El finde largo llegó y muchos están optando por relajarse tomando una copa de vino en casa o una cerveza con amigos. Así pasa el jueves, el viernes, el sábado y por qué no atravesar la angustia el domingo de noche tomando algo. Pero, ¿qué le está pasando a nuestros cuerpos mientras tanto?
Tal como indica esta nota en The New York Times, cualquier cantidad de alcohol es perjudicial para la salud. “Después de décadas de investigación confusa y, a veces, contradictoria, la imagen se vuelve más clara: incluso las pequeñas cantidades de alcohol pueden tener consecuencias para la salud”, asegura el artículo.
Cuando hablamos de los efectos del consumo de la sustancia muchas veces asumimos que el mensaje está destinado a quienes tienen un trastorno por consumo de alcohol, señala NYT, “pero los riesgos para la salud por beber también pueden provenir de un consumo moderado”.
Al respecto, The Guardian se preguntó ¿cuánto sabemos sobre cómo funciona en nuestros cerebros y cuerpos?, a lo que respondió que “bastante”. “En las últimas décadas, docenas de estudios validaron algunos viejos dichos, desacreditaron otros y le dieron al establecimiento médico una comprensión mucho más clara de cómo nos afecta el alcohol y cuánto está bien beber”, señaló el medio británico.
Cuando tomamos un sorbo, el alcohol (en sus diferentes formatos) pasa de la boca a la garganta y luego al estómago. Allí absorbe aproximadamente el 20%, el resto llega al intestino delgado y finalmente termina en el torrente sanguíneo. Por eso, podemos afirmar que los alimentos pueden ralentizar su absorción y, con el estómago vacío, el efecto es mucho más rápido. Minutos después del primer trago, va al cerebro…
…y comienzan los efectos:
1) Desinhibición
Entrevistado por The Guardian, el profesor David Nutt, presidente de Drug Science, un organismo científico independiente del Reino Unido que investiga las drogas y el alcohol, explicó que los vasos sanguíneos se ensanchan, por lo que la persona se puede sentir sonrojada, comienza a relajar la mandíbula y se comporta más sociable y cordial.
La explicación está en Gaba, el principal neurotransmisor inhibitorio en el sistema nervioso central que, en general, se reduce un poco en situaciones sociales. En cambio, el alcohol lo activa, lo que relaja a la persona y baja su temperatura corporal.
2) La dopamina se activa
Al tercer, cuarto y quinto trago se activa la dopamina, la hormona asociada al impulso por hacer cosas que nos traen recompensas. Según Nutt, “recibes un pequeño golpe, te energizas, te vuelves ruidoso y, a medida que el efecto comienza a disminuir, quieres más. El alcohol libera endorfinas, que son los opiáceos naturales del cerebro, y también son adictivos, apagando su sentido de control para que beba más de lo que planeaba”.
En efecto, las bebidas alteran la corteza prefrontal encargada del control cognitivo, el comportamiento impulsivo y el centro de memoria, por lo que afectan el juicio y el movimiento.
3) El hígado y los riñones
Al beber en exceso, el hígado “comienza a sentir la tensión”, señala The Guardian. En promedio, el órgano sólo puede descomponer un vaso pequeño de vino o una pinta de cerveza por hora, precisó la nutricionista Hannah Macey. Pasado este límite, se vuelve incapaz de manejar la carga de trabajo, “por lo que comienza a enviar alcohol al corazón”, lo que conduce a una caída de la presión arterial y la llegada de la sangre rica en alcohol a los pulmones.
Luego, es frecuente sentir la necesidad cada vez más repetitiva de ir al baño, lo que se debe a que el alcohol limita la producción de hormona antidiurética en el cerebro e instruye a los riñones para que liberen más agua, lo que provoca deshidratación.
4) La resaca
La resaca no es sólo un dolor de cabeza, es la inhibición de la capacidad normal del hígado para liberar azúcar, lo que lleva a la sensación de lentitud que acompaña a los niveles bajos de glucosa en la sangre. “El cuerpo también reacciona a lo que percibe como un desequilibrio en las sustancias químicas del cerebro y trata de corregirlo mediante la reducción de Gaba, lo que puede causar lo que muchos bebedores consideran ‘ansiedad’”, detalla The Guardian.
Finalmente, incluso un sólo vaso va a afectar negativamente el sueño, tal como te contamos en esta nota anterior de RED/ACCIÓN.