El proteccionismo de Trump demanda un nuevo orden para el comercio internacional- RED/ACCIÓN

El proteccionismo de Trump demanda un nuevo orden para el comercio internacional

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Con Estados Unidos en retirada y China en ascenso, la transición de un orden global hegemónico a otro más equilibrado ya está en marcha. Pero el nuevo orden no sólo demanda ausencia de conflicto, sino que también demanda reglas claras y que se fiscalicen.

El proteccionismo de Trump demanda un nuevo orden para el comercio internacional

Con Estados Unidos en retirada y China en ascenso, la transición de un orden global hegemónico a otro más equilibrado ya está en marcha. Pero el nuevo orden no sólo demanda ausencia de conflicto, sino que también demanda reglas claras y que se fiscalicen.

Henry Kissinger dijo cierta vez: “La paz sólo es posible mediante la hegemonía o el equilibrio de poder”. El mismo principio vale para el comercio internacional. No es casualidad que los dos grandes períodos de globalización (las décadas previas a la Primera Guerra Mundial y las décadas que siguieron a la Segunda Guerra Mundial) se hayan caracterizado por el equilibrio de poder y por la hegemonía, respectivamente.

Pero el comercio internacional no sólo demanda ausencia de conflicto. También demanda reglas claras, fiscalizadas por lo general por una potencia hegemónica. Estados Unidos cumplió ese papel durante décadas. Pero ahora que el presidente Donald Trump adopta una postura más proteccionista, la era de predominio estadounidense llega a su fin. Se necesita un nuevo liderazgo, pero ¿de dónde saldrá?

La responsabilidad de liderar la debería asumir Europa

¿Por qué no de Europa? La Unión Europea, una de las economías más grandes del mundo y defensor de los valores liberales, puede garantizar un reemplazo de la hegemonía estadounidense por un equilibrio de poder en forma pacífica y próspera. Pero para ello, la UE debe empezar por ordenar sus propios asuntos.

Para que la UE pueda ocupar el lugar de Estados Unidos, su dirigencia tendrá que resolver las tendencias populistas e implementar políticas migratorias y de fronteras más razonables.

Los gobiernos de Europa también deben asumir más responsabilidad por la seguridad del bloque contra amenazas militares, ciberataques, etcétera. Y lo más importante es que la UE debe reforzar su situación financiera. Un mercado financiero europeo único sin un mecanismo creíble de resolución bancaria siempre será propenso a crisis; la mutualización de obligaciones debe ser prioridad.

Pero tal vez lo más importante que la UE puede hacer en lo inmediato es poner en claro a Estados Unidos que los días del dominio estadounidense se acabaron.

Estamos siendo testigos de una transición histórica

Liderar en materia comercial debería ser fácil para un continente que sobresale en el mantenimiento de vínculos económicos libres y abiertos. Pero los líderes europeos tendrán que demostrar un alto grado de dureza, pragmatismo y habilidad diplomática. Sobre todo, la UE debe dar el ejemplo. Un buen comienzo sería anular los aranceles externos que quedan; sería una medida mayoritariamente simbólica que de todos modos reforzaría la tesis fundamental crucial de que el comercio internacional no es un juego de suma cero.

Con Estados Unidos en retirada y China en ascenso, la transición de un orden global hegemónico a otro más equilibrado ya está en marcha. Kissinger tenía razón: hay una fórmula para la paz. También la hay para un comercio internacional eficaz. Y cuando una variable clave de la ecuación ya no está, hay que hallar otras que la reemplacen.

Larry Hatheway es jefe de soluciones de inversión y economista principal del Grupo GAM.

Copyright: Project Syndicate, 2018. | Foto: Reuters