En realidad no es tan sencillo. Tenemos que tener cuidado con qué plantamos y dónde lo hacemos.
Plantar árboles en áreas en las que no suelen crecer, es decir especies no nativas sino exóticas, puede causar más daños que beneficios.
Aumento del riesgo de incendios por mayor generación de biomasa, o sea, más material combustible que puede ser muy inflamable.
POSIBLES IMPACTOS:
Alteración del suelo y, por ende, menor captura de carbono.
POSIBLES IMPACTOS:
Extinción de especies nativas ya que compiten por alimento y refugio.
Transmisión de enfermedades a animales, otras plantas y a los seres humanos.
POSIBLES IMPACTOS:
En los parques, en tu patio, jardín o balcón plantá especies nativas (autóctonas)
Consultá en cualquier vivero. Ahí sabrán indicarte qué especies, son nativas y cuáles exóticas.
Es importante ya que las especies nativas establecen la naturaleza original del lugar, dan alimento y refugio a la fauna local, embellecen el paisaje y son parte de nuestra identidad cultural.
Es importante ya que las especies nativas establecen la naturaleza original del lugar, dan alimento y refugio a la fauna local, embellecen el paisaje y son parte de nuestra identidad cultural.
Además, ayudan a mejorar nuestra salud física y mental, por ejemplo, al disminuir la presión arterial alta y el estrés.
Te dejamos la siguiente propuesta para que puedas elegir tus próximas plantas.
Especies disponibles comercialmente
Promotoras de biodiversidad
Baja inflamabilidad
Adaptadas a la zona donde se quieren plantar y a los cambios en el clima
Que no sean tóxicas ni alergénicas.
Valoradas por la comunidad
Lucía Castro
Denise Belluzzo
“¿Se deberían utilizar las especies invasoras de árboles en ecosistemas sin superficie boscosa para mitigar el cambio climático?”, Artículo en Frontiers in Ecology and the Environment. (Placas 1, 2 y 3) Sistema de Información de Biodiversidad (SIB). (placas 4 y 5). ONU Hábitat (placa 5) “Selección de plantas de baja inflamabilidad como cortafuegos ecológicos dentro del diseño de jardines urbanos sostenibles”, School of Life Sciences, University of Technology Sydney, Australia. (2018) (placa 6)
Fuentes :
Créditos :