¡Hola! Para empezar el año, te cuento una historia que emociona por el compromiso y la humanidad de una familia anónima.
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Hace mucho tiempo, una familia de Casilda, Santa Fe, viajaba seguido a la Ciudad de Buenos Aires. Al regresar llevaban revistas para leer en el viaje. Una vez en su lugar, sus amigos les pedían prestadas esas revistas que todavía no llegaban por esos lados. Esta familia percibió la necesidad y creó una PyME: compraba revistas en Buenos Aires y las distribuían en su ciudad. Luego siguieron con libros y la empresa familiar fue creciendo, sumando rubros, y generando puestos de trabajo.
Más tarde, apareció un proyecto para ayudar a chicos menores de 5 años desnutridos. Entonces, esta misma empresa —llena de sensibilidad— apareció para financiar este programa.
Tiempo después, un especialista en discapacidad recibe un llamado desde una ciudad argentina: había un proyecto para convertirla en una ciudad accesible: una en la que toda persona con discapacidad, por su trazado, por el acceso a la medicina, por sus prestaciones, quisiera vivir. “La ciudad de la inclusión". ¿Quién estaba detrás de esta movida? La misma empresa de nuestra historia.
Hacemos un salto en el tiempo, a esta época de balances y expectativas por el complejo proceso que transitamos: el de traer las vacunas que salvarán muchísimas vidas. Este proceso demandará un puente solidario hecho por especialistas, pero también por personas que tengan un don humano, un compromiso. En este contexto, veía la llegada de la primera partida de vacunas. Y la emoción fue absoluta al ver la marca de una de las organizaciones que colabora —por pura generosidad— con el transporte. Una vez más, es la misma empresa, que ha dicho “aquí estamos”, cada vez que hizo falta. Una historia que empezó llevando revistas y que hoy ayuda a que se salven montones de vidas.
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Desde que comenzó la pandemia esperamos las vacunas que nos protejan del coronavirus. Pero con la llegada de estas vacunas, producidas en tiempo récord, nos surgen muchas preguntas. ¿Cuáles van a aplicarse en el país? ¿Cómo va a distribuirse y aplicarse? ¿Qué síntomas puedo tener?
Desde RED/ACCIÓN escuchamos varias de estas dudas. Y para responderlas armamos una guía con preguntas y respuestas que se va a seguir actualizando según tus inquietudes.
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El calendario cambió, pero la necesidad de cuidarnos sigue. Y también la gratitud para quienes nos vienen cuidando desde hace varios meses: desde el personal de salud hasta bomberos o cuidadores en hogares.
Por eso, en enero, la campaña del mes de RED/ACCIÓN invita a decirles "gracias" de muchas maneras: con una imagen, una donación, o incluso siendo voluntarios/as.
Desde este espacio, siempre decimos: GRACIAS.
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Cuatro preguntas a Hernán Pereyra, presidente de la Biblioteca Argentina para Ciegos [Por David Flier]. La biblioteca es una asociación civil que tiene 96 años y está en el barrio porteño de Almagro. Cuenta con un catálogo de 2.300 libros en braille, además de libros parlantes. También brinda talleres, cursos y apoyo educativo y tiene una de las imprentas de braille más grandes de Latinoamérica. La charla con Hernán la publicamos el 4 de enero, Día Internacional del Braille.
—¿Cómo impacta el trabajo que hacen en las personas ciegas?
—La biblioteca inició con una necesidad de acceso a la información, a través de transcripción de libros, pero se fue transformando en un puente hacia la inclusión plena de las personas con discapacidad. Dejó de ser un lugar de asistencia. Personas que pasaron por acá, hoy en día, dirigen la institución (hoy todos los dirigentes somos ciegos), trabajan en empresas, en el Estado, se dedican al arte. Al mismo tiempo, la biblioteca funciona como un punto de encuentro, como una forma de dar visibilidad a las personas con discapacidad visual. Por ejemplo, los ateneos culturales que hacemos los sábados son abiertos a la comunidad. También tenemos socios, voluntarios o personas que participan de los talleres que no son ciegas. La idea es que todas las personas conozcan y vean que tenemos la capacidad y los recursos para poder incluirnos de manera plena en la sociedad. Esto sirve para concientizar.
—¿Cómo trabajaron estos meses?
—Nuestras actividades siempre habían sido presenciales. Brindar talleres y cursos por Zoom nos dio una llegada más amplia: en lugar de que se acercaran solo del AMBA, personas ciegas o con baja visión de todo el país accedieron a nuestros cursos. Además, como la pandemia lanzó otras necesidades, tratamos de orientar estos cursos para colaborar con lo que las personas ciegas requirieran, como el manejo de las tecnologías y plataformas virtuales; de las apps de delivery o bancarias. También tuvimos conversatorios y talleres de otros temas que fueron multitudinarios. Y, a su vez, se movió mucho nuestro servicio de ventas. Estamos buscando que nuestra página para comprar sea accesible.
—¿Cómo influye en el trabajo que hacen la aprobación y entrada en vigencia del Tratado de Marrakech [que modifica la ley de propiedad intelectual y facilita la adaptación de libros a formatos alternativos]?
—Para nosotros es fundamental. Vamos a participar de un observatorio que va a formarse al respecto. Ahora podemos tener muchísimo más acceso a la información a nivel internacional. Vamos a poder compartir con otros países libros en audio o en texto para que lo pueda leer un lector de pantalla. Va a ser una gran facilidad. También vamos a poder imprimir o grabar. Hasta ahora no podíamos digitalizar libremente un texto por un tema de derechos de autor.
—¿En qué creés que avanzamos como sociedad a nivel inclusión y qué cuentas pendientes hay?
—Creo que falta todavía, pero hemos avanzado bastante. Los recursos tecnológicos nos dan la posibilidad de tener mayor visibilidad, de hacernos conocer y así tener voz en las medidas que se toman en busca de inclusión.
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El 2020 fue un año difícil. Pero también un año de mucha solidaridad. Esta imagen, compartida en Instagram el último Día del Voluntario (el 5/12 pasado), lo refleja bien: 35% de las personas en Argentina dijo haber realizado tareas de voluntariado, el número más alto que se haya registrado. Cada uno, en promedio, lo hizo ocho horas.
De esta solidaridad ya hablábamos en mayo, en esta nota. Y queda claro que el deseo de ayudar no fue solo una moda.
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Para cerrar esta primera edición del año, otro dato alentador: estas fueron fiestas con menos sufrimiento para quienes, como las personas con autismo o veteranos de guerra, son afectados por los estruendos de los fuegos artificiales.
Una ley provincial en Jujuy y ordenanzas en 18 municipios de Mendoza evitan la comercialización de pirotecnia sonora. Y se palpa más conciencia, más empatía con quien sufre por eso. Ojalá, esto se extienda a todo el país.
- Si querés saber más sobre el tema, en una nota reciente contamos cómo afecta la pirotecnia a personas con autismo.
Reinventamos la home de redaccion.com.ar ¿ya la conocés? El nuevo sitio busca ofrecer una experiencia más interactiva y simple a la hora de informarse y, al mismo tiempo, facilitar el compromiso ciudadano. Al final, vas a encontrar un espacio para decirnos qué te pareció (y ayudarnos a seguir mejorándola).
- Vimos que la comunidad de lectores de RED/ACCIÓN comparte una característica: son ciudadanos comprometidos, activos en la búsqueda de una sociedad más tolerante e inclusiva. Una de las preguntas clave que busca responder esta nueva experiencia es ¿cómo puede RED/ACCIÓN ayudarlos en esa tarea?
Cuidate mucho, cuidalas mucho, cuidalos mucho.
Te mandamos un abrazo.
Juan.