100 MUJERES
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Andrea Paredes
Es camionera, instructora de manejo en Volvo Trucks y Buses Argentina. Su papá le enseñó a conducir camiones a los 14 años. Hoy, gestiona un grupo de WhatsApp de mujeres camioneras y se suma a cruzadas solidarias.
Por Laura Andahazi Kasnya
23 de agosto de 2018
Andrea Paredes, La Negra, como le dicen desde chica, tiene un referente en la vida: Adolfo, su padre. Si él hubiese sido médico, seguramente ella también lo sería, pero fue camionero y ella también. Él fue el encargado de transportar los autos de carrera de Luis y Marcos Di Palma.
En vacaciones, fines de semana o cuando la vida escolar se lo permitía, Andrea ocupaba el asiento del acompañante del camión que a su padre le tocase conducir. Así, entre mate y mate cebado, fue aprendiendo a manejar. Primero mirando y luego, ya más grande, practicando en los campos cerrados de Arrecifes, su ciudad de crianza, en el norte de la provincia de Buenos Aires.
Por su contextura pequeña, los pedales y el volante le quedaban inalcanzables, pero el ingenio de su padre ayudó: un almohadón en el asiento y un par de tacos como extensión para sus pies. En aquel entonces todo era un juego y momentos mágicos entre padre e hija.
Sin embargo, cuando Adolfo enfermó, jugar ya no fue posible, había que salir a trabajar. “Tuvimos que internar a mi papá en Buenos Aires y yo quise viajar para acompañarlo, pero él me dijo que no, que no estuvo tantos años aguantándome en el camión como para que no esté ahora que me necesitaba para que lo reemplace”, recuerda Paredes con emoción.
Entró a trabajar con la familia Di Palma, con ellos estuvo por lo menos 20 años. Empezó barriendo el taller o haciendo los mandados hasta que le fueron confiando a ella la tarea de su padre. Al cumplir la mayoría de edad, pasó al volante y desde entonces nunca más se bajó de un camión.
La ruta, el viajar de ciudad en ciudad fue lo que a Paredes más le gustó. Así lo hizo hasta mediados del 2016 que entró a trabajar en Volvo Trucks y Buses Argentina como instructora de manejo del programa de capacitación en Conducción Eficiente y Segura que la marca tiene para sus clientes.
A través del programa, Paredes, capacita gratuitamente a los conductores de camiones de diferentes empresas transportistas para que conozcan las herramientas tecnológicas y las funciones con las que cuentan los vehículos de la compañía.
Los cursos se dan en cada uno de los concesionarios de la red que Volvo tiene en el país. Así viajar sigue siendo parte de la rutina de la joven. “El desafío fue más que nada hacer algo distinto. Tratar con hombres, después de tantos años, ya me tiene acostumbrada. Además algunos de los que asisten a los cursos ya me conocen de la ruta”, cuenta.
Ser mujer nunca fue un impedimento, ni siente que tuviera que ganarse el derecho de piso para ser camionera. Nunca, asegura, a nadie se le ocurrió sugerirle que eso era cosa de hombres; todo lo contrario.
La camaradería, explica Paredes, es el denominador común del rubro, hombre o mujer siempre habrá algún compañero que se va a acercar para saber si el otro está bien o si necesita ayuda.
“Hoy somos muchas las mujeres que manejamos camiones. No hay límites, si uno se lo propone las cosas salen bien. A las mujeres que no se animan les digo que lo hagan, que es cuestión de animarse que después el resto viene solo como con cualquier otro trabajo”, anima.
Paredes administra un grupos de WhatsApp que se llama Simplemente Camioneras y lo armó con el objetivo de crear un lugar de encuentro que no solo les permita conocerse sino también prestarse auxilio o pasarse información de las rutas o puertos. “Solo en el grupo hay 80 camioneras”, destaca.
Ese espíritu comunitario no se acota al grupo de WhatsApp. Andrea también formó parte de los once camioneros que en febrero pasado transportaron, desde Buenos Aires hasta Salta, las 300 toneladas de mercadería que Red Solidaria reunió para los inundados de un pueblo de Salta.
“De chicas, los fines de semana, mis amigas salían a andar en bicicleta y yo me quedaba con mi papá engrasando o lavando el camión. Una vez que terminaba, salía con ellas y hacia lo que hace toda nena”, remarca.
Andrea es la más grande de tres hermanas mujeres, pero fue la única que siguió los pasos paternos, aunque, su hermana del medio, cuenta, también aprendió a manejar camiones. “El tema es que no le gusta ensuciarse, por eso es profe de matemática”, bromea.
Vive en la ciudad de Buenos Aires, pero su lugar en el mundo es la cabina de un camión. La ruta, el amanecer, la música y los mates son las fotos, esos flashes de los momentos que a Paredes le llenan el alma y lleva grabados a fuego en su corazón. Por ella y en memoria de su padre preguntarse si puede o si no debería hacer tal cosa nunca será una opción; desear y hacer es el curso que la joven eligió para su vida. Sin embargo, si algún hombre osa mandarla a lavar los platos, ella dice que va encantada, “siempre y cuando cocinen”, remata entre risas.
Nombre: Andrea Paredes
Edad: 37 años
Profesión: Chofer de camiones
Sector en el que trabaja: Transportista
Lugar de Nacimiento: Buenos Aires
Lugar en el que desarrolla su actividad: Arrecifes
1. ¿Cuál es tu motor interior, qué te inspira a hacer lo que hacés?
Mi pasión por los camiones y hacer lo que me gusta. Esto hace que todos los días me levante con muchas ganas. Por otro lado, soy muy activa, no tengo algo que me quite la energía. Ni los días de mucho frío o de viento me quitaron jamás las ganas de salir a la ruta.
2. ¿Qué te hace feliz?
Manejar un camión y viajar. También compartir tiempo con mi familia, sobrinos y amigos. Los recuerdos más felices son los vividos con mi papá; él fue el primero que me dio la oportunidad de subirme a un camión y fue el que me decía por qué no, él que me recordaba todo el tiempo que yo podía hacer lo que quisiera.
3. ¿Qué cosa no te deja dormir?
Pensar en las cosas que tengo que hacer me desvelan. Suelo irme a acostar pensando en lo que me toca hacer al otro día y eso me desvela. Pero trato de dormirme igual, no tengo opción, no puedo salir a trabajar cansada.
4. ¿Qué te gustaría cambiar del mundo?
No sé si del mundo, pero sí me gustaría quehaya más escuelas de conducción de camiones porque la realidad es que hay muy pocas y no me gustaría que se pierda esta profesión. Hoy no todos tienen opciones accesibles para aprender y sacar el registro profesional.
5. Cuándo eras chica, ¿qué querías ser de grande?
Conductora de camiones. Está en mi ADN. Tuve la suerte de que me den la oportunidad de aprender y después de trabajar. Esas oportunidades son fundamentales. Uno puede querer ser un montón de cosas y hacer lo posible por lograrlo, pero también es necesario que alguien te abra las puertas y te dé la oportunidad de hacerlo.
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