Esta historia es parte de la investigación federal #LosDerechosNoSeAíslan, realizada por Chicas Poderosas Argentina con el apoyo de la Federación Internacional de Planificación Familiar Región Hemisferio Occidental (IPPFRHO) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas de Argentina (UNFPA Argentina). Para leer todas las historias y datos creadas de forma colaborativa e interdisciplinaria por mujeres y personas no-binarias de Argentina, visitá losderechosnoseaislan.com.
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Romina Spoturno (45), ginecóloga infanto-juvenil, médica del Consultorio de Adolescencia del Hospital Materno Infantil San Roque de Paraná en Entre Ríos, utiliza mucho la expresión “pico y pala” cuando habla de su profesión, de su trabajo. Como buena entrerriana, cuando entra en confianza, al hablar se expresa de manera breve, simple y sin vueltas, como lo hace de lunes a viernes, de 9 a 13 horas, con “las y los adolescentes” que atiende, como ella los llama cada vez.
“Pico y pala” es una expresión que hace referencia al esfuerzo y al trabajo, al movimiento y a la construcción; estas palabras combinan bien con la labor que ejerce Romina Spoturno desde hace 13 años en el Consultorio de Adolescencia.
Al igual que el de otras y otros profesionales de la salud que trabajan en pos de garantizar el acceso a derechos sexuales, reproductivos y no reproductivos, su labor se ha vuelto indispensable desde el inicio de la pandemia por la COVID-19 en el país.
El contexto de aislamiento social, preventivo y obligatorio complejizó el acceso a consejerías en salud sexual, reproductiva y no reproductiva para adolescentes y representó un desafío y trabajo extra para profesionales de la salud.
En el caso de Romina Spoturno, ella notó que bajaron notablemente las consultas de adolescentes, esta situación la impulsó a subir videos explicativos a su cuenta personal de Facebook, para no dejar de acercarles información veraz y oportuna.
Acompañar vía Facebook Live
La primera aparición de Romina Spoturno en cámara fue el 20 de mayo de 2020. A través de un Facebook Live de 21 segundos anticipó que, desde el Consultorio de Adolescencia del Hospital San Roque, brindaría información sobre anticoncepción.
En ese video está sentada, con la mano derecha alzada sostiene su celular, lleva puesto un guardapolvo blanco con un bolsillo sobre el pecho derecho, de ese mismo cuelga una lapicera rosa: luce la mirada cansada, muy cansada, pero aún así sonríe.
En el Informe Bimestral de Monitoreo del Plan ENIA ABRIL - MAYO 2020, se registró que en el bimestre marzo-abril hubo una caída del 70% de los asesoramientos en Salud Sexual y Salud Reproductiva (SSySR) en relación al mismo bimestre de 2019. El informe muestra que en el plano nacional se pasó de 16.533 a 5.011 consultas sobre acceso a dispositivos de Educación Sexual Integral (ESI), como así también toda la información que se brinda y acerca desde todas las consejerías en SS y SR.
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El Consultorio de Adolescencia del Hospital Materno Infantil San Roque de Paraná nunca cerró sus puertas a las adolescencias. Romina Spoturno siempre estuvo dentro de la sala para hacer algo que dice llevar consigo a cuestas: la consejería. Aún así notó el impacto que tuvo la COVID-19 al revisar las historias clínicas en papel: “Desde el 20 de marzo al 31 de agosto hubo 53 consultas, contra 140 que se realizaron el año pasado en ese mismo período”, expresa Romina.
No deja de remarcar que son números estimativos pero números que la impulsaron a realizar una serie de Facebook Live sobre anticoncepción, embarazo adolescente y enfermedades de transmisión sexual, temas que preocupan “a las y los gurises”, como ella les dice.
“Los videos surgen como una herramienta, así como lo es la consejería presencial en salud sexual, son una alternativa de autoasistencia para poder decidir y estar tranquilos”, comenta Romina Spoturno, mediante una videollamada post guardia.
“Hay que seguir insistiendo, gestionar y convertirse en una influencer, de ser necesario”, explica Romina Spoturno sobre esta vuelta de tuerca que le ha dado a su labor para sostener de alguna manera la atención en SSySR en adolescentes. Fiel a su frase “pico y pala”, se arremanga el guardapolvo y se toma unos minutos para trabajar en estos videos explicativos, que no son más que otro recurso, otro esfuerzo para garantizar el espacio de derechos que es la consejería.
“Desde el 20 de marzo al 31 de agosto hubo 53 consultas, contra 140 consultas que se realizaron el año pasado en ese mismo período”.
Una militante de las adolescencias
Romina Spoturno trabaja por los derechos de las y los adolescentes desde que se inició en un centro de salud al final de la calle ancha en Villaguay, Entre Ríos, donde a diario con un palito, sobre la calle de tierra, ejercía la consejería en SSySR. Mientras se abría camino en el ecosistema sanitario de la provincia de Entre Ríos, se enamoró de las y los adolescentes, desde ese momento no dejó de trabajar para cuidar y garantizar sus derechos en todos los lugares donde ejerció su profesión.
“A mí me asusta cuando las chicas y los chicos dejan la escuela, cuando no ven un proyecto de vida más allá, entonces empiezo a escarbar y tironear esos 20 minutos que están dentro del consultorio para rescatar ese sueño”, cuenta Romina Spoturno.
Esas historias, esas necesidades y esos sueños que ve a diario en el Consultorio de Adolescencia han hecho que no deje de especializarse, de trabajar y de participar en la construcción de programas para visibilizar y contemplar sus necesidades.
Es una realidad, es necesario y es posible trabajar en una estructura de servicios de salud sexual integral para las y los adolescentes, según Romina Spoturno: “El adolescente es sano, entonces no está contemplado dentro del sistema sanitario”. Romina Spoturno siempre tuvo esa visión y hay quienes pueden dar fe de eso, como Susana Suárez (58), enfermera del Consultorio de Adolescencia del Hospital Materno Infantil San Roque de Paraná, que durante 11 años trabajó codo a codo con ella: “Fue impresionante vivir lo que yo viví con Romina”, contó.
Pionera en visibilizar necesidades
“Entiendo que fue una de las personas que pudo visualizar la necesidad de las y los adolescentes mucho antes que la sociedad, mucho antes que el hospital”, cuenta Susana Suárez sobre el trabajo de Romina Spoturno con la población adolescente. “Romina fue una pionera en Paraná, costó un montón llegar a hablar del tema de la salud sexual en la adolescencia, pero ella pudo ayudar, resolver y comunicar de manera tal que instaló el tema en hospitales, en instituciones y hasta en escuelas”.
Una de las etapas más hermosas para Susana Suárez fue en 2014, cuando comenzaron a visitar las escuelas del centro y del interior de Paraná junto a Romina Spoturno, con el entonces Programa de Salud Sexual Integral de los Adolescentes. “Ella llegaba, llamaba a los chicos, armaba una ronda y se presentaba, después empezaba un ida y vuelta en donde ella escuchaba y respondía sus inquietudes, sus necesidades”, rememora Susana Suárez a través de un audio de WhatsApp.
“Había algo que tenía ella cuando se presentaba que a mí me encantaba, le pedía perdón a las y los adolescentes (como dice ella) por las cosas en que los adultos se equivocaban”, cuenta Susana Suárez sobre el trato de Romina con adolescentes. “También para romper el hielo, en esas charlas de educación sexual integral en las escuelas, Romina agarraba un preservativo, lo empezaba a inflar y ahí todos se empezaban a reír y ella, muy feliz, también se reía y seguía haciendo de las suyas”.
El patio de una escuela lleno de chicas y chicos, una ronda grande al aire libre, una ginecóloga infanto-juvenil inflando un preservativo en público, son escenas que no se vieron más desde que se decretó el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio. Nadie sabe cuándo volverán esos espacios que, como menciona Romina Spoturno, son espacios de encuentro, de escucha e información, son espacios de derechos para que las y los adolescentes tomen decisiones respecto al cuidado de sus cuerpos.
Autoasistencia y tecnologías en tiempos de COVID-19
La Organización Mundial de la Salud (OMS) percibe la “autoasistencia” como la capacidad de cada persona para promover la salud y prevenir enfermedades con o sin el apoyo de una persona que provea atención médica. La autoasistencia no es un tema nuevo, de hecho el año pasado la OMS publicó el informe Directrices Unificadas sobre Intervenciones de Autoasistencia Sanitaria, que hace foco en intervenciones de salud sexual, salud reproductiva y no reproductiva.
Frente a la pandemia por la COVID-19 cobra relevancia no sólo la autoasistencia, sino también el ejercicio de esta práctica mediante el uso de tecnologías y plataformas digitales, que ofrezcan un asesoramiento y acompañamiento ético y responsable.
Al consultar a Florencia Goldsman, periodista y ciberfeminista, integrante de la organización Dominemos la Tecnología sobre autoasistencia y tecnología, lo primero que advierte es que hay que tener cuidado con la información ofrecida.
“Hay que tener mucha cautela con cuáles son los datos que va a recoger la app. Nuestros teléfonos brindan datos detallados de nuestras vidas y esto en el caso de temas de salud sexual y reproductiva puede suscitar un problema”, remarca.
En cuanto a qué deberían prestar atención las y los adolescentes a la hora de acceder a sus derechos sexuales, reproductivos y no reproductivos a través de la tecnología, vuelve a enfatizar sobre el derecho al anonimato: “Tienen que tener en cuenta que no es necesario que informen sus datos reales, que pueden tomar la reducción de datos reales de la identidad como una prioridad, más aún si son menores de edad”, explica Florencia Goldsman vía WhatsApp.
En cuanto a la práctica de autoasistencia a través de Internet cree que “las iniciativas que hablen de la sexualidad de las mujeres con vulva, la sexualidad en todos los aspectos de una manera respetuosa y libertaria suman y enriquecen”.
Por su parte, Romina Spoturno expresa que ama el concepto de la autoasistencia, siente que es una práctica que hace a las personas más libres y amables con sus cuerpos; y que además genera un círculo de atención y autocuidados necesarios.
¿Cómo no voy a trabajar con adolescentes?
Romina Spoturno se encuentra dentro del Consultorio de Adolescencia, está cansada y afuera la esperan cerca de diez adolescentes. Aún así, cuenta animada que el próximo Facebook Live será sobre cómo evitar un embarazo. Seguirá subiendo videos y haciendo lo que sea necesario hasta que todo vuelva a la normalidad (o hasta que sepa de qué va la nueva normalidad), no se permitirá dejar sin herramientas, sin recursos a las y los adolescentes que la consulten.
Tironeada y demandada: así se siente muchas veces, ya que además es mamá de una nena y un nene. Hay días en que todo le parece cuesta arriba; pese a ello hay algo más fuerte, algo que le sugiere levantarse y seguir.
“He trabajado en temas de abuso, ya cuando mirás a una víctima de abuso a los ojos, ya esos ojos no te los olvidás más. Sigo por esos ojos, por esas chicas, por ese sueño a rescatar en cada consulta y porque es mi trabajo”, reflexiona Romina.
El camino no ha sido (no es) fácil para ella, quien cree que para sostener las políticas sanitarias existentes se requiere de medios, de fondos, de cargos, de todo: “No hay política sanitaria seria sin inversión”, remarca siempre que cree necesario. Sobre todo en lo que respecta a adolescencias, Romina Spoturno enfatiza que hace 13 años viene “puchereando”, con “pico y pala” para lograr programas que hagan foco en sus necesidades de una manera más integral y sostenida.
“Una vez un ministro me dijo: ¿qué hacés acá, luchando como una loca, gritando por los adolescentes?”, recuerda Romina sobre una de las tantas discusiones que ha tenido por exigir que se cumplan todos los derechos de las adolescencias. Ya no tiene tiempo, mira a cámara y dice que tiene que cortar, pero antes remata con la que hubiera sido una buena respuesta a esa pregunta: “Tengo una masa de gente saludable que sostiene el país, ¿cómo no voy a trabajar con adolescentes?”.