Visualice a una persona emprendedora de gran éxito. ¿Cómo la imagina? Decidida, sin miedo al riesgo, segura de sí misma, y probablemente, muchos han visualizado… a un hombre. El emprendimiento sigue siendo una carrera estereotípicamente masculina.
¿Y por qué nos debe importar el emprendimiento? Porque el emprendimiento es esencial para el desarrollo económico y la generación de empleo. Por ello, la necesidad de estimular las actitudes emprendedoras es ampliamente reconocida. En este sentido, las mujeres son un objetivo de especial interés, dada la brecha de género que existe en este terreno.
Espíritu emprendedor femenino
La educación emprendedora puede ayudar a aumentar el espíritu empresarial femenino. No es de extrañar que los estereotipos mencionados arriba tengan un peso en la actitud de las mujeres hacia el emprendimiento. Incluso con la misma educación y antecedentes, las mujeres a menudo se sienten menos seguras y preparadas para emprender que los hombres.
Esa cierta inseguridad y falta de preparación que algunas mujeres sienten tienen que ver con la percepción de sus competencias más que con sus capacidades reales. Pero la percepción, aunque no se corresponda con la realidad, tiene un impacto directo en la realidad: sentirse menos preparadas o más inseguras provoca que tengan menos interés por emprender que los hombres, y que por lo tanto lo hagan menos.
Actividades académicas y emprendimiento
Para comprender mejor cómo puede contribuir la educación emprendedora a reducir dicha brecha, nuestro estudio analiza cuándo y para quién la participación en diferentes actividades académicas incrementa la atracción hacia el emprendimiento.
Para ello, usamos una muestra de 918 estudiantes de una escuela de negocios francesa y estudiamos las diferencias de género en el impacto que nueve actividades académicas “inspiradoras” tienen sobre la atracción hacia el emprendimiento. También estudiamos diferencias por curso académico.
Concretamente, se les preguntó a los estudiantes si recordaban algún evento o actividad en la escuela que les hubiera cambiado drásticamente su “corazón y mente” y les animara a considerar convertirse en emprendedores.
Entre los eventos o actividades que recordaban había desde opiniones de un profesor, de un orador externo o un emprendedor visitando la escuela a la de los jueces de alguna competición de emprendimiento organizada en la escuela; pasando por encuentros con aspirantes a empresario, o recientes o jóvenes emprendedores, la preparación de un concurso de plan de negocio, la participación en asociaciones creadas por estudiantes en la escuela, y el haber trabajado en la escuela con equipos formados por estudiantes de otras disciplinas.
Analizamos el impacto de cada una de esas actividades sobre la atracción hacia el emprendimiento. Para asegurarnos que estábamos midiendo el impacto de la actividad y no otras cosas, tuvimos en cuenta otros factores que podían tener influencia en la atracción hacia el emprendimiento, como tener experiencia laboral o tener algún familiar empresario.
Las actividades, más efectivas para ellas
Encontramos que las actividades inspiradoras son principalmente efectivas para aumentar la atracción hacia el emprendimiento de las mujeres (el impacto sobre los hombres es muy pequeño). También que su grado de efectividad difiere según el año académico. La actividad más efectiva en mujeres es la preparación de un concurso de plan de negocio, ejemplo de actividad experiencial. En general, encontramos que el impacto positivo de las actividades de aprendizaje experiencial es mayor en las mujeres que en los hombres.
La preparación para un concurso de plan de negocio durante meses dentro de un grupo estable permite que las mujeres se comparen y superen estereotipos. Además, conocer a futuros, recientes o jóvenes emprendedores (con edades similares a las de los estudiantes, permitiéndoles visualizarse como emprendedores), y las opiniones de los profesores (su contacto continuado con los alumnos hace que puedan jugar un papel importante para lograr que las alumnas sientan que el emprendimiento es una opción atractiva) también son muy relevantes para las mujeres.
Ninguna de las actividades académicas aumenta la atracción hacia el emprendimiento de los hombres: son las circunstancias del estudiante previas a ingresar a la escuela las que explican su atracción hacia el emprendimiento. Otros factores, como tener algún familiar empresario o la experiencia laboral, tienen más influencia en los hombres.
Impacto diferente según el curso académico
Cuando analizamos cada curso, encontramos que en etapas educativas tempranas la atracción hacia el emprendimiento de las mujeres aumenta cuando participan en actividades académicas con personas influyentes que transmiten sus puntos de vista y testimonios.
Sin embargo, en etapas posteriores también es importante la participación en actividades académicas experienciales (preparación de una competición de plan de negocio y participación en asociaciones). En los últimos cursos también tiene gran influencia conocer a futuros emprendedores: ayudan a las estudiantes a imaginarse a sí mismas como empresarias cuando se acercan a la graduación.
Para los hombres, por el contrario, las actividades que influyen en su atracción hacia el emprendimiento son esencialmente las experienciales (asociaciones, concursos) en los últimos cursos. Esto puede indicar que la mayoría de los estudiantes varones ya han considerado el emprendimiento como una opción viable para ellos antes de su ingreso a la escuela.
Cómo fomentar el emprendimiento femenino
Para apoyar eficazmente el espíritu empresarial femenino y superar los estereotipos, es fundamental tener en cuenta las diferencias de género en el impacto de las actividades inspiradoras, además de considerar el nivel académico. Las instituciones académicas que deseen fomentar el espíritu empresarial femenino deberían combinar actividades de larga duración, como los concursos de plan de negocio, con la promoción del contacto cercano con “personas de referencia” mediante la organización de eventos en la institución que favorezcan la creación de redes. Además, deberían centrarse en desarrollar las habilidades y sentimientos de las mujeres, que juegan un papel muy relevante.
Es importante capacitar a los docentes no solo para enseñar emprendimiento, sino también para “inspirar” a los estudiantes y animarles a considerar seriamente convertirse en emprendedores superando los estereotipos. Nuestros resultados pueden ayudar a diseñar políticas que proporcionen a las mujeres más apoyo para facilitar su emprendimiento, así como para promover la educación emprendedora.
*Laura Padilla Angulo es profesora Titular de Economía, Universidad Loyola Andalucía.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation.
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