¿Sabías que en América Latina, en promedio, 1 de cada 3 mujeres ha padecido violencia física o sexual en una relación íntima a lo largo de su vida? Conocer estas estadísticas nos permite comprender la magnitud, gravedad y frecuencia con la que se ejerce violencia contra las mujeres y niñas.
Si nos concentramos en Argentina, según datos del Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad, durante todo el 2020 hubo 108.403 comunicaciones a la línea 144 por violencia de género de diversos tipos. El 98 % de las personas que se comunicaron fueron mujeres. Esto significa que, en promedio, se registraron 300 llamados por día, algunos meses más, otros menos.
Frente a esta realidad, decir que la mayoría de las mujeres conoce a otra mujer o joven que ha sufrido o sufre actualmente violencia en alguna de sus formas o modalidades no resultaría nada descabellado.
Ahora bien: ¿sabemos cómo ayudar a esa otra persona en situación de violencia? ¿Sabemos cuándo involucrarnos? ¿Sabemos la manera en la que hay que actuar? ¿Sabemos qué no debemos hacer?
Ya que lidiar con este tipo de situaciones no es para nada sencillo y, sin embargo, es fundamental que la mujer víctima de violencia cuente con una red de contención que esté para ella cuando lo necesita, le preguntamos a diferentes mujeres, algunas de las cuales tuvieron que apoyar y proteger a una amiga o familiar, qué dudas tenían con respecto a las formas en que debían ayudar ante determinadas actitudes y hechos violentos.
Para responder a estas preguntas consultamos a Victoria Vaccaro, especialista de género del Programa de la Iniciativa Spotlight por el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).
Las consultas e interrogantes de estas jóvenes y mujeres también podrían ser las tuyas. Recordemos: la violencia en una relación no es un tema privado de la pareja, nos implica a todos y todas.
¿Qué hago si mi amiga actúa diferente cuando está con su pareja? No habla, no está contenta y parece estar incómoda.
En las relaciones sexoafectivas violentas, sobre todo en jóvenes, es muy común que la persona agresora tenga un impacto en la persona agredida y quiera anularla. No olvidemos que las situaciones de violencia siempre tienen que ver con una situación de poder de una persona sobre la otra. Esta es una forma de ejercer control: aislarla de su grupo de amigos, de su familia o cualquier otro espacio de contención. Si mi amiga, cuando está con él, actúa diferente, no está contenta, no habla, no dice lo que piensa, tiene miedo: hay que estar alerta.
Entonces, ¿qué hacemos? Lo ideal es encontrar a nuestra amiga sin la pareja, para poder hablar a solas en un contexto de confianza y contención. Es importante hacerlo en vivo y no por mensaje, ya que las personas agresoras suelen revisar el celular. Cuando se dé esa conversación, preguntarle sobre su relación; cómo está ella, qué pasa que se la ve un poco apagada. Controlar el tono, indagar despacio, en confianza, sin juzgar ni apurar. La empatía debe ser la base de este encuentro. Probablemente ella no se dé cuenta de que está atravesando una situación de violencia, quizás piensa que es normal y se convence de que lo que le dice su pareja es real. Por lo tanto, escuchá, respetá, empatizá con tu amiga. Lo importante es acompañar con mucha paciencia, sin que ella se sienta agredida y enjuiciada (eso ya pasa en su relación). Una vez que logre reconocer que está en una situación de violencia, debe tomar la decisión de romper con ese ciclo. Para eso podés contarle sobre el ciclo de la violencia y sus etapas (Tensión, Agresión y Luna de Miel). Preguntale si está atravesando alguna. Ella tiene que darse cuenta de lo que está pasando.
Si sólo yo sé que mi amiga sufre violencia, ¿tendría que acudir a su familia, amigos o psicólogo para que más personas la ayudemos? ¿No se va a sentir traicionada?
En caso de que la situación de tu amiga aún no sea de alto riesgo, es importante que respetes su privacidad y no cuentes su historia a otras personas si ella no quiere. Sin embargo, seguí atenta, ayudala y aconsejala. Decile: “Che, ¿por qué no lo hablamos con alguien? Con tu mamá, tu papá, alguna psicóloga, tutora, preceptora”. Es importante acudir a alguien mayor que tenga más herramientas, le dé confianza y pueda ayudarla en el proceso. Ahora bien, si la situación sí es de riesgo, quedarse callada puede ser muy peligroso porque la consecuencia puede ser una violencia que derive en un femicidio. Entonces, si ella no quiere comunicarlo y está en situación de riesgo, es fundamental contárselo a alguien.
En caso de menores de edad, por supuesto a la madre o padre o tutor encargado. Pero si nuestra amiga es mayor de edad, tratar de involucrar a otras personas del entorno para que estén atentas y al tanto. Incluso, decirle a un vecino/a que si escucha gritos o señales de maltrato llame al 911, servicio de emergencia de la Policía Federal que acude también a situaciones de violencia. Además, la línea 137 en Ciudad de Buenos Aires puede enviar un móvil. Y la 144 puede asesorarte sobre qué hacer y cómo hacerlo. La consecuencia de quedarnos calladas es peor a que mi amiga se sienta traicionada. Idealmente tratemos de ayudarla a ver la situación y entender el peligro en el que está. No está bueno obligar a una mujer en situación de violencia porque eso ya sucede en su pareja, por eso no hay que incentivar o presionar a tomar decisiones. Pero sí hay que ayudarla a salir del peligro porque esperar puede ser más peligroso que intentar hablar con alguien.
¿Qué hago si mi amiga me cuenta que su pareja la agrede físicamente varios meses después de haber iniciado la situación?
Primero, creele y entendela. No la juzgues ni critiques. Valorá que se haya animado a decirtelo, no es sencillo. Debemos tener en cuenta que diversas razones pueden llevar a una persona a no contarlo: miedo a su agresor, culpa o vergüenza pueden ser algunas de ellas. Ahora que finalmente decidió hacerlo, escuchala, demostrale que la vas a ayudar y que puede confiar en vos. Contale que, si ella se siente lista, puede denunciar la situación y que vos vas a estar ahí para acompañarla en el proceso.
¿Hasta qué punto debo preguntar? ¿Es mejor dejar que ella cuente lo que quiera contar?
Es importante tener una escucha atenta y activa a la vez. Si ella nos quiere contar, estar atentas a ese relato. Muchas veces las víctimas se dan cuenta de que algo no está bien, pero no pueden ponerlo en palabras, entonces lo cuentan a alguien externo a la relación para ver qué le parece a esa otra persona. Pasa mucho con chicas jóvenes que sus parejas las fuerzan a tener relaciones sexuales o no quieren usar métodos anticonceptivos. Entonces: hablar, tratar de que se desahogue pero que también escuche lo que tengo para decirle. Siempre bien, sin juzgar. Hay que intentar ayudarla para que tome la mejor decisión, que es alejarse, terminar ese vínculo violento y, eventualmente, si lo decide, si está segura y si puede, hacer una denuncia. Es importante denunciarlo para que quede el antecedente, que otras chicas puedan saber que ese varón es un violento y no ponerse en riesgo.
¿Qué tendría que decirle o recomendarle a una amiga que me cuenta que su marido le pegó y le dijo que no lo iba a hacer de nuevo?
Si la persona es violenta, si esa persona es agresora y no está dispuesta a iniciar algún tipo de tratamiento para cambiar su conducta, para mí la respuesta es irse. Es abandonar esa situación más allá de algunas creencias que tengamos, como que no podemos estar solas, que no podemos abandonar esa relación, que no podemos dejar al padre de nuestros hijos/as, que dependemos económicamente de esa persona. En caso de que aún no se sienta lista, es importante seguir prestando atención a lo que nos cuenta y a lo que vemos, a todas las formas sutiles de violencia, a la violencia simbólica, a los comentarios. Debemos estar cerca, acompañarla y contarle que puede recibir información, contención y asesoramiento en la línea 144.
Como amiga, ¿cómo se puede impulsar y acompañar el proceso que implica la decisión de separación sin que la persona se sienta presionada?
Es muy importante para las mujeres en situación de violencia estar acompañadas en el proceso de separación. Las redes de contención tanto de familiares, amistades, instituciones públicas u organizaciones de la sociedad civil, son fundamentales. Es muy difícil para una mujer salir de esta situación si no está acompañada, si no se siente contenida. Entonces, lo importante es que ella sepa que vos estás, aunque no te lo pida. Es importante no juzgar.
Los agresores son manipuladores y muchas veces saben envolver a las mujeres para que les crean que cambiaron, que esto es excepcional, que no va a volver a suceder, que es la última vez, entonces muchas veces, las mujeres dan pasos para atrás, los perdonan y vuelven al círculo de la violencia. También puede pasar que tengan mucho miedo de lo que pasará con su pareja, si le va a hacer daño a ella, a sus hijos, a su familia, a una amiga, o a él mismo. Acompañarla en esto. Llamar a la línea 144 aunque sea solo para consultar, para que conozca cuáles son sus opciones. La llamada no implica una denuncia, es una línea de contención y derivación. Puedo consultar si hay algún grupo de apoyo a mujeres o jóvenes en situación de violencia en la localidad, en el municipio, en la provincia en la que vivo.
¿El hostigamiento se denuncia? ¿Cuáles son las consecuencias de hacerlo?
Si una persona decidió terminar una relación con una persona agresora y la otra no entiende que esa relación terminó, continúa apareciendo en su vida contra su voluntad, le manda mensajes, la hostiga por la calle, la llama por teléfono, todo esto se puede denunciar. Se llama hostigamiento y es una forma de violencia contra las mujeres. La denuncia puede realizarse en una comisaría o fiscalía, según la localidad en la que viva la persona agredida.
En estos casos, los jueces y las juezas suelen emitir una orden de restricción. Esto quiere decir que la persona agresora debe cumplir una medida que no le permite acercarse a menos de tantos metros de la persona agredida. Cuando se efectúa este tipo de orden por parte de la justicia, la misma se emite por una determinada cantidad de meses y se notifica al agresor. En caso de que se vuelva a desarrollar una situación de violencia, hostigamiento, persecución o amenaza, la orden se renueva. Además, si hay violación de esa orden de restricción, la justicia debe ser informada para tomar cartas en el asunto.
¿Cómo ayudo a mi amiga que sufre violencia física pero no se anima a denunciar al agresor?
Dale tiempo si no está lista para denunciarlo. Si tu amiga no quiere denunciar la situación, quizás todavía no está preparada para hacerlo. Primero tratá de entender: puede ser por miedo a su agresor, por culpa, vergüenza o falta de apoyo social o familiar. También por falta de independencia económica o por desconfianza en las instituciones. Contale que puede recibir información, contención y asesoramiento en la línea 144, las 24 horas, los 365 días del año y de forma anónima y gratuita. Por teléfono, llamando al 144. Por WhatsApp, mandando “Hola” al 11 2771 6463. Por mail, a [email protected]. Por la app, 144. Acompañar sin juzgar y respetar sus tiempos es fundamental.
Si crees que estás viviendo una situación de violencia por razones de género y necesitas contención o asesoramiento, llamá al 144. Si estás en riesgo inminente de ser atacada llamá al 911.
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