Todos tenemos días malos en el trabajo. Ya sea, porque uno se encuentra frustrado porque no alcanzó su objetivo de ventas, enojado porque su colega recibió el ascenso que esperaba recibir usted o triste porque los despidos afectaron a su área. Las emociones negativas ocupan un lugar en el trabajo, nos guste o no.
Cuando uno se siente mal, triste o enojado, pero lo supera en poco tiempo, no hay que preocuparse. Es diferente cuando su colega tiene un extenso periodo de dificultades y usted piensa, “¿no debería haberlo superado ya?”.
Aunque usted pueda entender que el reponerse de un conflicto toma tiempo, podría impacientarse. ¿Por qué? Porque la decepción o angustia de su colega podría estar afectando la cantidad o calidad de su trabajo, lo que a su vez afecta el de usted. Además, la investigación muestra que las emociones son "contagiosas” — y entre más tiempo se sienta mal su colega, será más probable que esos sentimientos se repliquen en usted.
Por otro lado, su repertorio de estrategias de apoyo podría agotarse, y quizá sienta que se ha quedado sin formas de sentirse útil, empático o siquiera interesado. Por mucho que quiera que su colega se reponga, no puede acelerar el proceso, del mismo modo en que él no puede hacerlo. Como dicen, la única forma de salir es atravesando el problema. Así que darle a su compañero el tiempo para atravesar su experiencia emocional de hecho lo acercará a darle cierre.
¿Cómo puede usted contribuir? Una clave está en mantenerse en contacto con las emociones negativas y otras experiencias difíciles, sin juzgar. He aquí unos ejemplos de cómo sería:
- En lugar de decir “estás haciendo demasiado escándalo al respecto,” pruebe diciendo: “Parece que esto te está afectando de forma significativa. Dime más acerca de lo que está pasando.” En lugar de juzgar la profundidad o amplitud de la reacción de su colega (lo que el probablemente resentiría y no apreciaría), usted simplemente debería reconocer el impacto que la situación tiene para él y ofrecer un espacio para expresarse.
- En lugar de decir “deja de preocuparte tanto,” pruebe diciendo: “Te ves muy preocupado. ¿qué es lo que más te inquieta?” En lugar de decirle a su colega cómo sentirse (lo que raramente funciona), invite a explorar qué es lo que impulsa esa emoción.
- En lugar de decir “necesitas superarlo,” pruebe diciendo: “Parece que sigues pensando al respecto. ¿Qué necesitas para avanzar?” En lugar de ordenarle que deje de estar tan incómodo (quizá porque él lo está incomodando a usted), escuche su preocupación, ayudelo a considerar distintas soluciones.
Mientras las emociones negativas se manifiesten en el trabajo, usted estará mejor si tiene estrategias para ayudar a sus colegas a afrontarlas. ¿Quién sabe? Un día incluso usted podría necesitar alguna de esas tácticas.
Deborah Grayson Riegel es una directora en el Boda Group.
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