La satisfacción de los empleados está a la baja en las empresas de todo tamaño. Algunas compañías están respondiendo al considerar a sus gerentes como responsables de los niveles de satisfacción en sus departamentos. Otras buscan integrar a los empleados en programas de visión y valores cuidadosamente construidos. Las nuevas empresas de Silicon Valley atraen y deleitan al talento con masajes y comida gratis.
Aunque estas tácticas pueden ser fructíferas, existe una forma mejor, más fácil y barata para que las organizaciones ayuden a sus empleados a sentirse más satisfechos. En lugar de tratar de hacerlos felices, hay que pedir que hagan algo difícil. Mi propia investigación para el libro “Rookie Smarts” confirma que los empleados no solo quieren que sus habilidades se utilicen, quieren que estas se extiendan.
Cuando le preguntamos a aproximadamente mil personas de una variedad de industrias acerca del actual nivel de desafío en sus trabajos y su actual nivel de satisfacción, encontramos una correlación casi completa entre las dos. En otras palabras, en tanto el nivel de desafío se eleva, también lo hace la satisfacción.
Tras más investigaciones, descubrimos que las personas que habían recibido una tarea desafiante, en términos generales, la resolvían en menos de tres meses y estaban listas para la siguiente. Los encuestados necesitaban 12 meses, en promedio, para comenzar a sentirse listos para un nuevo rol y comenzaban a sentirse estancados después de tan solo 24 meses en promedio.
¿La lección para los ejecutivos? Aunque es importante que sus empleados se detengan a celebrar el éxito o tan solo a recuperar el aliento, ellos podrían estar listos para el siguiente desafío antes de lo que usted cree.
He aquí algunas señales a las cuales estar atento: todo lo que manejan ha funcionado sin sobresaltos por un periodo significativo de tiempo. Cuando se enfrentan con problemas, saltan rápidamente a la solución. Pasan tiempo tratando de arreglar los problemas de otras personas y otros departamentos. Inexplicablemente se han vuelto cada vez más negativos.
Y he aquí tres simples formas de hacer que sus empleados se sientan desafiados otra vez:
- Eleve el grado de dificultad. Intentá darles trabajo de mayor relevancia, que implique problemas más complejos y un grupo más diverso de personas interesadas. Sin embargo, recordá hacerlo difícil de la manera correcta. Si la satisfacción es baja, tu equipo probablemente ya está bajo presión debido a recursos limitados, burocracia, políticas o falta de control. No les pidas hacer el trabajo cargando además sacos de arena y cuchillos de malabarista. Buscá expandir productivamente el trabajo significativo que ya están realizando.
- Conviértelos en novatos. En lugar de dejar que los empleados se queden cómodamente en sus respectivas áreas de experiencia, invítalos a tomar proyectos en los que no tienen todo el conocimiento y las habilidades requeridas.
- Diríjelos a un nuevo problema. Otra estrategia es hacer que su gente utilice el conocimiento que ya tiene en nuevos problemas. Por ejemplo, a una científica que trabaja para una compañía farmacéutica se le pidió cambiar su investigación y habilidades de descubrimiento desde la biología celular hacia la oncología. Inicialmente ella estaba insegura de hacerlo, pero, tras varios meses, dijo “¡Me siento completamente vigorizada en este nuevo rol. Me siento más desafiada de lo que me he sentido en años, pero también más creativa y en control de mi vida y mi carrera que nunca antes. Nuevas ideas científicas simplemente me están surgiendo!”
Al presentarle estos desafíos a tus empleados, es clave un liderazgo razonado. Ellos necesitan libertad acompañada de guía para impulsarlos en la curva de aprendizaje correcta. La meta es estirarlos, no romperlos, y vos deberías estar dispuesto a proveerles una red de seguridad.
Liz Wiseman es Presidenta de The Wiseman Group y autora de “Multipliers: How the Best Leaders Make Everyone Smarter” (Multiplicadores: Cómo Los Mejores Líderes Hacen Más Inteligentes a Todos)