocurrió crear el bastón verde para mejorar su calidad de vida'”, explica Mayo en el sitio web del Centro Mayo de Baja Visión, donde es la directora.
Una iniciativa que llegó a ser ley. En 2002 el uso del bastón verde para personas con disminución visual se convirtió en ley.
La ley 25.682, que también es ley en Uruguay desde el año 2011, sostiene: “Adóptese a partir de la presente ley, el uso del bastón verde en todo el territorio de la República Argentina como instrumento de orientación y movilidad para las personas con baja visión.”
Por qué es importante la diferenciación. En Argentina, según el último censo, hay 5.114.190 personas que tienen alguna dificultad o limitación física permanente. La mayor parte de esta población, 2.069.151 personas, tiene dificultades visuales.
“En el país hay 216 escuelas de ciegos y disminuidos visuales con una matrícula de 100 alumnos en promedio. El 70% de esos niños no son ciegos, sino que tienen baja visión. Pero hoy están sentenciados a la ceguera. Por eso ya es momento de que, tanto del ministerio de Educación como el de Salud, hagan algo. Por ejemplo, cambiar las currículas del plantel docente para que las maestras de ciegos aprendan a trabajar con niños de baja visión y no traten a todos los niños como ciegos”, le dijo Mayo a Infobae a fines del año pasado.
Querés ayudar. ASAC es una asociación sin fines de lucro que trabaja de manera por las personas con discapacidad visual. Actualmente tiene distintos programas en los que la comunidad puede colaborar económicamente, difundiendo las acciones o como voluntario.
Fotografías, imágenes y videos: Centro Mayo de Baja Visión y ASAC.