José Gamez vino a Argentina desde España con su madre y sus hermanos menores cuando tenía cuatro años, siguiendo los pasos de su papá. Cuando terminó el primario, su padre se accidentó y él se tuvo que poner a trabajar, por lo que todo su conocimiento sobre agricultura viene de la práctica. Esto lo comenta revolviendo entre las hojas para mostrarnos los zapallos que crecen en su finca de 37 hectáreas en la provincia de Mendoza, con los que su mujer hace un pastel increíblemente rico, cuya receta va a pasar a los periodistas.
En su finca se cultivan hortalizas: papa, zapallo, cebollas, ajo y espinaca. Se las vende a productores pequeños y medianos, y también a empresas más grandes, como Knorr, la marca que organizó este viaje para conocer de agricultura regenerativa en torno a su planta de deshidratación de Mendoza.. José dice que su conocimiento es práctico, pero lo transmite en frases cautivadoras: cortas, simples y precisas. “Elegir semillas es como comprarse una camisa: vos podes elegir la que sale dos pesos, pero si comprás la más cara, sabes que van a pasar veinte años, y va a estar gastadita, y va a ser cada día más cómoda”.
Cuando le consultan por la proximidad de los cultivos, él contesta: “Si vos vas a una selva, nunca vas a encontrar que hay un solo una especie de árbol en algún lugar, porque se complementan. La naturaleza te enseña.” De esto se trata precisamente la agricultura regenerativa, que imita los modos que tiene la naturaleza de reproducirse. En palabras más técnicas, la agricultura regenerativa promueve la cría en un mismo espacio de varias especies animales y vegetales que interactúan entre sí de forma simbiótica, asegurando un equilibrio sostenible y la regeneración y enriquecimiento del suelo, y reciclando tantos residuos agrícolas como sea posible.
Siguiendo esta línea, Gamez descubrió otra solución basada en la naturaleza de pura casualidad: “El agua de riego sale por unas represas que están allá, en las que puse peces carpas. No las puse por genio; un día fuimos a pescar con mis hijos y las tiré ahí. Estaba lleno de algas y larvas de mosquitos, y ahora no hay ninguna”.
En cuanto al reciclaje de residuos agrícolas, una de las soluciones más novedosas tiene lugar en la planta de deshidratación de Knorr; los zapallos, por ejemplo, consisten en un 95% de agua. Dado que los vegetales se deshidratan para luego empaquetarse y distribuirse, la pregunta fue ¿qué sucede con todo el agua extraída, en especial en una provincia donde se atraviesa una crisis hídrica hace una década?
Este resto se utiliza para regar toda la planta y la huerta sustentable. Los sólidos que salen del mismo flujo se utilizan para hacer compostaje y barro, en unas canaletas que comenzaron con apenas diez lombrices californianas y ahora son una multitud:
Knorr migró a la agricultura regenerativa pensando no sólo en cuidar el suelo donde se cosechan sus vegetales, sino también en generar un impacto positivo en el suelo, el agua y la biodiversidad. Su fórmula consiste en mantener el suelo siempre vivo y con actividad biológica, reducir los desperdicios de agua, incorporar controladores biológicos como aves, mamíferos y especies nativas para imitar los procesos vitales de los ecosistemas, y reducir la huella de carbono. Además, se incluye la formación de agricultores para una transición productiva sostenible.
¿Qué lecciones deja la agricultura regenerativa? Acá te dejo tres consejos para aplicarla en tu jardín, balcón o espacio al aire libre:
- Sembrá plantas nativas: Las plantas nativas están adaptadas a las condiciones de tu región, por lo que pueden ser más resistentes a las condiciones climáticas y a las enfermedades. Además, atraen a polinizadores y otros animales beneficiosos para el jardín.
- Evita los productos químicos: La agricultura regenerativa se enfoca en trabajar con la naturaleza, en lugar de luchar contra ella. Evita el uso de productos químicos como herbicidas, pesticidas y fertilizantes sintéticos, y en su lugar, utiliza abonos orgánicos y prácticas naturales de control de plagas.
- Fomenta la biodiversidad: La agricultura regenerativa se enfoca en fomentar la biodiversidad en el jardín. Siembra una variedad de plantas y árboles, y crea hábitats para insectos y animales beneficiosos, como aves y mariposas.