Reciclado de silobolsas, un proyecto ambiental que empodera a las víctimas de violencia de género - RED/ACCIÓN

Reciclado de silobolsas, un proyecto ambiental que empodera a las víctimas de violencia de género

 Una iniciativa de Dircoms + RED/ACCION

Desde marzo de 2022 la localidad cordobesa de Despeñaderos capacita a mujeres que sufrieron abusos de varones para que tengan una fuente de ingresos a partir de la economía circular.

Reciclado de silobolsas, un proyecto ambiental que empodera a las víctimas de violencia de género

Intervención: Marisol Echarri.

A mediados de la década del 90, los paisajes de las rutas argentinas comenzaron a modificarse. Junto al crecimiento de las áreas dedicadas a la soja, los tradicionales silos se convirtieron en enormes bolsas plásticas que se extendían a los lados del asfalto a modo de gigantescos tubos de dos metros y medio de ancho y 60 metros de largo. Casi al mismo tiempo surgió la preocupación por el modo de desechar el plástico y los proyectos para darle un segundo uso. 

En ese camino nació Re Circular: Mujeres Resilientes, un programa de la Municipalidad de Despeñaderos, a 50 kilómetros de la ciudad de Córdoba.   La iniciativa, que nació en el 2022, no es la primera en darles una nueva vida a las bolsas almacenadoras, pero es pionera en darles contención a las mujeres y ofrecerles una vía hacia independencia económica. Esto último lo hace a partir de la generación de un microemprendimiento que produce carteras, bolsos, billeteras, porta anteojos, almohadones, mochilas, cartucheras y otros objetos a pedido.

Máquinas de coser industriales, sublimadoras y planchas de calor es parte del equipamiento del proyecto. (Imagen: gentileza Municipalidad de Despeñaderos)

Re Circular se gestó en Punto Mujer, un programa de acompañamiento para víctimas de violencia doméstica que puso en marcha el municipio en 2021. “Les damos acompañamiento psicológico en encuentros que se organizan semanalmente y a los que asisten más de 200 mujeres”, cuenta Gisela Acosta, coordinadora de ambas iniciativas. La psicóloga aclara que en esos talleres surgió la inquietud de que una de las problemáticas compartidas por las víctimas de violencia de género era la imposibilidad de tener autonomía económica y, a la vez, la falta de un espacio de socialización. 

Por otra parte, la comuna —que tiene entre 9.000 y 10.000 habitantes según estiman ya que aún no llegaron los datos del Censo 2022 desagregados— adhirió a los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, que incluyen mejoras en igualdad de género junto con ciudades sostenibles, acción climática y asociaciones para lograr estos objetivos. Fue natural entonces encarar un proyecto entre el Área Mujer y el Área de Medioambiente, y proponerles a las mujeres participantes de los talleres un espacio de independencia económica ligados al reciclado.

Charlas y producción en los talleres del Punto Mujer de Despeñaderos. (Imagen: gentileza Municipalidad de Despeñaderos)

El nacimiento del proyecto productivo

El proyecto productivo que busca darles un nuevo uso a las silobolsas, un desecho que se multiplica en una comunidad agrícola como Despeñaderos, comenzó en marzo de 2022, cuando la municipalidad se sumó al Pacto Global de Alcaldes por el Clima y la Energía (GCoM). La comuna aportó un galpón para el funcionamiento, ubicado a una cuadra y media del Punto Mujer, y diversas máquinas: una plancha de calor, una máquina de coser industrial, una impresora 3D y una sublimadora. 

Antes de decidir qué hacer con los tubos plásticos, las mujeres se capacitaron en diseño y confección textil mediante un  convenio de la comuna con la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba. “En total fueron 12 mujeres a las clases de la universidad. Para ellas, que viven mayormente en el ámbito rural, fue muy movilizante poder acceder a la universidad”, cuenta Acosta. 

Luego explica que tras el acompañamiento universitario y sus prácticas en el taller de experimentación, las emprendedoras lanzaron una línea de bolsos materos, carteras, bolsas de compras, billeteras y porta anteojos. Después fueron armando productos a pedido como un lote de chalecos protectores que solicitó el área comunal de Medio Ambiente para su personal.

En la misión de  divulgar el proyecto. (Imagen: gentileza Municipalidad de Despeñaderos).

“Las bolsas para ser recicladas las traen las mismas participantes de los campos donde viven o los aportan los productores agropecuarios, ya que el proyecto generó un fuerte impacto comunitario y llevó a reflexionar y visibilizar la violencia doméstica”, analiza Acosta. “Yo venía a la psicóloga porque sufría violencia, pero acá encontré la posibilidad de hacer una actividad manual que me permite concentrarme y pensar pero también compartir tiempo con mis compañeras”, confiesa Nora, una de las emprendedoras. 

Los primeros 60 bolsos materos que dieron inicio a la producción se vendieron en un stand que funciona en el centro comercial Becerra, el supermercado de la localidad y en ferias locales y regionales y fiestas como la del Carnaval, la Noche de los Mercados y otros encuentros de emprendedores. “Yo llegué acá porque estaba yendo a la psicóloga del Punto Mujer y con otra compañera nos sumamos al proyecto. Acá usamos bolsones de campo para la cosecha o bolsas de nylon para darles otro uso. Las estampamos o cortamos y cosemos”, cuenta Adriana, otra de las participantes del proyecto. “Trabajo acá en el taller pero si no hago a tiempo me las llevo para terminar en casa”, agrega entusiasmada.

Diseño e innovación para transformar las silobolsas en nuevos productos. (Imagen: gentileza Municipalidad de Despeñaderos).

Por su parte Acosta adelanta los planes a futuro: “El objetivo ahora es apuntar a las redes sociales, especialmente a Instagram, para poder hacer ventas online”. Por el momento, las socias no viven de la actividad pero se reparten todo lo que sale de la venta de los productos y cuentan que sí encontraron una fuente de ingresos alternativa que podría crecer y un espacio para encontrarse semanalmente. “En estos días vamos a trasladar el taller al mismo espacio donde funciona el Punto Mujer para que estén más acompañadas. También nos gustaría sumar nuevas mujeres al emprendimiento pero eso implica una cierta exposición, reconocerse víctima de violencia y que esta comunidad chica lo sepa, con lo cual no resulta fácil. Hay todo un trabajo previo de acompañamiento y sensibilización”, argumenta la psicóloga y aclara que diseñan un nuevo curso en la Universidad Nacional de Córdoba al que invitarán otra tanda de participantes. Y preparan cursos de marketing y diseño para las que ya están en actividad. 

La comuna no agota su lucha para mitigar los efectos del cambio climático en el proyecto de reciclado de silobolsas. También articula con la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Córdoba una iniciativa para que las mujeres emprendedoras también se dediquen a la producción orgánica de flores.  

Reconocimientos aquí y allá

Al proyecto que combina ecología con concientización contra la violencia, Despeñaderos sumó el apoyo de la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático que integra  junto a más de 300 ciudades en todo el país. En 2022 también logró una mención especial en  la VI Edición de los Premios Iberoamericanos UIM a las Buenas Prácticas Locales con Enfoque de Género de la Red Iberoamericana de Municipios por la Igualdad de Género.


Productos y colores que se exhiben en ferias y un stand en el centro comercial local. (Imagen: gentileza Municipalidad)

“Es inspirador ver cómo mujeres de la ruralidad, que no habían tenido la posibilidad de estudiar, han encontrado motivación y han aprendido habilidades técnicas en la universidad. Con el apoyo técnico de la cátedra de diseño industrial, estas mujeres han mejorado su producción y han creado un empleo verde”, definió la intendenta Carolina Basualdo, en una presentación del proyecto. 

Más recientemente, en  2023, Re Circular: Mujeres Resilientes fue seleccionado para estar presente en la Feria de Conocimiento ‘Empoderando Voces, Poniendo Fin a la Violencia de Género’, liderada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en el marco del Programa Regional del Caribe de la Iniciativa Spotlight. El encuentro fue en Panamá y hasta allí llegó la coordinadora del programa para contar la experiencia y proponer que se replique en otras latitudes. Junto a ella, sorprendida y emocionada, y profundamente orgullosa de su resiliencia estaba Nora.


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