Los eventos sociales a los que nos invitan amigos y colegas usualmente requieren inversión de tiempo, dinero, o ambos. Por ende, cuando no podemos ir a algún evento usamos estos factores como pretexto. Sin embargo, sabemos muy poco respecto a cómo los demás perciben estas excusas y cómo afectan nuestras relaciones.
Junto con mis colegas Ashley Whillans, Michael Norton y Anne Wilson, nos dedicamos a estudiar estos efectos al analizar datos de conversaciones reales en Twitter. Los resultados muestran que dar la excusa de no tener el tiempo suficiente puede dañar las relaciones, mientras que el pretextar que no tenemos dinero puede mejorarlas.
La primera parte de mi estudio se basó en el análisis de conversaciones entre usuarios en Twitter. Sin embargo, las conversaciones en Twitter pueden ser impersonales y entre extraños; ¿qué pasa entre amigos y colegas?
Para ponerlo a prueba, recluté una muestra de 327 parejas que viven Estados Unidos, están planeando su casamiento y ya enviaron las invitaciones. Les pregunté cuántos invitados declinaron la invitación por no tener el tiempo o el dinero suficiente. En promedio, los participantes reportaron recibir dos excusas por tiempo y dos por dinero en respuesta a su invitación (hubo personas que declinaron, mencionando otras razones).
También le pedí a las parejas que reflexionaran respecto a qué tan cercanas se sentían a las personas que recientemente declinaron la invitación por falta de dinero o tiempo -quería saber qué tan cercanas las sentían antes y después de que declinaron. Los novios dijeron que, antes de recibir la respuesta, se sentían muy cercanos a esos invitados, pero después de la declinación aseguraron sentirse significativamente menos cercanos a los invitados que dijeron que no asistirían por falta de tiempo, en comparación con los que mencionaron la falta de dinero.
¿Por qué el excusarnos de algo por falta de tiempo repercute en que las personas se sientan menos cercanas a nosotros? Para analizarlo, realizamos otro experimento, involucrando a 300 adultos. Les pedimos que inviten a un amigo a comer. Los participantes consideraron mucho más digna de confianza una excusa de falta de dinero que la de falta de tiempo o el no plantear ninguna, en parte porque creyeron que en el caso del dinero el amigo seguramente tenía menos control personal respecto a la circunstancia que ofreció como excusa.
Notamos, que las personas piensan que los demás deberían tener más control sobre su tiempo. En consecuencia, es más probable que desconfiemos de la excusa de que no tienen tiempo para nosotros, y esto finalmente impacta en la relación.
Si queremos administrar en forma efectiva nuestro tiempo y dinero, necesitamos ser capaces de decir “no”. Sin embargo, si queremos preservar nuestras relaciones, debemos hacerlo de la forma correcta. Mis resultados sugieren que cuando declinamos la invitación de alguien porque no tenemos el tiempo suficiente, la persona interpreta que no la valoramos. Por ello, podría ser más prudente comunicar que usted no tiene el dinero suficiente. Será percibido como honesto y confiable, y generará más sentimientos positivos y buena voluntad.
Grant Donnelly es profesor asistente de marketing en Ohio State University.
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