¿Cuánto dura la inmunidad de la vacuna del coronavirus?
Las vacunas utilizan diferentes tecnologías y la inmunidad que otorgan puede variar, por ejemplo entre uno y cinco años. Por el momento es una incógnita. Lo importante es alcanzar la inmunidad mientras se hace un seguimiento de las personas vacunadas durante varios meses para saber cuánto dura la protección, tanto haciendo pruebas de sangre para ver si están presentes los anticuerpos, como verificando si las protegen contra la enfermedad.
Es relevante considerar que si el virus muta, la inmunidad provista por la vacuna puede no ser efectiva. Hay que tener en cuenta que en la Argentina ya hay circulación de varias cepas, entre ellas, la cepa de Manaos, la de Reino Unido, la de Río de Janeiro y la de California.
No está comprobado que las vacunas corten la circulación del virus, sino que dan certeza sobre su capacidad para evitar cuadros graves de la enfermedad. Por eso, es de vital importancia que continuemos cuidándonos y manteniendo los protocolos y medidas sanitarias.
El barbijo es uno de los dispositivos más efectivos para evitar los contagios, junto con la ventilación de los ambientes, el lavado de manos y el distanciamiento social. Todas esas precauciones continuarán siendo obligatorias, para toda la población argentina.
¿Por qué se necesitan dos dosis de algunas vacunas contra el COVID-19?
Cada dosis despierta la respuesta inmunológica del organismo, por lo cual al aplicar más de una dosis la protección es mayor. Al ser vacunas no replicativas (más seguras), se suele requerir una segunda inmunización para que den una respuesta robusta, de mayor afinidad y duración. Además, los ensayos de eficacia se hicieron con dos dosis.
¿Qué pasa si sólo me doy una de las dos dosis de la vacuna contra el coronavirus? ¿Puedo llegar a estar inmunizado?
Todas las vacunas para prevenir el COVID-19 aprobadas de emergencia hasta el momento utilizan dos dosis espaciadas entre 3-4 semanas para alcanzar una eficacia de alrededor del 90%. La vacuna Spuntik V tiene la particularidad de cada una de sus dosis utiliza un componente diferente, lo que complejiza su protocolo de aplicación.
Dado el gran aumento de casos de COVID-19 y la urgencia por vacunar a la mayor cantidad de gente posible en un rango acotado de tiempo, en algunos países se decidió retrasar la administración de la segunda dosis para que más personas reciban al menos una inyección y estén protegidas antes contra el virus.
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En Argentina, el segundo componente de la Sputnik se aplica a medida que haya disponibilidad. Cada una de las dosis tiene componentes distintos. En el caso de las vacunas de Oxford y Sinopharm, donde ambas dosis son iguales, se busca inmunizar a la mayor cantidad de gente posible, aplicando en mayor medida la primera dosis. En este último caso, la segunda dosis no se aplica hasta la semana 12. De todas formas, la única vacuna que se ha comprobado que es efectiva mediante este tipo de aplicación es la de Oxford.
Pero, incluso así, es relevante considerar que retrasar la aplicación de la segunda dosis en cualquiera de estas vacunas podría impactar en la duración de la inmunidad. Lo que hace la segunda dosis es potenciar la respuesta generada por la primera. Se sabe por las inmunizaciones contra otras enfermedades infecciosas que las primeras dosis tienden a producir una memoria inmunológica que se mantiene bien en individuos sanos, por lo que la segunda dosis sigue siendo efectiva incluso si se administra tarde.
¿Qué porcentaje de la población tiene que estar vacunada para dar por finalizada la pandemia?
Los expertos desconocen qué porcentaje de personas debería vacunarse para lograr inmunidad masiva o "de rebaño" contra el COVID-19, aunque arriesgan que debe rondar el 70%. La inmunidad masiva o "de rebaño" es un término que se usa para describir el momento en que una cantidad suficiente de personas están protegidas, ya sea por una infección previa o a través de la vacunación, por lo que es poco probable que un virus o una bacteria pueda propagarse y causar una enfermedad. Como resultado, todos los integrantes de la comunidad están protegidos incluso si algunas personas no tienen ningún tipo de protección. El porcentaje de personas que necesita tener protección para poder lograr la inmunidad masiva o "de rebaño" varía según la enfermedad.
El fin de la pandemia llegará más rápidamente si las vacunas, además de evitar cuadros graves de la enfermedad, evitan la propagación, lo cual es todavía una incógnita. Además, puede suceder que en algunas regiones como Europa o América del Norte vacunen a toda su población y las hospitalizaciones por COVID-19 tiendan a cero, mientras que en otras regiones las vacunas tarden en llegar y aumenten las muertes. En este escenario hipotético, ya no estaríamos hablando de una pandemia porque no es una situación que se extiende en todo el mundo.
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